Volumen 7, Nº 13, diciembre 2023 - mayo 2024, pp. 13-20
Mazón Fierro et al. Trastornos de sueño y ansiedad.
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Trastornos de sueño y ansiedad relacionados con el
connamiento por Covid-19 en Ecuador
Sleep and anxiety disorders related to
Covid-19 connement in Ecuador
Resumen
El insomnio es uno de los trastornos que afectan la calidad del sueño y es la dicultad para conciliar el sueño o permane-
cer dormido, así como la presencia de despertar precoz o sueño no reparador. La presente invesgación tuvo como ob-
jevo realizar un diagnósco a la población en función a los trastornos de sueño y ansiedad asociados con la pandemia
y se propusieron alternavas a n de prevenir y en algunos casos disminuir las alteraciones. Se realizó un estudio trans-
versal, analíco y exploratorio con un muestreo de bola de nieve en el que parciparon un total de 235 de personas de
la Universidad Nacional de Chimborazo. Para conocer cómo se comportan los niveles de ansiedad se aplicó la Escala de
Ansiedad de Zung y en relación con los trastornos de sueño se aplicó el Cuesonario de calidad de sueño de Pisburgh.
Los resultados indicaron que el nivel de ansiedad está relacionado con la calidad del sueño, demostrando que de la po-
blación de estudio un 57% presentan un sueño moderado y un nivel de ansiedad leve, además, el 64,2% de la población
estudiada duerme menos de 5 horas por día encontrando dicultades en la duración del sueño y considerándolos malos
dormidores. Para ello se propuso implementar una prácca regular de yoga y mindfulness, como servicio a la comunidad
en los momentos de crisis que se presentaron en empos de pandemia.
Palabras Clave: Ansiedad; trastorno del sueño; Covid-19; mindfulness; yoga.
Abstract
Insomnia is one of the disorders that aect the quality of sleep and is the diculty in falling asleep or staying asleep,
as well as the presence of early awakening or non-restorave sleep. The objecve of this research was to diagnose the
populaon based on the sleep and anxiety disorders associated with the pandemic and alternaves were proposed to
prevent and, in some cases, reduce the alteraons. A cross-seconal, analycal, and exploratory study was carried out
with snowball sampling in which a total of 235 people from the Universidad Nacional de Chimborazo parcipated. To
nd out how anxiety levels behave, the Zung Anxiety Scale was applied and in relaon to sleep disorders, the Pisburgh
Sleep Quality Quesonnaire was applied. The results indicated that the level of anxiety is related to the quality of sleep,
demonstrang that 57% of the study populaon have moderate sleep and a mild level of anxiety, in addion, 64.2% of
the studied populaon sleeps less. of 5 hours per day nding dicules in the duraon of sleep and considering them
poor sleepers. To this end, it was proposed to implement a regular pracce of yoga and mindfulness, as a service to the
community in moments of crisis that occurred in mes of pandemic.
Keywords: Anxiety; Sleep disorder; Covid-19; mindfulness; yoga.
Mónica Mazon-Fierro
1
; Edda Lorenzo-Bertheau
2
; Susana Paz-Viteri
3
;
Ximena López-Mendoza
4
(Recibido: sepembre 18, 2023; Aceptado: noviembre 17, 2023)
hps://doi.org/10.29076/issn.2602-8360vol7iss13.2023pp13-20p
1
Universidad Nacional de Chimborazo, Provincia de Chimborazo, Ecuador. Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú. Email: monica.mazon@unms.edu.pe; mmazon@
unach.edu.ec. ORCID: hps://orcid.org/0000-0002-5303-9174
2
Universidad Nacional de Chimborazo, Provincia de Chimborazo, Ecuador. Email: elorenzo@unach.edu.ec, ORCID: hps://orcid.org/0000-0001-9293-5468
3
Universidad Nacional de Chimborazo, Provincia de Chimborazo, Ecuador. Email: spaz@unach.edu.ec; ORCID: hps//orcid.org/0000-0001-9240-1941
4
Universidad Estatal de Milagro, Provincia del Guayas, Ecuador. Universidad Nacional de Chimborazo, Provincia de Chimborazo, Ecuador. Email: Universidad Estatal de
Milagro, Provincia del Guayas, Ecuador. Email: xlopezm2@unemi.edu.ec; xlopez@unach.edu.ec. ORCID: hps://orcid.org/0000-0002-9564-6300
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Mazón Fierro et al. Trastornos de sueño y ansiedad.
