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Volumen 12, Número 31, Septiembre-Diciembre 2019, pp. 95 - 101
I. INTRODUCCIÓN
La meta del productor porcino es lograr los
máximos benecios en su sistema productivo y evitar
cualquier factor que pueda causar pérdidas y que
pueda constituirse en una razón de la disminución de
sus ingresos. La forma de que la granja sea rentable
consiste en aumentar el número de lechones por
cerda al año. Cuando se presenta disminución en
el tamaño de la camada se deben revisar todos los
componentes del sistema para diagnosticar la falla
y corregirla (Alfaro et al. 2002). En la mayoría
de las granjas, el manejo reproductivo del rebaño
porcino se caracteriza por considerar a la cerda como
responsable de la respuesta reproductiva en la unidad
de producción, dejando a un lado el enorme aporte
realizado por el verraco. Así mismo, los aspectos
nutricionales, sanitarios y de alojamiento son poco
considerados cuando del verraco se trata (Buxadé y
Sánchez 2009). La contaminación microbiológica
del semen por agentes patógenos puede ocasionar
reducción de la fertilidad y prolicidad de las cerdas
a través de procesos infecciosos como endometritis,
mortalidad embrionaria, o enfermedades sistémicas
(Decuadro-Hansen 2000).
El divertículo prepucial, fue descrito como un
órgano compuesto por dos lóbulos cuyo contenido
lo integran células epiteliales, restos de semen y
orina, con un olor muy desagradable (Cuesta et al.
2011). Este compartimiento es considerado como
una fuente de contaminación seminal y portador
de microorganismos causantes de enfermedades
en cerdas adultas a través de monta natural e
inseminación articial, fundamentalmente (Pineda
et al. 1994).
La contaminación bacteriana es frecuente en
el eyaculado, puede deberse a una infección en
el tracto urogenital del macho o por el contacto
del semen con el aire que lo rodea, manejo de la
colección, evaluación y procesamiento del semen.
De manera general, las bacterias más frecuentes
en el eyaculado del verraco corresponden a
Micrococcus sp, Staphylococcus sp., Pseudomonas
aeuroginosa, Proteus vulgaris, Enterobacter,
Corynebacterium suis, Bacillus subtilis, Escherichia
coli, Streptococcus fecalis, Citrobacter; de ellas, las
más frecuentes son Enterobacter, E. coli, S. fecalis
las cuales provienen de la contaminación de la zona
del prepucio por restos fecales (Pérez et al. 2001). En
la práctica, la contaminación bacteriana del semen se
asocia con reducción en el tiempo de conservación
de dosis, muerte de un porcentaje o totalidad de
los espermatozoides de un eyaculado, aglutinación
de espermatozoides, daño acrosomal. También,
se relaciona con aumento en los retornos al estro
u otras fallas reproductivas; por otro lado, puede
traer consigo la difusión del agente microbiano
en la hembra ocasionando descargas vulvares y
endometritis (Baltá y Moner 1995).
En el semen algunos microorganismos son capaces
de encontrar las condiciones óptimas para sobrevivir,
esto ocasionaría daños a los espermatozoides después
de la eyaculación por algún efecto directo sobre la
membrana plasmática espermática o por efectos
indirectos inducidos por los factores solubles del
metabolismo bacteriano, desencadenando procesos
de infertilidad o infecciones en el tracto reproductivo
de la hembra (Acosta et al. 2011; Puerta et al. 2015).
Indiscutiblemente, las bacterias, junto a otros
microorganismos, son causantes de numerosas
enfermedades en los cerdos, las cuales, producen
importantes pérdidas económicas en las unidades
de producción. En este sentido, se debe considerar
la bioseguridad y su estricta aplicación, de esta
forma disminuir los agentes etiológicos, dando
como resultado, que los animales no sean fuente
de transmisión de enfermedades, en especial los
animales utilizados en la reproducción (Buxadé y
Sánchez 2009). Bajo este contexto, Baltá y Moner
(1995) señalaron que en el momento de la monta,
un elevado número de organismos infecciosos son
introducidos en el aparato genital de la cerda a través
de la bolsa del prepucio. La infección también puede
producirse durante la cópula cuando el abdomen
del verraco está muy sucio y de esta manera se
infecta la vagina y el cérvix que se encuentra abierto.
Como consecuencia se produce degeneración de
los óvulos fecundados, lo que ocasiona descarga
vaginal con retorno al celo normal, o retorno y
descarga vaginal anormal. Las patologías localizadas
a nivel del tracto reproductivo en la mayoría de
las ocasiones no permiten que las cerdas queden
gestantes. En hembras de reemplazo la presencia