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Menendez Romero et al. Ecacia del uso de nimodipina en ACV isquémico.
Ecacia del uso de nimodipina en accidente cerebro vascular isquémico
Ecacy of nimodipine use in ischemic stroke
Resumen
El accidente cerebrovascular isquémico (ACV) es una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial. El
nimodipina, un bloqueador de los canales de calcio, ha sido invesgado ampliamente como un potencial agente
neuroprotector. Sin embargo, su ecacia en el ACV isquémico sigue siendo objeto de debate. Este estudio tuvo
como objevo evaluar la ecacia del nimodipina en la reducción del tamaño de la lesión isquémica y la mejora de los
resultados funcionales en pacientes con ACV isquémico agudo. El estudio es de po descripvo de corte longitudi-
nal retrospecvo, basado en el paradigma posivista. Se realizó una revisión sistemáca de arculos de las bases de
datos PubMed, la Biblioteca Cochrane, Scopus y Google académico, centrándose en estudios que evaluaron la e-
cacia del nimodipino en el ACV isquémico. Los resultados mostraron que los resultados son controversiales debido a
los efectos secundarios que ene el medicamento, el empo de administración, su método de administración y su
dosicación, dando en la mayoría de ensayos clínicos resultados negavos. Estos hallazgos resaltan la necesidad de
una evaluación más cuidadosa en la administración de este medicamento, así como la realización de más ensayos
clínicos en disntos subgrupos de pacientes. En conclusión, la administración de nimodipina en el accidente cere-
brovascular isquémico ha demostrado su capacidad para mejorar la perfusión cerebral y reduciendo daño neuronal
isquémico, sin embargo, no se demostró evidencia concreta, que aclare el benecio de la ulización del fármaco
bloqueante de los canales de Ca2+, por lo que se recomienda, invesgaciones futuras, que esclarezcan el uso de
nimodipina, ya que, no existe literatura cienca suciente que aborde la ecacia de este. Se requieren estudios
adicionales para conrmar estos resultados y explorar los mecanismos subyacentes a los efectos del nimodipino en
el ACV isquémico.
Palabras clave: accidente cerebro vascular isquémico; nimodipino; daño neuronal
Abstract
Ischemic stroke (IS) is one of the leading causes of disability worldwide. Nimodipine, a calcium channel blocker,
has been extensively invesgated as a potenal neuroprotecve agent. However, its ecacy in ischemic stroke
remains controversial. This study aimed to evaluate the ecacy of nimodipine in reducing ischemic lesion size and
improving funconal outcomes in paents with acute ischemic stroke. The study follows a descripve, longitudi-
nal, and retrospecve design based on a posivist paradigm. A systemac review of arcles from PubMed, the Co-
chrane Library, Scopus, and Google Scholar was conducted, focusing on studies that assessed the eecveness of
nimodipine in ischemic stroke. Results revealed conicng ndings due to the drugs side eects, ming, method
of administraon, and dosage, with most clinical trials yielding negave outcomes. These ndings underscore the
need for a more thorough evaluaon of nimodipine administraon, as well as addional clinical trials in dierent
paent subgroups. In conclusion, although nimodipine has shown potenal in improving cerebral perfusion and
reducing ischemic neuronal damage, there is insucient concrete evidence to clearly support the benet of using
this calcium channel blocker in ischemic stroke. Further research is recommended to clarify its ecacy, as the
current scienc literature on the subject is limited. Addional studies are needed to conrm these ndings and
explore the underlying mechanisms of nimodipine's eects in ischemic stroke.
Keywords: ischemic stroke; nimodipine; neuronal damage.
Alex Mauricio Menendez Romero
1
; Nayely Jamileth Sánchez Gaona
2
;
Daniela Anabel Becerra Valdez
3
; Víctor Euclides Briones Morales
4
(Recibido: agosto 01, 2024; Aceptado: diciembre 30, 2024)
hps://doi.org/10.29076/issn.2602-8360vol9iss16.2025pp108-114p
1
Estudiante de Medicina, Universidad Técnica de Machala, Ecuador. email: amenendez2@utmachala.edu.ec. ORCID: hps://
orcid.org/0009-0006-3768-476X
2
Estudiante de Medicina, Universidad Técnica de Machala, Ecuador. email: nsanchez10@utmachala.edu.ec. ORCID: hps://
orcid.org/0009-0000-1710-0428
3
Estudiante de Medicina, Universidad Técnica de Machala, Ecuador. email: dbecerra2@utmachala.edu.ec. ORCID: hps://
orcid.org/0009-0003-7772-7339
4
Docente Tutor, Anestesiólogo, Intensivista MSc. Esp, PhD(c). Universidad Técnica de Machala, Ecuador. email: vbriones@
utmachala.edu.ec. ORCID: hps://orcid.org/0000-0002-2394-4624
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INTRODUCCIÓN
La nimodipina ha sido estudiado para
el tratamiento de diferentes afecciones
neurológicas como la hemorragia subaracnoidea
aneurismáca, lesión cerebral traumáca y
accidente cerebrovascular (ACV) isquémico. Su
mecanismo de acción se basa en la inhibición
de la entrada de calcio a través de los canales
L en las células vasculares, lo que reduce la
vasoconstricción y mejora el ujo sanguíneo
cerebral.