INTRODUCCIÓN
La pandemia por COVID-19 declarada el
11 de marzo de 2020 por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) llevó a que varios
países adopten medidas no farmacológicas
y combinadas, para contener y mitigar el
contagio en sus poblaciones, siendo una
de las medidas principales el aislamiento
social, de allí se derivaron innumerables
consecuencias que afectaron las condiciones
de salud física y mental en las personas,
según (1) estas condiciones de tensión
llevan a que las personas generen ansiedad e
insomnio, producto de las condiciones en las
cuales deben desenvolverse.
Además, la salud mental se vio afectada
por el confinamiento por la ansiedad, la
depresión y por ende pérdidas de la calidad
del sueño. La conmoción causada por el
aislamiento y las restricciones de circulación,
las dinámicas familiares fueron causas
de cambios emocionales que se hacen
necesarias evaluar. La cuarentena es un
aislamiento social que todos sufrimos, por
lo tanto, se debe comenzar a actuar desde
una perspectiva científica debido a que se
pueden presentar cambios en la salud de las
personas tanto por el confinamiento como
por el retorno progresivo a las actividades.
Estudios en epidemias anteriores han
revelado una profunda y amplia gama
de consecuencias psicosociales a nivel
individual y comunitario durante los brotes.
Son múltiples las alteraciones psicológicas
asociadas que van desde síntomas aislados
hasta trastornos complejos con un deterioro
marcado de la funcionalidad, tales como
insomnio, ansiedad, depresión y trastorno
por estrés postraumático (2).
El insomnio es uno de los trastornos que
afectan la calidad del sueño y se define
por la dificultad para conciliar el sueño o
permanecer dormido, así como la presencia
de despertar precoz o sueño no reparador,
se diagnostica como insomnio si existe la
problemática, mínimo 3 noches por semana
por un período de por lo menos 3 meses,
y que se asocie con la angustia o deterioro
del rendimiento durante el día, además
tardar 30 minutos o más en conciliar el
sueño y/o pasar en la cama despierto más
de ese tiempo después de haber conciliado
inicialmente el sueño, constituye el umbral
entre el sueño normal y el sueño anormal (3).
Según el insomnio presenta una prevalencia
del 10-15% de la población general mundial
y al menos el 95% de la población ha
experimentado insomnio vez en su vida.
El insomnio es usualmente de origen
multifactorial e individualizado para cada
persona y se lo ha correlacionado con
alteraciones del estado físico y mental, así
como con una reducción significativa en la
calidad de vida y con una pobre percepción
de salud (4). Distintas alteraciones médicas
se han asociado al insomnio: Síndromes
dolorosos (lumbalgia, fibromialgia),
demencia, infección por VIH, afección
pulmonar obstructiva crónica, asma, artritis,
enfermedad de Parkinson, Alzhéimer, Reflujo
gastroesofágico, nicturia, insuficiencia
cardiaca, enfermedad cerebrovascular,
síndrome de extremidades inquietas entre
otras (5).
A nivel cerebral, dormimos para compensar
deficiencias celulares diversas que ocurren
naturalmente por el desgaste al que nos
sometemos durante la vigilia (1). Este ciclo
de recuperación física y psicológica del ser
humano se ha visto alterado por el Covid-19,
ya que el uso sostenido de tecnologías
digitales para evitar el contagio (teletrabajo,
educación virtual, etc.), junto al temor ante el
contagio de se convierten en estresores que
afectan directamente la calidad del sueño en
la población.
