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Volumen 6, Nº 11, diciembre 2022 - mayo 2023, pp. 04-14
Caballero Torres et al. ¿Por qué debemos promover la protección de microbiota intesnal?
¿Por qué debemos promover la protección de microbiota intesnal?
Why should we promote the protecon of gut microbiota?
Resumen
En el tracto intesnal de la especie humana habita un ecosistema microbiano que ene elevada importancia para la salud por
lo cual se realizó este trabajo con el objevo de analizar aportes de la literatura cienca sobre composición, siología y meca-
nismos de microbiota intesnal y así contribuir a la prevención de enfermedades. Fueron estudiadas e interpretadas 60 publi-
caciones sobre integrantes de esta población de microorganismos y algunos de sus mecanismos siológicos que impactan en el
estado de salud. Este trabajo permió desarrollar tres reexiones: el equilibrio de la ora intesnal; la alimentación saludable;
la acvidad sica y manejar el estrés, que son las bases de la conclusión siguiente: la literatura cienca brinda informaciones
y datos sobre microbiota intesnal que respaldan la importancia de proteger este ecosistema para prevenir enfermedades y
aumentar la esperanza de vida con buena calidad.
Palabras Clave: acvidad sica; alimentación; eslo de vida; estrés; microbiota intesnal; salud.
Abstract
In the intesnal tract of the human species inhabits a microbial ecosystem that is highly important for health. Our objecve is to
analyze contribuons of the scienc literature on composion, physiology, and mechanisms of the intesnal microbiota to con-
tribute to the prevenon of diseases. 61 publicaons on members of this populaon of microorganisms and some of their phy-
siological mechanisms that impact health status were studied and interpreted. This work allowed us to develop three reecons
that are the basis for the following conclusion: the scienc literature provides informaon and data on the intesnal microbiota
that support the importance of protecng this ecosystem to prevent diseases and increase life expectancy with good quality.
Keywords: physical acvity; food; stress; lifestyle; gut microbiota; health.
Angel Eladio Caballero Torres
1
; Yumy Estela Fernández Vélez
2
;
Jenny Caballero Barrios
3
(Recibido: mayo 28, Aceptado: octubre 28, 2022)
hps://doi.org/10.29076/issn.2602-8360vol6iss11.2023pp4-14p
1
Universidad Técnica de Manabí, Manabí-Ecuador. Docente tular principal empo completo. Doctor en Ciencias Médicas. Email:
drangelcaballerotorres@gmail.com. hps://orcid.org/0000-0003-0208-6218
2
Universidad San Gregorio de Portoviejo, Manabí-Ecuador Docente empo completo. Médico. Magíster en Salud Pública. Email: yefernandez@
sangregorio.edu.ec, hps://orcid.org/0000-0002-2116-5301
3
Miami Hospital University, Miami-Florida. USA. Invesgadora auxiliar. Médico. Especialista en Reanimación. Email: jennycaballero1982@gmail.
com, hps://orcid.org/0000-0003-1918-7234
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Caballero Torres et al. ¿Por qué debemos promover la protección de microbiota intesnal?
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INTRODUCCIÓN
El microbiota intestinal influye en muchos
aspectos de la salud humana, y por eso la
atención de la comunidad científica al papel
del microbiota intestinal en la salud tiene una
tendencia creciente que se expresa por miles
de publicaciones sobre este tema con lo cual
aumentan las posibilidades de comprender
su utilidad para el bienestar de los miembros
de la especie humana (1).
El conocimiento sobre el microbiota intestinal
es relativamente reciente, muy diverso, y en
tal sentido reviste importancia el desarrollo
de revisiones de literatura que traten temas
puntuales ante la diversidad. No obstante,
la protección suficiente de las condiciones
que facilitan la homeostasis de microbiota
intestinal es una asignatura pendiente (2).
La realización de este trabajo se motiva en
la necesidad de analizar y unificar parte de
los aportes de la literatura científica sobre
la composición, fisiología y mecanismos
de microbiota intestinal para promover la
protección del microbiota intestinal y con
ello prevenir las enfermedades.