La nimodipina fue aprobada para el tratamiento
del ACV isquémico en algunos países durante
la década de 1980, pero su uso disminuyó
debido a preocupaciones sobre su seguridad y
ecacia (1). Mientras que en Lanoamérica se
ha ulizado en algunos, pero no es tan común
como en el pasado, y por los resultados mixtos
existen pautas diferentes en cada país de forma
que no se recomienda universalmente.
En la década de 1980, se realizaron varios
estudios en Ecuador para evaluar la ecacia de la
nimodipina en el tratamiento del ACV isquémico.
Estos estudios iniciales mostraron resultados
prometedores, sugiriendo que la nimodipina
podría mejorar los resultados neurológicos y
reducir la mortalidad en pacientes con ACV
isquémico agudo.
Basándose en estos resultados, la nimodipina
fue aprobada para el tratamiento del ACV
isquémico en Ecuador en la década de 1990. Sin
embargo, en la década de 2000, se publicaron
varios estudios más grandes y aleatorios que
cuesonaron la ecacia de la nimodipina para el
ACV isquémico. Estos estudios encontraron que
la nimodipina no tenía un benecio signicavo
en la mejora de los resultados neurológicos o la
reducción de la mortalidad en comparación con
el placebo.
En el contexto del ACV isquémico, este ha sido
evaluado por su capacidad de prevención contra
el daño neuronal secundario a la isquemia y dar
un mejor pronósco funcional de los pacientes,
de modo que reduce el riesgo de isquemias
cerebrales tardías o secundarias, mejorar la
perfusión cerebral y potencialmente reducir la
extensión del daño isquémico.
Sin embargo, los resultados de los estudios
clínicos han sido controversiales y mixtos.
Mientras que algunos han demostrado sus
benecios en términos de recuperación
neurológica y disminución de la mortalidad,
otros estudios similares no han probado la
ecacia del nimodipino en comparación con un
placebo. Estos resultados no concisos sugieren
que la ecacia de la nimodipina ene diferentes
consideraciones como lo son el momento
de la administración, la dosis ulizada y las
caracteríscas personales de cada paciente.
En esta revisión sistemáca ene de objevo
analizar la ecacia de la nimodipina en el ACV
isquémico y evaluar sus datos clínicos en esta
afección, ya que aunque la nimodipina muestra
un potencial para el tratamiento, se requiere
más invesgación para poder determinar de
forma concluyente su ecacia y para establecer
protocolos de tratamiento.
METODOLOGÍA
El estudio es de po descripvo de corte
longitudinal retrospecvo, basado en el
paradigma posivista. Se realizó una revisión
sistemáca de arculos de las bases de datos
PubMed, la Biblioteca Cochrane, Scopus y
Google académico, centrándose en estudios que
evaluaron la ecacia del nimodipino en el ACV
isquémico.
Se incluyeron estudios de revisión narrava
o sistemáca sobre abordaje terapéuco
con nimodipina, se implementó el uso de los
tesauros de la UNESCO, con palabras como
Accidente cerebro vascular, “Nimodipina”,
“Hipotensión”, “Lesión cerebral tardía”. Después
se realizó un análisis sintéco para idencar
las conclusiones y hallazgos de los arculos
seleccionados.
RESULTADOS
Un accidente cerebrovascular agudo, también
conocido como ataque cerebral, se caracteriza
por la aparición súbita de décits neurológicos
focales en una zona especíca del cuerpo,
afectando el cerebro, la rena o la médula
espinal. Estos décits se producen debido a
enfermedades cerebrovasculares subyacentes,
que alteran el ujo sanguíneo a estas áreas
vitales (2).
El accidente cerebrovascular es ocurrente en
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todo po de poblaciones y causa una importante
morbilidad y mortalidad. Estos se van a clasicar
en isquémicos y hemorrágicos. Para clasicar
los accidentes cerebrovascular isquémicos, se
emplea la clasicación Trial Org 10172 in Acute
Strike Treatmen (TOAST) que lo subdividen en
categorías como: Cardioembólica, Oclusión de
vasos pequeños, Ateroesclerosis de las arterias
grandes, Accidente cerebrovascular de la
eología indeterminada, Ictus de otra eología
determinada (3).