Por otra parte, la ansiedad puede ser
explicada como una respuesta del organismo
con síntomas psíquicos y somáticos que se
produce ante una situación de peligro físico
o psíquico, y cuya finalidad es inyectar al
organismo de energía para responder al
peligro anulándolo o contrarrestándolo (6)
Se realizaron estudios que han comprobado
la relación que existe entre la pandemia
por COVID-19 y la ansiedad y cómo impacta
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de forma negativa en la salud mental. La
pandemia por COVID-19, desencadenó
una serie de situaciones que incluyeron el
miedo al contagio, la adaptación a nuevas
tecnologías y la aplicación de medidas de
precaución sanitarias que interfieren con los
ciclos de socialización y las actividades al aire
libre.
Se ha indicado que el aislamiento social
está asociado a un mayor tiempo en línea
que lleva al aumento de la irritabilidad,
la ansiedad social, la perdida de interés
en las actividades cotidianas y la falta de
concentración producto de la fatiga causada
por la interacción digital (7).Esta relación
se produce en forma transversal dentro de
la sociedad y afecta a un segmento amplio
de la población, que junto a la percepción
de amenaza por el contagio tiene que
enfrentarse a la desinformación existente
en redes sociales y a las exigencias laborales
o académicas propias de cada caso (8).El
aumento en los indicadores de ansiedad
son notorios en la población que está
directamente relacionada con el cuidado
sanitario como médicos y enfermeras (9) y en
aquellos que se han visto afectados directa o
indirectamente por la enfermedad.
Si bien desde el inicio de la pandemia se
ha observado un proceso de adaptación
general en los niveles de salud mental
desde la segunda mitad del 2020 (10), debe
considerarse el caso de que la ansiedad
producida agrave condiciones de salud física
y mental preexistentes en las personas, lo
que nos lleva a considerar la importancia de
evaluar cómo la ansiedad se manifiesta de
forma distinta de acuerdo con las distintas
poblaciones y contextos.
Según el estudio realizado por (11) en
Ecuador, se tuvieron datos de la presencia
de síntomas de ansiedad y depresión en
la población que estuvo dentro del cerco
epidemiológico por COVID-19 durante los
meses de marzo y abril. Los resultados de
este estudio indicaron que alrededor del 20%
de los evaluados presentaron síntomas de
depresión moderados a severos y casi un 23%
síntomas de ansiedad con similar severidad.
En este contexto, se hace necesario realizar
un diagnóstico a la población en función a
los trastornos de sueño y ansiedad asociados
con la pandemia y proponer alternativas
que permitan a la población prevenir y en
algunos casos disminuir estas alteraciones,
con este fin se propuso desarrollar un
proyecto de investigación con las siguientes
características; un estudio transversal,
analítico y exploratorio, con muestreo de
bola de nieve. Participaron un total de 235
de personas de la Universidad Nacional de
Chimborazo, Ecuador.
Para conocer cómo se comportan los niveles
de ansiedad se aplicó la Escala de Ansiedad
de Zung (12) y en relación a los trastornos de
sueño se aplicó el Cuestionario de calidad de
sueño de Pittsburgh, autocreado por Daniel
J. Buysse.
La encuesta incluyó datos generales,
preguntas relacionadas con las variables
sociodemográficas, académicas y
conductuales, con opción múltiple y
posibilidad de marcar solo una respuesta.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación es de estudio transversal,
analítico y exploratorio, con muestreo de
bola de nieve. Participaron un total de 235
de personas de la Universidad Nacional de
Chimborazo, Ecuador, incluyendo estudiantes
matriculados en el semestre académico 2021
1S y personal docente que aceptaron formar
parte del estudio de manera voluntaria.
La recolección de la información estuvo a
cargo de los investigadores y para conservar
el anonimato, al descargar la base de
datos desde el formulario se eliminaron
los datos personales de los participantes.