METODOLOGÍA
Se realizó una búsqueda bibliográfica en las
bases de datos con publicaciones en acceso
abierto, en un intervalo de años de 2011
al 2021, en idiomas inglés y español, en
PubMed (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/)
principalmente, NCBI (https://www.ncbi.nlm.
nih.gov/), MDPI (https://www.mdpi.com/),
Springer (https://link.springer.com) entre
otras editoriales de revistas académicas,
con el uso de palabras clave: gut microbiota,
health, food, physical activity, stress y
lifestyle para recopilar datos e informaciones
sobre el microbiota intestinal y salud. Fueron
seleccionadas publicaciones identificadas
como free article. La información recopilada
se documentó de forma estructurada y se
derivaron reflexiones de las consecuencias
de la composición y funcionamientos de
microbiota intestinal en la protección de la
salud.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Fueron analizadas 60 publicaciones que
explican la relación de la composición y
funcionamiento de microbiota intestinal con
la protección contra agentes etiológicos de
enfermedades transmisibles y determinantes
de enfermedades crónicas no transmisibles,
además de resaltar las consecuencias de
su disbiosis (desbalance del equilibrio
microbiano de la microbiota debido a cambios
cualitativos y cuantitativos de su composición
o a cambios en su funcionamiento o
actividades metabólicas o en su distribución)
que influyen en la obesidad, alteraciones
del estado de ánimo y la salud mental,
cáncer, enfermedades cardiovasculares y
degenerativas, entre otras.
En el epitelio, criptas, mucus y lumen
intestinal hay trillones de microorganismos
distribuidos de forma diferente para cada
persona con alta diversidad, (3) tal como se
indica en la Tabla 1.
El crAssphage es un virus que infecta a
las bacterias, se lo denomina también
bacteriófago o fago de manera abreviada,
tiene la capacidad de lisar a las bacterias
una vez que atraviesan su pared celular
e iniciar su replicación en el citoplasma
de esta, provocando la “explosión de la
bacteria”, similar acción se observa en los
miembros del género Entamoeba, entre otros
protozoos, fagocitan parte de la población
bacteriana que es la más heterogénea entre
los componentes de microbiota intestinal (4)
(5) (6).
Lo anteriormente señalado da una pauta para
comprender que a nivel de la luz intestinal
constantemente se está produciendo
una “lucha territorial”, la misma que en
Tabla 1. Tipos de microbiota intestinal
Tipos de agentes Biotas Ejemplos de agentes
Acelulares Virobiota crAssphage
Procariotas Archeas Methanobrevibacter smithii
Procariotas Bacterias Lactobacillus rhamnosus GG
Eucariotas Micobiota Saccharomyces boulardii
Eucariotas Protozoos Entamoeba sp.
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situaciones fisiológicas permiten mantener el
equilibrio del microbioma (microorganismos,
genes y metabolitos del cuerpo humano).
Y que en condiciones de disbiosis pueden
desencadenar desde procesos infecciosos
agudos, hasta enfermedades crónicas como
sobrepeso, obesidad, hipertensión arterial,
diabetes, enfermedades autoinmunes al
igual que respuestas alérgicas, entre otras.
La variedad de filos de bacterias se expresa
en la Tabla 2.
Reflexión 1. La variedad de reinos, filos,
familias, géneros y especies en este
ecosistema indica que el equilibrio en su
composición es determinante para el estado
de salud del hospedero.
Así tenemos por ejemplo que los
Bacteroidetes y los Firmicutes representan
la mayor población de filos bacterianos en el
sistema gastrointestinal, una modificación en
sus porcentajes desencadenaría respuestas
que afectarían la salud del individuo.
El ser humano adquiere el microbiota
intestinal en el canal del parto, durante la
lactancia y por intercambios con el ambiente
en que se encuentre.(5) Su composición y
funcionamiento se puede modular por la
alimentación, actividad física y respuestas
a situaciones estresantes, entre otros (7).
