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Volumen 14, Número 35, Enero-Abril 2021, pp. 81- 91
I. INTRODUCCIÓN
Los mercados internacionales han aprendido
con el SARS-CoV-2 que dependemos de China. El
problema con la dependencia es que basta que ocurra
cualquier desastre natural (como una pandemia)
para que todo el mundo se quede desabastecido de
productos básicos como medicamentos, mascarillas
o respiradores (Brooks, 2020).
Actualmente, las empresas deben tener en cuenta
otros riesgos más allá de la pandemia, hablamos
también de la política. Como se sabe, Trump inicio
una guerra comercial contra China, pero Trump
no es el único que quiere dejar de hacer negocios
con Pekín (Aldama, 2020). Y es que basta con que
pase algo como el cierre de fábricas o la imposición
de aranceles a los productos chinos para que la
cadena de suministros de muchas industrias se vean
afectadas, volviendo a la cadena de suministros muy
frágil.
Lo que han intentado algunas compañías es
compensar el cierre aumentando la producción de
sus fábricas en países como Vietnam, Camboya,
Bangladesh, Filipinas, Etiopía, entre otros. Por lo
cual, las empresas han empezado abrir fabricas fuera
de China, de tal manera se benecian del mercado
chino, pero además intentan establecerse en otro
sitio para protegerse de cualquier imprevisto.
No obstante, los cambios del coronavirus están
abriendo la posibilidad de una nueva fase en el
comercio mundial más expansiva. En consecuencia,
este trabajo se enfoca en proponer elementos que
ayuden al diseño de políticas donde América Latina
pueda tomar mejores decisiones para potenciar su
crecimiento.
Lo anterior requiere un conjunto de factores que
se procuren poner a disposición de las empresas,
para que estas lleven a cabo sus inversiones con una
disminución atractivas de los riesgos, es decir, que las
empresas puedan observar a América Latina como
deseable para la expansión de sus comercios, puesto
que esto llevará un posible impacto en los niveles
de crecimiento regional dado que hay evidencia de
una correlación positiva entre la inversión y el PIB
per cápita en los países en vías de desarrollo (Perry,
2005; Elías, Fernández and Ferrari, 2006; Flores,
2006; Coremberg et al., 2007; Ghosh, 2007; Herranz,
Barraza and Legato, 2009; Chávez Muñoz, 2010;
Novales, 2011; Alcides, 2015; Suanes; Macarena;
Roca-Sagalés; Oriol, 2015; Escartin, Velasco and
González-Abril, 2017; Mordecki and Ramírez,
2018; Mamingi and Martin, 2018; Armendáriz and
Carrasco, 2019).
Diagnóstico de la evolución del comercio
mundial
Existe un amplio consenso en que la intensa
comunicación e interdependencia del comercio
mundial entre los distintos países del mundo arrancó
cuando Estados Unidos puso en marcha el plan
Marshal. El objetivo era ayudar a la reconstrucción
de aquellos países de Europa Occidental devastados
por la segunda guerra mundial, el plan requirió de la
eliminación a las barreras al comercio, aumento de
la productividad y menor regulación a las empresas,
entre otras. Ayudando a Europa a salir del agujero,
Estados Unidos conseguiría un socio comercial de
primera línea, y que tiene lugar hasta nuestros días.
De Asia vendría la segunda fase del comercio
internacional en la década del 70 que, basados en
los bajos salarios con largas jornadas de trabajo, la
abundancia de mano de obra, la creación de las zonas
francas y la carencia de derechos laborales resultaron
atractivos para las empresas multinacionales y la
inversión extranjera. Además, los gobiernos con
fuerte proteccionismo y dominio de las industrias
estratégicas, más el control de la modernización,
dio lugar a Japón y los tigres asiáticos para que
comenzaran a llenar el mercado mundial con sus
productos. Y es que no solo han sido exportadores
sino también importadores de productos de Estados
Unidos y Europa.
Lo que se consideraría una tercera fase del
comercio mundial es lo que hemos visto en los
últimos años, ese giro hacia el comercio con China.
El mismo empezaría a inicios de los años 80 cuando
el partido político comunista tradicional chino
fue transformándose a través de unas reformas
económicas abriendo paso a la creación de zonas
económicas especiales y a la privatización (BBC
News, 2019).
Siendo la apertura de concesiones de licencias
a los empresarios para desarrollar la libre empresa
y la inversión extranjera en que China impulso su
crecimiento económico mediante exportaciones de
maquinaria y equipos a bajo costo. Al igual que en la
fase anterior, los bajos salarios con largas jornadas