Los remitentes aceptaron los términos
y concedían consentimiento informado,
considerando las normas técnico-científicas
para investigación en salud.
Para conocer cómo se comportan los niveles
de ansiedad se aplicó la Escala de Ansiedad
de Zung (12); esta escala está estructurada
en 20 ítems con escala de respuesta tipo
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Likert (nunca =1; siempre =4), donde existen
preguntas que se encuentran redactadas en
negativo (5, 9, 13, 17 y 19).
La puntuación total tiene una escala entre
veinte y ochenta unidades, donde de 20-
44 (ausencia de ansiedad), 45-59 (ansiedad
leve), 60- 74 (ansiedad moderada), 75- 80
(ansiedad grave).
Para estudiar la calidad del sueño se aplicó
el Cuestionario de calidad de sueño de
Pittsburgh, el cuestionario consta de 24
preguntas distribuidas en 7 componentes
como son:
Eficiencia habitual de sueño: es el
porcentaje de horas de sueño efectivo
entre el número de horas que una
persona permanece en la cama.
Calidad de sueño subjetiva: es el reporte
del número de horas que un sujeto cree
que duerme.
Latencia de sueño: es el periodo de
tiempo en minutos, transcurrido desde
el momento de acostarse y el comienzo
del sueño.
Disfunción diurna: Nivel inadecuado para
realizar diferentes tareas durante el día.
Alteraciones del sueño: dificultad
relacionada con el hecho de dormir,
como despertarse durante la noche o
demasiado temprano, levantarse para ir
al baño, no poder respirar con facilidad,
toser o roncar, tener frío o calor, sueños
desagradables, dolor u otras razones.
Duración del dormir.
Uso de medicamentos para dormir.
El cuestionario se puntúa en un rango de 0-21,
donde un puntaje total mayor de 5 indica
mala calidad del sueño; la encuesta incluyó
datos generales, preguntas relacionadas con
las variables sociodemográficas, académicas
y conductuales, con opción múltiple y
posibilidad de marcar solo una respuesta.
Así mismo, en la encuesta estaban incluidos
los instrumentos precisados para medir la
ansiedad y la calidad de sueño.
Los parámetros de intensidad medidos
fueron:
Leve: Episodios que se presentan solo en
momentos donde poca atención es requerida,
entre ellos: mirar televisión, leer un libro
mientras se está acostado, viajar en un
vehículo en movimiento, etc. No se presenta
todos los días y produce un deterioro social
y ocupacional menor; latencias de 10-15
minutos.
Moderado: Episodios que se presentan
diariamente y se producen en momentos
donde se requiere cierto nivel de atención,
entre ellos: durante un concierto, ver una
película, durante reuniones o al manejar
como ejemplos. Los síntomas en este caso
producen un deterioro social y ocupacional
moderado; Latencias de 5-10 minutos
Severo: Episodios que se presentan
diariamente y se producen en momentos
donde se requiere atención leve a moderada,
entre ellos: mientras come, durante una
conversación directa, al manejar, caminar
o durante actividades físicas. Los síntomas
producen un deterioro social y ocupacional
marcado; latencias menores a 5 minutos.
En cuanto al criterio de exclusión, solamente
comprende a los participantes que
voluntariamente no deseen ser parte del
estudio.
Los datos obtenidos se introdujeron en una
base de datos de Microsoft Excel 2016 a través
de un sistema de doble digitación. Posterior
al control de calidad, la base fue ingresada en
el paquete estadístico IBM SPSS Statistics 25
para su análisis. En el análisis descriptivo se
utilizaron frecuencias y porcentajes, y para
la presentación de las variables cuantitativas
la mediana y rangos intercuartílicos, previa
comprobación de la ausencia de normalidad
con el test de Shapiro Wilk. Para el cruce de
las variables con la presencia de ansiedad y
mala calidad de sueño, se aplicó la prueba
U de Mann Withney, Chi cuadrado y Fisher,
según correspondiese.