En las trombosis depende de su siopatología,
en las trombosis se obstruye que impedirá
la circulación sanguínea al cerebro, por la
aterosclerosis de vasos grandes, vasculis y la
disección arterial, en los accidentes embólicos
surge un coágulo de las válvulas o cámaras del
corazón, como puede ocurrir en una brilación
auricular, émbolos venosos, sépcos, grasos o
aéreos y los infartos lacunares que suceden en
las áreas subcorcales del cerebro irrigados por
vasos de riesgo media, arteria basilar, arteria
cerebral posterior y patología o patología o en
vasos pequeños causados por vasos de riesgo
(4).
Para su tratamiento y manejo principalmente
va a ser preservar el tejido en zonas donde el
tejido pierde su perfusión o esté disminuida,
este se mejora restaurando el ujo sanguíneo
y facilitando el ujo colateral, donde
principalmente juega en papel el empo, para
esto se hallan diferentes técnicas endovasculares,
trombolícos, anhipertensivos, agentes
neuroprotectores. Para la terapia de reperfusión
aguda se uliza principalmente el Alteplast vía
intravenosa donde estos deben cumplir criterios
de inclusión e inicio de síntomas dentro de las
3 horas administrando 0.9 mg/kg con dosis
máxima de 90 mg (5).
Otro método empleado es la trombectomía
mecánica que consiste en la extracción o
fragmentación mecánica de un trombo que
bloquea una arteria del cerebro, lo que
restablece el ujo sanguíneo al área afectada del
cerebro, esta puede ser considerada en todos
los pacientes donde es muy recomendada en las
primeras 6 horas dependiendo de la ubicación
geográca y las caracteríscas del paciente (6,7).
Sin embargo, ya existen ensayos donde también
puede ser empleada hasta las 24 horas mediante
los criterios DAWN y DEFUSE 3 (8).
La nimodipina, un bloqueador de canales de
calcio de la familia de las dihidropiridinas,
similar al amlodipino y la felodipina, se emplea
para tratar el vasoespasmo cerebral, una
complicación frecuente tras una hemorragia
subaracnoidea. Su mecanismo de acción se
basa en la inhibición del ujo de iones de
calcio hacia las células musculares lisas, lo que
provoca una vasodilatación. A diferencia de
otros bloqueadores de canales de calcio, la
nimodipina posee una alta solubilidad en lípidos,
caracterísca que la hace ideal para atravesar la
barrera hematoencefálica y actuar directamente
en los vasos cerebrales.
Estudios clínicos han demostrado la ecacia
de la nimodipina en la reducción del tamaño
del infarto y las complicaciones asociadas a
la hemorragia subaracnoidea. A pesar de su
aprobación en Estados Unidos en 1988, su uso
no está ampliamente extendido, principalmente
debido a sus indicaciones restringidas.
La nimodipina se encuentra disponible en
cápsulas de 30 mg. La dosis recomendada para
adultos es de 60 mg cada 4 horas durante 21
días, iniciando el tratamiento lo antes posible o
dentro de las 96 horas posteriores al diagnósco
de la hemorragia subaracnoidea.
La nimodipina actúa sobre los canales de
calcio dependientes de voltaje que van a estar
distribuidos por todo el cuerpo y normalizan la
excitabilidad y la secreción de diferentes pos
de células (9). De estos pos de canales cada
uno ene sus respecvas propiedades biosicas
para después ser respaldadas para la clonación
de diferentes subunidades alfa-1 que forman
poros, de forma que se crearon diferentes pos
de bloqueadores selecvos para diferentes pos
de canales, la nimodipina y otros bloqueadores
de dihidropiridina van a inhibir estos canales po
L que son idencados más especícamente
como la familia Ca v 1 de canales de calcio
dependientes de voltaje. La nimodipina se va a
unir entonces a las subunidades alfa – 1 que van
a tener poros transmembrana y actúan como
modulador alostérico negavo de la función del
canal (10,11).
De estos se idencaron cuatro isoformas
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alfa1 dentro de las familias de canales po L,
Cav1.1, Cav1.2, Cav1.3, Cav1.4 y estas están
asociadas a diferentes células en todo el cuerpo.
(12) Los po Cav1.2 y Cav1.3 van a estar más
relacionados con las neuronas, diferentes pos
de células del sistema nervioso central y el
sistema cardiovascular y la nimodipina aún no
se conoce si ene algún po de selecvidad
por alguno de estos, sino que sigue a toda la
distribución de los canales po L y potencia a
una gran gama de pos de células, dentro de
ellas las importantes para esta revisión como las
células neuronales lesionadas involucradas en la
unidad neurovascular, del cual diferentes datos
sugieren que desempeñan un papel tanto para
la progresión de la isquemia y la lesión cerebral
tardía (13).
