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Volumen 13, Número 32, Enero-Abril 2020, pp. 69 - 77
I. INTRODUCCIÓN
Ecuador con tan solo 0.17% de la supercie
terrestre, alberga la mayor cantidad de fauna y
ora por kilómetro cuadrado en comparación
con el resto de los países del mundo, por lo que se
considera un país con un ecosistema mega-diverso.
Dentro de esta variada ora, se encuentra el mango,
Mangifera indica L, el cual pertenece a la familia
Anacardiaceae. Es una fruta tropical proveniente
de la India, pero muy bien adaptada en Ecuador, que
lidera el grupo de frutas no tradicionales exportables,
siendo la variedad Tommy Atkins la que encabeza
dichas exportaciones con un 68.52%. (Fundación
mango Ecuador, 2018).
Esta especie aporta compuestos bioactivos
con propiedades antioxidantes, como polifenoles,
vitamina C, vitamina B5, entre otros, lo que le conere
a las distintas partes del árbol de mango propiedades
farmacológicas con actividad hipoglicemiante,
antimicrobiana, antiviral, antinamatoria,
antioxidante, antidiarreica, antialérgica, hipotensiva,
hepatoprotectora y antitusiva. (Troncoso et al, 2010).
El estado de madurez inuye en el contenido de
avonoides que disminuyen con la maduración, pero
no en el contenido de carotenoides o en la capacidad
antioxidante mediada a través de los ensayos con
DPPH y FRAP (Corrales et al., 2014).
Estudios químicos reportados demuestran la
presencia de polifenoles entre ellos la mangiferina
(2-β-D-glucopiranosil-1,3,6,7-tetrahidroxixanten9-
ona) la cual es una glucosilxantona natural que se
destaca como el compuesto mayoritario y está presente
en varias partes de Mangifera indica: hojas, frutos,
corteza, duramen y raíces. Este compuesto ha sido
caracterizado en las familias de las Anacardiáceas y
Gentianáceae, especialmente en las hojas y la corteza.
Estudios realizados reportan que la mangiferina
tiene un amplio rango de actividades farmacológicas,
incluyendo las acciones antioxidantes, antidiabéticas,
anti-VIH, antitumorales, hepatoprotectoras,
antivirales, anticancerígenas, cardioprotectoras e
hipolipidémicas. (Romero et al, 2014).
La presencia de compuestos bioactivos ha
sido reportada en cáscara de mango (Serna-Cock
et al, 2015), así como en otras partes de la planta
y fruta. Dentro de estos compuestos bioactivos,
uno de los más importantes es la mangiferina, un
glucósido de xantona que posee una amplia gama
de usos terapéuticos y no tiene informes de efectos
adversos y abunda en las hojas y tallos del árbol
de mango (Tayana et al., 2019) y se encuentra en
niveles signicativos en plantas superiores y en otras
partes del árbol y fruta del mango, como la cáscara,
corteza y semilla. Es un prometedor antioxidante
con excelentes propiedades relacionadas
con la salud como antiviral, anticancerígeno,
antidiabético, antioxidante, antienvejecimiento,
inmunomodulador, hepatoprotector y efectos
analgésicos (Imran et al., 2017), y se considera el
compuesto mayoritario dentro de los polifenoles
presentes en las diferentes partes de la Mangifera
indica. Este compuesto ha sido caracterizado en
las familias de las Anacardiáceas y Gentianáceae
especialmente en las hojas y la corteza. (Romero et
al, 2014; Parvez, 2016).
En el aprovechamiento industrial del mango se
utiliza únicamente la pulpa, olvidando que otros
componentes como la cáscara, pulpa en la piel y
semillas son fuentes importantes de antioxidantes,
por esta razón se realizaron estudios aprovechando
nutrientes valiosos obtenidos de subproductos
generados al momento de la extracción de la pulpa del
mango obteniendo mayor cantidad de antioxidantes
a partir de estos subproductos en comparación con la
cantidad encontrada en la pulpa. (Jibaja y Sánchez,
2015; Serna et al, 2015).
Debido a que los compuestos antioxidantes
estudiados suelen presentar también actividad contra
diversos microorganismos, se han realizado diferentes
estudios acerca de la actividad antimicrobiana del
mango y sus subproductos. En el 2010, en Malasia,
se estudiaron los efectos antimicrobianos del núcleo
de la semilla de Mangifera indica L, demostrando
actividad antimicrobiana frente a distintos patógenos
tales como E. coli y S. aureus. (Kaur et al, 2010).
En el 2013, en Zimbabwe, se estudiaron los efectos
antimicrobianos de extractos de la corteza del tallo de
Mangifera indica L, frente al Staphylococcus aureus.
Se encontró que aunque sí se presentó actividad
antimicrobiana dependiente de la concentración
de dicho extracto tanto en métodos de dilución en
agar como en caldo, el control (ampicilina) mostró
mejores resultados. (Mushore & Matuvhunye, 2013).
Un estudio realizado con extractos etanólicos
de la semilla de mango frente a E. coli, S. aureus
y K. pneumoniae, además de efectos sinérgicos