Los ácidos grasos de cadena corta como
ácido propiónico, ácido butírico y ácido
acético e importantes cantidades de energía
son originados en la actividad metabólica
que desarrolla la microbiota intestinal con
carbohidratos resistentes a la acción de jugos
y enzimas producidas por células del tracto
Tabla 2. Filos bacterianos más frecuentes
en microbiota intestinal
Filos bacterianos Especies frecuentes
Firmicutes
Faecalibacterium prausnitzii (5 %
microbiota intesnal)
Bacteroidetes
Bacteroides fragilis (0.5 % microbiota
intesnal)
Acnobacterias Bidobacterium longum
Proteobacterias Escherichia coli
Verrucomicrobia Akkermansia muciniphila
Fusobacteria Fusobacterium nucleatum
gastrointestinal humano, además de regular
los niveles del principal neurotransmisor
inhibidor: ácido gamma aminobutírico
(GABA) (8), incrementar la expresión de
neuropéptidos anorexigénicos y formar
vitaminas del complejo B y K (9).
Interviene en la preservación de la barrera
hística de la mucosa del intestino y participa en
la producción de metabolitos estimuladores
de la respuesta inmune con particular efecto
en el proceso de la inflamación (10, 11).
También contribuye a la producción
de serotonina y dopamina, entre otras
sustancias protagónicas del metabolismo
neuronal (12, 13) .En este sentido, algunos
autores mencionan a especies de los
géneros Bifidobacterium y Lactobacillus del
microbiota intestinal como psicobióticos
debido a que influyen positivamente en
la salud mental, fortalecen la capacidad
cognitiva, la memoria, el aprendizaje y la
estabilidad del comportamiento social (14).
Arqueas metanógenas, incluyendo
principalmente M. smithii, pueden
desarrollar una importante relación de
comensalismo a través de la regulación de
los niveles de hidrógeno en el intestino
para facilitar el metabolismo de otros
miembros del microbiota intestinal, aunque
se asocian a alteraciones de la estructura y
funcionamiento del intestino con posibles
implicaciones extraintestinales .(15).
La alimentación contribuye a la composición
y funcionamiento del microbiota intestinal
con el aporte de sustancias químicas
consideradas prebióticos y microorganismos
que se califican como probióticos, además de
fitoquímicos.
Los prebióticos son considerados
alimentos funcionales, no digeribles,
pero que contribuyen al desarrollo del
microbiota intestinal al ser consumidos
por ellos, entre las que se destacan los
fructooligosacáridos(presentes en frutas y
vegetales ), y los galactooligosacáridos (en la
leche materna), además de componentes de
alimentos de origen vegetal como celulosa,
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β-glucanos, hemicelulosas, pectinas y
análogos, gomas y mucílago, entre otros otros
que modulan el crecimiento y desarrollo de
miembros del microbiota intestinal (16).
Los probióticos son microorganismos vivos
que contribuyen a la salud y entre los más
conocidos están Lactobacillus rhamnosus GG,
Streptococcus thermophilus, Lactobacilus
bulgaricum, Bifidobacterium longum,
Saccharomyces bourlardii, y otras especies
de los géneros Bacillus, Bifidobacterium y
Lactococcus (17) .
Los mecanismos que pueden explicar la
relación del microbiota intestinal con la
salud incluyen la acción de probióticos como
antagonistas de agentes patógenos, por
inhibición de la multiplicación y adherencia
en el tracto intestinal, por otra parte, están
sus contribuciones al mantener la función de
la primera barrera de defensa (formada por
la piel, mucosas, lágrimas, saliva). A nivel
intestinal el incremento de la producción
de moco y disminución de la permeabilidad
intestinal, además de la modulación del
sistema inmune en el intestino evitan el
ingreso de los agentes patógenos (18).
Hay una clasificación de tres enterotipos para
distinguir grupos bacterianos de acuerdo
con la frecuencia de algunos géneros. El
enterotipo 1 presenta mayor abundancia
de Bacteroides y se asocia con la ingestión
de dietas que tienen altos contenidos de
proteínas de origen animal y grasas. El
enterotipo 2 donde predomina Prevotella
tiene mayor relación con el alto consumo
de carbohidratos mientras el enterotipo 3
se caracteriza por elevadas cantidades de
Ruminococcus es el responsable de digerir
carbohidratos complejos. Estas asociaciones
ratifican la dependencia de las poblaciones
bacterianas en el intestino, al tipo de
alimentación del hospedero (3).
