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Volumen 13, Número 32, Enero-Abril 2020, pp. 87 - 100
I. INTRODUCCIÓN
Una de las técnicas que permite la biodegradación
controlada de la materia orgánica previa
incorporación al suelo es el compostaje y su producto
nal el compost (Sztern, y Pravia, 1999; Campos-
Rodríguez et al., 2016). La palabra compost viene del
latín componere que signica mezclar (Finck, 1988).
Es un abono orgánico pre-humicado, que resulta
de la descomposición y transformación biológica
aeróbica de residuos orgánicos, con una provisión de
humedad y volteos adecuados para facilitar el trabajo
de los microorganismos (Aubert, 1998, Day y Shaw,
2004; Chilón, 2010). El compost maduro tiene un
color marrón oscuro o negruzco, un aroma a bosque
o a tierra (Docampo, 2014), el producto nal; mejora
las propiedades físicas, químicas y biológicas del
suelo, además permite la reducción de la fertilización
tradicional sin afectar signicativamente el
rendimiento de los cultivos agrícolas (Crespo et al.,
2018).
Los sustratos utilizados para la elaboración del
compost están relacionados con la actividad de donde
se producen y pueden se clasicados como de origen
agrícola, ganadero, forestal, urbano, entre otros. La
importancia de su origen está en relación directa
con las características físicas y químicas del compost
(Labrador, 1996; Insam y De Bertoldi, 2007).
Los materiales utilizados como fuente de
carbono, por ejemplo el aserrín y las hojas secas, se
mezclan con materiales que proporcionan nitrógeno
como el estiércol, el lodo residual o los materiales
de las plantas verdes para alcanzar una proporción
Carbono-Nitrógeno de 20 ó 30 a 1 (Plaster, 2005).
En los benecios donde se procesan las cerezas de
cafetos para la producción de café verde, se acumulan
cantidades considerables de pulpa y pergamino.
Actualmente, estos subproductos están originando
problemas ambientales serios por causar olores
desagradables durante su proceso de fermentación;
además, sirven para la reproducción de moscas y a
menudo contaminan las vías acuáticas (Pierre et
al., 2009), otro material utilizado es la Eichhornia
crassipes, una planta acuática vascular otante
(Velásquez, 1994) con un contenido de promedio
de materia seca de 7,58%, es decir, un contenido de
humedad de 92,42% (Romero, 2011).
Rodríguez et al. (2004), elaboraron un producto
denominado NUTRIBORA (NB) el cual es un
compost de bora (Eichhornia crassipes), estiércol de
ganado vacuno y suelo de morichal. Su uso en la dosis
óptima, logró incrementar la producción de tomate
en 80 t.ha
-1
. Cova (2008) determinó que el compost a
base de bora puede ser utilizado como sustrato para la
producción de plántulas de ají sin restricción y para el
compost-bora 100% + N-P-K + elementos menores,
resulto ser el mejor en relación a las variables altura,
número de hojas y nudos; así como también lo fue el
peso fresco y diámetro del tallo; con esto hallazgos
se demostró las bondades de la formulación de bora.
Por otro lado, los residuos provenientes de las zonas
urbanas, que comprende el reciclado de la fracción
orgánica de las basuras, obtenidas por recuperación
directa in situ de los componentes presentes en la
mismo y sus posterior compostaje (Labrador, 1996),
se agregan los residuos del jardín, con frecuencia son
muy utilizados en los compost, entre ellos se incluyen
los restos de los cultivos, ores, tallos, hojas, recortes
de la poda y estiércol de bovino (Ferreira et al., 2018).
Para referirse a calidad del compost, no se
dispone de un único método simple y reproducible,
son muchos y diferentes los criterios propuestos.
Se pueden agrupar en cinco tipos de evaluaciones
referidas a: características físicas, actividad
microbiana, fracción húmica del compost, químicos
y biológicos o de totoxicidad (Peña et al., 2002).
Brechelt (2004) señala que existen ciertos criterios
que son decisivos para juzgar si el compost está listo
o no, entre ellos, la homogeneidad del material nal,
no debe percibirse residuos del material de origen
y debe tener un olor semejante a tierra. Cuando el
compost es aplicado al suelo como enmienda orgánica
o como mulch, la calidad exigida para este material
será menor cuando comparada con un sustrato que
es empleado para semilleros. Debe considerarse
las variables físicas: olor, color; químicos: pH,
conductividad eléctrica, materia orgánica, carbono
orgánico total, nitrógeno total, relación C/N, y P
total; así como también variables de tipo biológicas
(Moreno y Moral, 2008; Espinosa et al., 2017;
Medina et al., 2017). Los diferentes materiales
utilizados para compostar determinan la calidad de
los tipos de compost que pueden obtenerse (Barrena,
2006; Oviedo-Ocaña et al., 2017).
En los países se establecen normas relativas a la
calidad del compost como es el caso de España con el
Real Decreto 824/2005; Colombia posee las Normas