El estudio fue aprobado por el Comité de
Investigación de la Universidad Nacional de
Chimborazo, Ecuador. Los participantes que
aceptaron colaborar voluntariamente en el
estudio aceptaron mediante un formulario
electrónico un consentimiento informado,
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Tabla 1. Porcentaje de respuestas para cada opción
Tabla 2. Puntaje y clasificación de la escala
de Ansiedad de Zung
Tabla 3. Puntaje y clasificación de la escala de Ansiedad
de Zung según el sexo
Tabla 4. Prevalencia de trastornos de sueño en la
muestra de estudio
Reacvos
Opciones
1 2 3 4 5
1-Intranquilidad y nervios - 14,8 53,8 24,6 6,4
2- Temor sin movo 18,2 31,4 39,8 8,5 1,7
3-Alterado, agitación 10,6 23,7 41,1 18,6 5,5
4-Desbaratarse 27,5 21,6 34,3 12,7 3,4
5-Va a pasar algo malo 3,8 11,9 41,5 32,2 10,2
6-Temblor manos y
piernas
35,2 29,7 26,7 6,4 1,7
7-Dolor cabeza, cuello,
espalda
6,8 19,5 34,3 28,4 10,6
8-Debilidad y cansancio 12,7 19,5 36,9 22,0 8,5
9-Agitación 4,7 20,3 36,0 32,6 5,9
10-Taquicardia 48,1 31,8 39,8 1,1 5,9
11-Mareos 33,1 33,9 25,4 5,1 2,1
12-Desmayo 58,1 28,4 11,0 1,3 0,8
13-Respirar es dicil 0,8 2,5 11,9 28,4 55,9
14-Dedos dormidos 25,4 18,6 39,0 8,9 3,0
15-Dolor estómago 16,5 30,5 37,3 11,0 4,2
16-Poliuria 16,9 35,6 31,4 11,4 4,2
17-Mano húmedas y frías 19,1 25,8 31,8 16,9 5,9
18-Cara caliente y roja 19,5 35,2 31,4 9,3 4,2
19-Insomnio 4,2 16,9 34,7 29,7 14,0
20-Pesadillas 22,9 38,1 30,5 6,8 1,3
Puntaje Zung Ansiedad Resultados
20-44 Ausencia de ansiedad 31
45-59 Ansiedad leve 141
60-74 Ansiedad moderada 58
La tres Ansiedad grave 4
Puntaje Zung Ansiedad Mujer Hombre
20-44 Ausencia de ansiedad 18 13
45-59 Ansiedad leve 96 45
60-74 Ansiedad moderada 41 17
75-80 Ansiedad grave 4
-
Presencia o no del trastorno Número de parcipantes
No presenta dicultades 164
Presentan dicultades 70
donde se especificó el propósito del estudio.
La confidencialidad y el anonimato de la
información fue asegurada en todo momento.
RESULTADOS
Análisis de Reactivos. Para asegurar la
normalidad de cada uno de los reactivos,
se analizó su distribución de frecuencias. En
la Tabla 1 se presentan los porcentajes de
respuesta registrados para cada reactivo. Las
opciones de respuesta fueron: (1) Nunca, (2)
Casi nunca, (3) A veces, (4) Casi siempre, y
(5) Siempre.
De los resultados obtenidos con respecto
a la ansiedad, encontramos una población
con todos los niveles, con predominio de
ansiedad leve como se muestra en la Tabla 2.
En la Tabla 3 se observa que las mujeres
padecen más niveles de ansiedad que los
hombres, mostrando más en el nivel de
moderado, con un porcentaje de 41.
En la Tabla 4 se observa que, de la población
total, 70 participantes presentan dificultades
en relación al sueño. Por tanto, a partir
de este momento se trabajará con los 70
de la muestra considerando un conjunto
de trastornos del desarrollo habitual de
consumo del ciclo vigilia y sueño. El sueño
es importante en la calidad de vida, el estrés
que el individuo experimenta en el día a día
genera modificaciones en la homeostasis del
ciclo sueño-vigilia, lo que se traduce en la
producción de trastornos del sueño.