En un estudio comparativo de un grupo de niños
expuestos a una dieta con altos contenidos
de fibra y otros infantes con consumos
habituales de alimentos con elevados aportes
de carbohidratos simples, grasa y proteínas
de origen animal se encontró una población
significativamente mayor de Bacteroidetes y
menor presencia de Firmicutes en relación
con los microorganismos en heces fecales de
los miembros del segundo grupo que tenía
Enterobacteriaceae más abundante de forma
significativa (19).
El consumo de alimentos con altos contenidos
de proteínas disminuye la diversidad de
microbiota intestinal(20). Miembros de
microbiota intestinal pueden contribuir a
la relación del consumo de carne roja y el
riesgo de enfermedades cardiovasculares
debido a la producción de trimetilamina que
se transforma en N-óxido de trimetilamina
que es aterogénica (21).
La ingesta de alimentos con altos contenidos
de grasa modifica la composición de
poblaciones de Firmicutes y Bacteroidetes
en el microbiota intestinal. El incremento
de las bacterias Gram negativos, cuya pared
celular es rica en lipopolisacáridos (conocido
estimulador de la inflamación celular),
aumentan el riesgo de obesidad, resistencia
a la insulina, por lo que se considera pueden
tener implicaciones en la endotoxemia
(presencia de toxinas en la sangre producidas
por la muerte de las bacterias) aunque esto
aún no está suficientemente explicado (21,
22).
El consumo de frutas, verduras y legumbres
se asoció al incremento de los niveles de
ácidos grasos de cadena corta en las heces
fecales debido a la actividad metabólica
de Firmicutes y Bacteroidetes capaces de
degradar carbohidratos resistentes a la
digestión.(23).
En el consumo de almidón resistente y
polisacáridos no almidón son metabolizados
por el microbiota intestinal (24) mientras
la ingestión de β-glucanos regulan este
ecosistema con estímulos al crecimiento
de Bifidobacterium, Lactobacilos y otras
bacterias productoras de ácidos grasos
de cadena corta y varios metabolitos que
ayudan a la salud. (25). También se debe
señalar el consumo de fitoquímicos como
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polifenoles, carotenoides y tiosulfatos que
pueden ayudar, en la actividad metabólica de
microbiota intestinal, a enfrentar procesos
inflamatorios adversos y obesidad (26, 27).
Reflexión 2. La alimentación, además de sus
importantes aportes de energía y nutrientes,
suministra prebióticos, probióticos y
antioxidantes que modulan el microbiota
intestinal.
La actividad física se asocia a la abundancia
de especies bacterianas promotoras de salud
y mayor diversidad microbiana que facilita
la respuesta inmune en las mucosas.(28)
(9).El Microbiota intestinal aporta ayudas
ergogénicas indirectas al rendimiento de
la actividad física, incluyendo mejoras del
estado de ánimo y recuperación después
de los entrenamientos deportivos.(29)
.En el microbiota intestinal de atletas se
han encontrado menor abundancia de
Bacteroidetes e incremento de poblaciones
de Firmicutes incluyendo a Faecalibacterium
prausnitzii que contribuye a un ambiente
intestinal saludable caracterizado por inducir
respuestas que brindan menos oportunidades
a patógenos oportunistas de colonizar la
mucosa o producir citoquinas (30).
La actividad física moderada favorece la
homeostasis del microbiota intestinal que
causa ambientes intestinales donde se
previenen daños que pueden ser originados
por actividades deportivas donde aumenta la
inflamación y permeabilidad intestinal con lo
cual se indica la relación bidireccional entre
microbiota intestinal y actividad física (31).
Algunos trabajos señalan la relación de la
actividad física y el microbiota intestinal con
el buen estado de las articulaciones, aunque
se necesitan evidencias científicas sobre este
tema (32).
Durante las últimas décadas se ha
desarrollado especial interés por la
participación del eje intestino cerebro en la
presentación del estrés, ansiedad, depresión
y otras alteraciones de la salud mental.
