│ 161
Cuenca et al. Gestión del capital intelectual e innovación. Percepción de los exportadores de camarón.
I. INTRODUCCIÓN
En el actual escenario económico, las empresas
se enfrentan a grandes retos por mantenerse
competitivas ante los cambios que maniestan
los mercados internacionales. Sin dejar de lado
la concepción sistémica de la competitividad
(Mortimore y Peres, 2001) donde las empresas se
apoyan en un entorno que comprende proveedores,
servicios, sistemas de normas, pasando por políticas
de estado para la promoción e incentivo de las
actividades productivas; el contexto de una nueva
economía o “economía del conocimiento” (Castello,
2002, p.197) expone la exigencia de fortalecer los
activos intangibles para preparar la capacidad de
respuesta ante las demandas del mercado.
El entorno en el que operan las empresas
implica nuevas formas de competir, destacándose
la dotación del componente tecnológico, valor
agregado, las relaciones entre diversos actores
internos y externos. Algunos autores concuerdan
que el éxito de las organizaciones, depende de la
acumulación y combinación del conjunto de recursos
valiosos e idiosincráticos (Barney, 1991; Grant, 1991)
haciéndose necesario en el camino, el cambio de
esquemas tradicionales por visiones que ayuden a
construir una ventaja competitiva sostenible (Porter,
1980).
El aporte de la Teoría de Recursos y Capacidades
(Barney, 1991; Grant, 1991; Rubin, 1973; Wernerfelt,
1984) proporciona el sustento para enfocar la
generación de ventajas competitivas desde los
componentes internos de la empresa, los cuales
se calican como recursos con identidad propia
de difícil reproducción (Teece et al., 1997) activos
estratégicos que deben ser protegidos y desarrollados
(Amit y Schoemaker, 1993). En la misma línea
de análisis, siguiendo a Winter (2003, p. 991), la
aplicación de competencias y habilidades combinan
los recursos hasta convertirlos en “una colección de
rutinas, que caracterizan la capacidad organizacional
de la empresa”. La Teoría de Recursos reviste un
carácter estático, en relación a que los recursos
son considerados como stock, de ahí la evolución
que implica el enfoque de cambio constante de la
Teoría de las Capacidades Dinámicas al exponer la
importancia de identicar y gestionar las habilidades
organizacionales. Los activos intangibles esenciales
comprenden las rutinas estratégicas, como prácticas
organizacionales, pueden orientarse a un continuo
cambio y adaptación al entorno para mejorar su
desempeño (Wang y Ahmed, 2007; Zahra et al.,
2006).
Es evidente que el dinamismo del mercado reviste
enormes exigencias a las empresas que deben actuar
con respuestas innovadoras, las cuales dependerán de
las capacidades dinámicas que sea capaz de desarrollar
(Claver et al., 2013). La capacidad para innovar,
como habilidad colectiva de la organización, vendrá
determinada en buena parte por las gestiones que se
realicen en forma de procesos internos prioritarios
para asegurar el aprendizaje organizativo, donde se
encuentra implícito el conocimiento. Atendiendo
éstas reexiones teóricas, la competitividad puede
manifestarse en la innovación, experimentada por
las empresas que introducen cambios organizativos
y procesos productivos como en nuevos y mejorados
productos (López et al., 2012).
En Ecuador, la exportación de camarón se
constituye en una de las actividades económicas de
mayor crecimiento, generando empleo y dinamismo
en las industrias relacionadas, así lo sostienen las
estadísticas ociales (Banco Central del Ecuador,
2015; Cámara Nacional de Acuacultura, 2015).
La provincia de El Oro ocupa el segundo lugar en
producción de camarón a nivel nacional, en tanto las
empresas exportadoras se mantienen en mercados
internacionales cumpliendo parámetros de calidad.
De ahí el interés en analizar el papel que representa el
capital intelectual para los responsables de su gestión,
en tanto posibilita la generación de innovación, clave
para mantener la competitividad empresarial.
En este marco de antecedentes, la presente
investigación tiene por objetivo identicar las
prácticas de gestión organizacional que involucran al
capital intelectual como facilitadoras de la innovación
en sus diversas formas. Como una aproximación al
sector exportador de camarón en la provincia de El
Oro se seleccionan 5 empresas, que mantienen un
promedio de 200 empleados cada una, detentan
certicaciones de calidad.
La estructura del trabajo comprende una revisión
de literatura sobre la Teoría de Recursos y Capacidades
Dinámicas, posteriormente se analiza el Capital
intelectual como conjunto de activos intangibles
relacionados con el conocimiento, la estructura
del Capital Intelectual, innovación y vinculación