En la Tabla 5 referente a la latencia del sueño
se puede observar que de los 70 participantes
con trastornos del sueño 50 presentan el
trastorno dos veces por semana, que son los
días de mayor estrés producido por la carga
académica.
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Tabla 5. Latencia del sueño
Tabla 8. Análisis del número de horas sueño
Tabla 9. Eficiencia del sueño habitual
Tabla 10. Tabla Cruzada segmentada
Tabla 6. Prevalencia de niveles de trastornos de sueño
en la población de estudios de acuerdo a la intensidad
Tabla 7. Valores del uso de hipnóticos
Niveles Nro.
Ninguna vez en el úlmo mes 6
Menos de una vez a la semana 10
Una o dos veces a la semana 50
Tres o más veces a la semana 4
Horas de sueño Nro. %
Más de 7 horas 6 8,5
Entre 6 y 7 horas 9 12,8
Entre 5 y 6 horas 10 14,2
Menos de 5 horas 45 64,2
Eciencia del sueño Nro. %
Mayor de 85% 53 75,7
Entre 70 y 84% 15 21,4
Entre 62 71% 3 4,2
Menos de 61% - -
Ausencia de
ansiedad
Ansiedad
leve
Ansiedad
moderada
Ansiedad
grave
Sueño leve
0
0,0%
5
45,4%
6
54,5%
0
0,0%
Sueño
Moderado
0
0,0%
8
57,1%
6
42,8%
0
0,0%
Sueño
severo
0
0,0%
23
51,1%
18
40.0%
4
8,8%
Niveles %
Leve 11
Moderado 14
Severo 45
Nro. %
Mujeres 63 90
Hombres 7 10
Con respecto a la prevalencia de niveles de
los trastornos de sueño mostrados en la Tabla
6, se aprecia que 45 personas presentan el
trastorno dos veces por semana, siendo esto
un indicador de que el nivel del trastorno es
severo.
En la Tabla 7 referente a los valores del uso
de hipnóticos se aprecia que las mujeres
usan más hipnóticos para dormir que los
hombres, al menos una vez por semana, esto
puede estar dado por la sinceridad a la hora
de contestar los cuestionarios.
Al analizar el número de horas de sueño en la
tabla 8 se puede apreciar que de los 70 de la
muestra el mayor porcentaje solo duermen
menos de 5 horas, encontrando dificultades
en la duración del sueño y considerándolos
malos dormidores.
Tal como se observa en la Tabla 9, la eficiencia
del sueño es mayor del 85% en la mayoría de
la población.
En la Tabla 10 se presenta una relación entre
los trastornos de sueño y ansiedad, se ha
utilizado un coeficiente de confianza al 95%,
por lo que el nivel de significancia es 0,05,
como la significancia asintótica bilateral es
0,009 menor que 0,05, entonces se acepta
la hipótesis existiendo una relación entre
los items. De la población de estudio un 57%
presentan un sueño moderado y un nivel de
ansiedad leve, el resto de los estudiados se
mueven en diferentes categorías; explicando
que los niveles de ansiedad afectan en la
calidad del sueño.
DISCUSIÓN
Los resultados indican que el nivel de
ansiedad está relacionado con la calidad del
sueño, demostrando que de la población
de estudio un 57% presentan un sueño
moderado y un nivel de ansiedad leve. No
podemos confirmar si es el sueño el que
produce la ansiedad o es la ansiedad la que
produce dificultades en la calidad del sueño.
Las puntuaciones altas muestran alteraciones
en todos los indicadores del sueño.
En este estudio se realizó la diferencia
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hábitos de sueño saludables son importantes
para mejorar tanto la salud mental como la
calidad del sueño.