El eje intestino cerebro incluye al microbiota
intestinal, el sistema nervioso entérico y el
cerebro donde participan la barrera de la
pared del intestino, la circulación portal y
sistémica, la barrera hematoencefálica y
el nervio vago. Este eje funciona de forma
bidireccional con notable influencia en la
protección de la salud, aunque también
puede ser una vía de generación de trastornos
desencadenados por sustancias formadas en
el estrés oxidativo (33).
El desarrollo y funcionamiento del cerebro
depende de la composición y diversidad de
microbiota intestinal. La relación bidireccional
entre el cerebro y el ecosistema del intestino
se desarrolla a través de varias vías que
incluye reacciones inmunes (citoquinas),
endocrinas (cortisol) y nerviosas (nervio
vago) (34).
La relación bidireccional entre el microbiota
intestinal y el estrés se observa en la
modificación de la composición de este
ecosistema debido a alteraciones del
comportamiento como resultado de
estímulos de situaciones estresantes (ayuno,
infecciones, entre otras) y, por otro lado, los
cambios en la población de microorganismos
colonizadores del intestino pueden
originar estrés y otras enfermedades que
comprometen al sistema nervioso central
(35).
El microbiota intestinal puede afectar
al cerebro debido a la producción de
metabolitos, hormonas y otras sustancias que
causan cambios en la señalización celular de
la circulación en la barrera hematoencefálica
(36).
El estrés es la respuesta que desarrolla
una persona ante situaciones o eventos
percibidos como amenazas en un nivel
superior a sus recursos, por lo cual siente
vulnerabilidad. El estrés crónico que tiene
elevada importancia en la presentación y
desarrollo de enfermedades crónicas está
asociado con microbiota intestinal.
Los neuropéptidos y neurotransmisores
secretados por células enterocromafines,
reguladas por el microbiota intestinal, tienen
un papel importante en las respuestas a
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situaciones estresantes. El Neuropéptido
y, así como la hormona liberadora de
corticotropina son dos de esos neuropéptidos
que establecen la comunicación entre
microbiota intestinal y el cerebro en el
proceso del estrés, además de otros péptidos
como neurotensina, oxitocina, amilina y
colecistoquinina (37).
La ansiedad es inquietud, temor o miedo
generada por personas que perciben como
agresiones determinados estímulos del
ambiente a los cuales responde de forma
excesiva. Los trastornos de ansiedad pueden
llegar a ser crónicos y abrumadores. Se ha
demostrado en investigaciones en modelos
animales que el desequilibrio del eje
hipotalámico-hipofisario-adrenal causado
por microbiota intestinal puede afectar el
sistema neuroendocrino en el cerebro y
causar estados de ansiedad (38).
Depresión es un trastorno frecuente que
se caracteriza por la presencia de tristeza,
pérdida de interés o placer, sentimientos de
culpa o falta de autoestima, trastornos del
sueño o del apetito, sensación de cansancio
y falta de concentración, puede ser crónico
o recurrente. Tiene varias causas como
factores genéticos, biológicos, ambientales
y psicológicos. Entre ellos se incluye la
alimentación y microbiota intestinal, pues
se ha demostrado, sobre la base de estudios
en modelos animales, que este ecosistema
puede causar depresión y otras alteraciones
del funcionamiento del cerebro a través del
sistema de formación de serotonina a partir
del triptófano. La síntesis de serotonina
sucede en el núcleo de rafé y en las células
enterocromafines con la participación de
microbiota intestinal (39)(40).
Este estudio guarda relación con el de
Jiang et al, donde también valoran la tesis
sobre la influencia del género Alistipes,
como parte de microbiota intestinal, en la
presentación y desarrollo de la depresión
a través de un crecimiento exacerbado que
implica la disminución de los niveles de
triptófano pues este género lo utiliza para
producir indol. En los cuadros más severos
de esta morbilidad se han observado
abundantes poblaciones de Bacteroidetes,
Actinobacterias y Proteobacterias con
disminución de Firmicutes, especialmente el
género Faecalibacterium (41).
