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Volumen 14, Número 35, Enero-Abril 2021, pp. 54 - 72
(Pa/Pr): Esta proporción representa una
adecuada relación entre las masas secas
aérea y radicular, que debe uctuar entre 1,5
y 2,5; valores mayores indican desproporción
entre masas y describen un sistema radicular
insuciente para suministrar nutrimentos a
la parte aérea de la plántula (Morales, 2018).
• Índice de Dickson (QI): Dickson et al.
(1960), proponen una relación basada en
otros índices; este valor permite obtener un
coeciente de calidad especíco para cada
situación, que revela mejores evidencias de
las diferencias biométricas entre plántulas
de una muestra y predice su comportamiento
post trasplante. El coeciente se interpreta
de la siguiente manera, mientras más elevado
sea su valor en una planta o muestra de ellas,
mejor es la calidad, con respecto a las otras
(Rodríguez, 2008).
• Índice de lignicación: El crecimiento
es considerado “el incremento irreversible
de materia seca o volumen, como función
del genotipo y el complejo ambiental”
(Krug, 1997), por ello, el valor porcentual
de lignicación se utiliza como indicador
de la calidad y potencial de la plántula para
sobrevivir en campo. Su valor representa la
proporción de materia seca desarrollada,
al señalar el grado de lignicación
o endurecimiento de las estructuras
morfológicas (Sáenz et al., 2010).
Las diferencias de un vivero a otro, en términos de
calidad morfológica o siológica de las plántulas, se
fundamentan de acuerdo al objetivo de producción,
experiencia e insumos disponibles. Entre los factores
de manejo vinculados a la calidad de plántula
se indican, tamaño del contenedor, densidad de
siembra, técnica de trasplante, tipo de sustrato,
riego, fertilización, inoculantes, temperatura, luz,
manejo de la raíz; además, se agregan, los cuidados
tosanitarios, el apropiado endurecimiento
(Rodríguez, 2008) y el germoplasma (Rojas, 2002).
El éxito en la producción de plántulas
depende del sustrato (Ruano, 2003), siendo la
mezcla cuidadosamente elegida, para repercutir
positivamente en el porcentaje y velocidad de
emergencia (Aparicio et al., 1999); de manera similar,
inuencia la biomasa aérea de la planta (Arteaga et
al., 2003) determinando su calidad (Arteaga et al.,
2003 y Valenzuela et al., 2005). Por otro lado, se
considera sustrato a todo material sólido, natural,
sintético o residual, mineral u orgánico, distinto
del suelo in situ, que permite el anclaje del sistema
radicular, desempeñando papel de soporte para la
planta (Terés, 2001) y al mismo tiempo interviene en
la nutrición de la misma (Quiroz et al., 2009).
La FAO (2002) establece algunas características
ideales para el sustrato: 1-elevada capacidad de
retención de agua y de fácil disponibilidad (20-30%);
2-elevada aireación (20-30%); 3-baja densidad
aparente 0,22 (g.cm
3
)
-1
, elevada porosidad (85%),
baja salinidad (2 mS.cm
-1
), elevada capacidad
tampón (pH de 5,5 a 6,5), lenta descomposición,
estructuralmente estable, reproductible, disponible y
manejable, así como de menor costo.
La materia orgánica es uno de los componentes
fundamentales de los sustratos, cuya nalidad básica
es aumentar la capacidad de retención de agua y
nutrimentos para las plantas, es por ello, que el
estiércol de bovinos y de otros animales son muy
utilizados como fuente orgánica en la composición de
los sustratos para diversos tipos de cultivo (Dos Santos
et al., 2014). Los subproductos pecuarios poseen
propiedades favorables para ser incorporados al
sustrato agrícola, por su riqueza en materia orgánica,
nutrimentos esenciales (NPK) y, en oligoelementos,
involucrados en diversos procesos siológicos; así
como también por sus tenores de agua y presencia de
microorganismos benécos (Soto, 2003).
En sistemas de producción animal, los
excrementos sólidos y semisólidos denominados
estiércoles, corresponden a mezclas de orina, heces
y alimento desperdiciado. La composición física
y química del estiércol diere entre granjas, en
función de la especie producida, su alimentación
y las condiciones particulares de producción y
procesamiento del estiércol (Dao y Cavigelli, 2003).
La composición media nutrimental de los
estiércoles más utilizados en agricultura se presenta
en el Cuadro 2., el estiércol porcino y la gallinaza
destacan como materiales ricos en nutrimentos de
fácil liberación, entre los menos nutritivos se ubican
los estiércoles de bovino y equino, fuertemente
condicionados por su alta relación C/N (Romero,
1997).