Adoptar de manera temprana estrategias
que eviten las complicaciones propias de
la pandemia derivadas del aislamiento
social, y basados en recomendaciones sobre
intervenciones efectivas, sencillas, de bajo
costo y sostenibles en el tiempo, pueden
favorecer que muchas de estas se conviertan
en hábitos y que su práctica perdure a largo
plazo, contribuyendo de esta manera al
control tanto de la probabilidad de contagio
por COVID-19, como al mejoramiento de la
calidad de vida de las personas.
Dado que un alto porcentaje de la población
presentan trastornos en el sueño y niveles
de ansiedad moderado, se hace necesario
fomentar prácticas saludables que permitan
no sólo mejorar este tipo de trastornos, sino
que contribuyan de forma permanente a
mejorar su calidad de vida.
Por lo expuesto anteriormente fue necesario
proporcionar herramientas que permitan
retomar la calma, serenidad, adaptarse a la
nueva forma de convivir, trabajar, estudiar
y lograr un equilibrio como seres; así como
mejorar el estado físico, emocional y los
problemas derivados del estrés como los
trastornos del sueño. Y para ello se propuso
implementar una práctica regular de yoga y
mindfulness, como servicio a la comunidad
en los momentos de crisis que se presentaron
en tiempos de pandemia.
Los hallazgos de esta investigación
permitirán diseñar una intervención usando
herramientas como el yoga y el mindfulness
fin de mejorar la calidad del sueño y bajar
los niveles de ansiedad que conlleven a
mejorar la salud mental y la capacidad de
recuperación psicológica post pandemia.
Agradecimientos. A la Universidad
Nacional de Chimborazo, por las facilidades
brindadas para el desarrollo del proyecto
y a todas las personas quienes de forma
voluntaria participaron en el proyecto y
por su compromiso para continuar en la
intervención.
entre hombres y mujeres debido a que era
una muestra no homogénea. Las personas
estudiadas ven normales al tener dificultades
en el sueño por el estrés que mantienen. Se
debe entender que el sueño es reparador de
energías para disminuir los niveles de estrés.
De ahí que el uso de hipnóticos para dormir
lo ven como algo normal. Las personas
menosprecian sus síntomas del mal dormir,
mirándolo como algo normal (2).
El 64,2% de la población estudiada duermen
menos de 5 horas, encontrando dificultades
en la duración del sueño y considerándolos
malos dormidores, los trastornos del sueño
son problemas de salud mental y física que
afectan a millones de personas en todo el
mundo. Estas condiciones pueden tener un
impacto significativo en la calidad de vida de
quienes las padecen.
CONCLUSIONES
Posterior al diagnóstico realizado se
puede determinar que la relación entre la
ansiedad y la calidad del sueño es compleja
y multifacética, la ansiedad y la calidad del
sueño tienen una relación bidireccional.
La ansiedad puede causar problemas de
sueño, como dificultad para conciliar el
sueño, despertarse durante la noche o
tener pesadillas. A su vez, la falta de sueño
de calidad puede aumentar la sensación de
ansiedad.
La ansiedad y la mala calidad del sueño
a menudo se alimentan mutuamente. La
ansiedad puede aumentar la activación del
sistema nervioso simpático, lo que dificulta
el proceso de conciliación del sueño y puede
llevar a insomnio. La privación del sueño,
a su vez, puede exacerbar los síntomas de
ansiedad. Tratar la ansiedad puede mejorar
la calidad del sueño y viceversa. Las terapias
cognitivo-conductuales, la terapia de
relajación, la meditación y la atención plena
(mindfulness) son enfoques terapéuticos que
pueden ayudar a abordar tanto la ansiedad
como los problemas de sueño. El manejo
adecuado de la ansiedad y la adopción de
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Conflicto de intereses. No existen conflictos
de intereses en particular por parte de
los autores y las instituciones científicas
que participan en el presente trabajo que
pudieran afectar directa o indirectamente los
resultados de la investigación.
REFERENCIAS
1. García KPV. Regulación emocional,
autocuidado y burnout en psicólogos
clínicos ante el trabajo en casa por
confinamiento debido al COVID-19.
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