El estado de ánimo es consecuencia de
factores neuroquímicos, neurobiológicos y
metabólicos. Esta asociación se manifiesta
en la patofisiología de la depresión donde se
producen alteraciones del sistema inmune,
procesos inflamatorios, así como estrés
oxidativo y nitrosativo que causan cambios en
diferentes órganos y tejidos entre los cuales
se destaca la permeabilidad de la barrera de
las paredes del intestino (42).
Los mecanismos a través de los cuales el
microbiota intestinal influye en trastornos de
la salud como la depresión incluye la asociación
de sus miembros con varios péptidos
intestinales como neuropéptido Y, péptido
YY, polipéptido pancreático, colecistoquinina,
péptidos como glucagón, factor de liberación
de la corticotropina, oxitocina y grelina. Se
ha observado que personas con depresión
presentan niveles séricos más elevados
de IgM e IgA contra lipopolisacáridos de
bacterias Gram negativas. El incremento de
estas inmunoglobulinas se asocia con fatiga
y trastornos gastrointestinales que incluyen
procesos inflamatorios (43).
Existe asociación entre procesos inflamatorios
y disfunciones de neurotransmisores y
neurotrófinas (44),varias vías, aferentes
y eferentes, del eje microbiota intestino
cerebro funcionan bidireccionalmente con
neurotransmisores, neuromoduladores y
neuropéptidos que regulan la composición de
microbiota intestinal e influyen en procesos
inflamatorios asociados con alteraciones
del estado de ánimo, déficit de atención,
autismo y esclerosis múltiple, entre otras
enfermedades, estos estados morbosos de
la salud pueden ser desencadenadas por
la activación crónica del eje hipotalámico
hipófisis adrenal, alteraciones del sistema
purinégico e incremento del estrés oxidativo
(45).
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La interacción de microbiota intestinal con
el cerebro es influida por la producción
microbiana de metabolitos como los ácidos
grasos de cadena corta (AGCC) que son
inmunomoduladores, estimulan el sistema
nervioso autónomo, regula la homeostasis de
la microglía, entre otras funciones asociadas
con el sistema nervioso central. También el
control de la utilización del triptófano y la
producción de neuropéptidos intestinales
son vías de la relación bidireccional de
microbiota intestinal con el cerebro (46).
Los AGCC tienen implicaciones en el
metabolismo local, intermedio y periférico,
aunque una parte importante de los
mecanismos por los cuales influyen en la
salud no están suficientemente explicados
(47) aunque se acepta que constituyen
fuentes de energía, realizan actividades
antiinflamatorias y antiapoptósicas, regulan
la lipogénesis, participan en la producción
de hormonas que controlan la saciedad,
modifican el pH, la motilidad del intestino y
la absorción de nutrientes.(48).
La relación entre urbanización y microbiota
intestinal fue reportada en una investigación
en Tíbet donde se encontró una disminución
de Prevotella mientras Bacteroides
y Faecalobacterium aumentaron sus
respectivas proporciones en microbiotas
intestinales debido a estilos de vida urbanos o
industrializados, esto implica la poca ingesta
de fibra e incremento en el consumo de
productos refinados entre ellos pastas, arroz
blanco, proteína animal y alimentos ricos en
grasas (49). En otro trabajo se encontró una
disminución significativa de la diversidad de
microbiota intestinal asociada con estilos de
vida propios de la urbanización (50).
La obesidad, que es el resultado de estilos de
vida no saludables, mantiene una tendencia
a incrementar su prevalencia en la mayoría
de los países con estudios que demuestran
la relación causal de la ingesta excesiva
de energía alimentaria y el sedentarismo
con el incremento del peso corporal (51).
En las últimas décadas se ha aceptado el
significado de microbiota intestinal, por las
proporciones en que se encuentran miembros
de los filos Firmicutes y Bacteroidetes en
individuos obesos, en el desarrollo del
proceso obesogénico, aunque se continúa
investigando el papel específico de algunos
géneros y especies bacterianas en este (52).
En este sentido, Gao et al señalan en su trabajo
que los individuos con sobrepeso, obesidad y
acantosis nigricans además de tener un estado
metabólico alterado presentan una menor
diversidad de microbiota. Bifidobacterium,
Faecalibacterium y Ruminococcaceae son
considerados beneficiosos para la salud, sin
embargo, en este estudio se han encontrado
en menores cantidades en los obesos,
mientras que las colonias de patógenos
oportunistas como Escherichia, Shigella,
Fusobacterium y Bacillus estaban elevadas
considerablemente (53).
En un grupo de individuos con diabetes
mellitus tipo 2, controlada y no controlada,
se encontraron los filos Firmicutes,
Bacteroidetes, Proteobacteria y el género
Prevotella fueron las bacterias más
frecuentemente identificadas en ambos
grupos, con una detección ligeramente
mayor en el grupo de control metabólico
adecuado. Estos tipos de microorganismos
estaban en mayores proporciones en el
grupo que consumía fibra y carbohidratos
no digeribles en relación con quienes no los
incluían en su alimentación, Actinobacteria
y Fusobacterium no se identificaron en
ninguno de los grupos (54).
Coincidiendo con estas informaciones, el
trabajo de Guevara et al, declara que el
tratamiento contra el síndrome metabólico a
través del consumo de menores cantidades
de grasas saturadas disminuyó los niveles
de triglicéridos, colesterol, intolerancia a la
glucosa y disbiosis de microbiota intestinal
(55).
El microbiota intestinal tiene un importante
papel en la regulación de estrógeno y su
diversidad es esencial para la salud en general,
incluida la salud de los senos(56) pues
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las enzimas β-glucuronidasa microbianas
intestinales (GUS) forman parte del
estroboloma que reactivan a los estrógenos a
partir de sus glucurónidos. Algunas enzimas
GUS microbianas intestinales pueden haber
evolucionado para poder procesar los
sustratos de glucurónidos de estrógeno de
manera eficiente para obtener la fuente de
energía de seis carbonos (57).
La relación de estilos de vida y microbiota
intestinal confirmaron que los aportes de
nutrientes y compuestos bioactivos afectan la
composición y funcionamiento de microbiota
intestinal. Esta tiene implicaciones en
el estrés que impacta en la selección de
alimentos y hábitos alimentarios así tenemos
que los probióticos y prebióticos favorecen
el desarrollo de bacterias beneficiosas en la
preservación de la salud del cuerpo humano,
y otras como el alcohol, tabaco, drogas la
podrían perturbar (58).
En otra investigación encontraron que un estilo
de vida saludable acompañado del consumo
de prebióticos y probióticos restituyen
el equilibrio de microbiota intestinal,
especialmente en individuos afectados por
Clostridioides difficile, síndrome de intestino
irritable, enfermedades autoinmunes,
desórdenes metabólicos, y cáncer de colon
(59) y se plantea que este ecosistema en
homeostasis podría prevenir enfermedades
degenerativas como el Parkinson y Alzheimer
en las que se ha observado un incremento de
Akkermansia, Rikenellaceae respectivamente
(60).
Reflexión 3. Ser activo, llevar un adecuado
manejo de la alimentación y conducir
correctamente las respuestas a situaciones
estresantes contribuye al homeostasis del
microbiota intestinal que impacta de forma
significativa en la salud.
CONCLUSIONES
La literatura científica brinda informaciones
y datos sobre microbiota intestinal que
respaldan la importancia de proteger este
ecosistema para prevenir enfermedades y
aumentar la esperanza de vida con buena
calidad.
Una alimentación rica en fibras, carbohidratos
complejos, actividad física, manejo del estrés,
pobre en proteína de origen animal y grasas
saturadas contribuirán en la protección
del microbiota intestinal y la disminución
del riesgo de padecer enfermedades
infecciosas (digestivas, respiratorias),
crónicas no transmisibles (sobrepeso,
obesidad, diabetes), catastróficas (cáncer) y
neurodegenerativas (Parkinson, Alzheimer),
entre otras.
El personal de salud debe apropiarse de estas
informaciones con la finalidad de promover
estilos de vida saludables en la población.
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