Se dene como Accidente Cerebro Vascular
isquémico a la aparición brusca de un daño
neurológico focal o generalizado, causado por la
interrupción del ujo sanguíneo, que conlleva a
un décit de oxígeno, glucosa, lípidos, causando
necrosis del parénquima cerebral (1).
El daño neuronal isquémico libera glutamato,
acvando los receptores NMDA y un ujo
masivo de Ca2+ hacia las células, provocando su
muerte debido a excitotoxicidad. Después del
proceso de isquemia-reperfusión, las neuronas y
astrocitos dañados producen especies reacvas
de oxígeno (ROS). Además, el estrés oxidavo y
el proceso inamatorio contribuyen a la ruptura
de la barrera hematoencefálica, permiendo
que las células inmunitarias transmidas por
la sangre alcancen el parénquima cerebral y se
acumulen en el tejido afectado (2).
Tras la acumulación de células inmunes, la
microglía en el cerebro se acva después del
proceso isquémico debido al aumento de ATP
extracelular a parr de la despolarización de
las neuronas. La microglía acvada secreta
agentes proinamatorios, como citoquinas,
y desarrolla propiedades presentadoras de
angenos fagocícas y del complejo mayor de
histocompabilidad (MHC) de clase II restringido
(15).
A medida que las células mueren y el tejido
cerebral se daña, las señales de peligro
molecular aumentan aún más la ogosis al
acvar más microglía e inltrar leucocitos en
una respuesta de retroalimentación que libera
más citocinas con acción proinamatoria. El
aumento de la expresión de citocinas promueve
aún más la expresión de moléculas de adhesión
en las células endoteliales que provocan un
reclutamiento adicional de leucocitos de la
sangre periférica. Este proceso conduce a un
aumento de la muerte de las células neuronales
provocando una mayor área infartada y un peor
resultado neurológico (15).
Según Tomassoni, Lanari, Silvestrelli, Traini, &
Amenta. (2008) menciona que “La nimodipina
puede limitar el ujo de Ca2+ y, por tanto,
prevenir el daño neuronal irreversible”. (14)
Además, se ha evidenciado que la nimodipina
reducen el aumento del Ca2+ intracelular y
la despolarización de la membrana, lo que
previene la muerte de las células del hipocampo
inducido por la exposición al aminoácido
excitador glutamato (15).
A pesar de los benecios del nimodipino en la
HSA, varios ensayos clínicos evidenciaron que,
en el accidente cerebrovascular isquémico, su
ulización es controversial, debido a los efectos
secundarios, especialmente la hipotensión
y el agravamiento de la lesión neural. (15)
Sin embargo, en dos estudios controlados y
aleatorizados, los pacientes que recibieron 120
mg de nimodipino al día durante 28 días además
de dextrano intravenoso de bajo peso molecular
tuvieron una mejora en el nivel de conciencia
al inicio del tratamiento y una reducción de la
discapacidad, según lo evaluado por la escala de
Mathew (16).
En un estudio, se evaluó el benecio del
nimodipino en relación con el dextrano
intravenoso; el tratamiento con nimodipino
se inició dentro de las 24 horas siguientes a
la aparición de los síntomas del accidente
cerebrovascular, los pacientes con décits
moderados a graves mostraron el mayor
benecio neurológico; la mortalidad general a
los seis meses fue del 29 % en pacientes tratados
con nimodipino y un 17% en los pacientes
tratados con dextrano intravenoso (16).
En el análisis de los datos combinados de cinco
estudios controlados con placebo también
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reveló la reducción del deterioro neurológico y
la mortalidad en pacientes que recibieron 120
mg de nimodipino al día durante 21 o 28 días.
Sin embargo, en pacientes con presión arterial
alta, su uso se asocia con un mayor riesgo de
muerte, con base en estos resultados, se puede
especular que los riesgos de la administración
de nimodipina aumentan con la gravedad del
estrés metabólico cerebral (17).
En un ensayo clínico europeo, se evaluó la ecacia
del nimodipino en el ACV de la arteria cerebral
media, 880 pacientes fueron aleatorizados para
recibir la administración oral de 120 mg de
nimodipino al día o placebo durante 21 días;
no se encontró una diferencia signicava en la
mortalidad, sin embargo, los pacientes tratados
con nimodipino en las primeras 12 h al inicio de
los síntomas mostraron resultados funcionales
beneciosos, pero no estadíscamente
signicavo, a los 3 meses (18).
En un análisis de Cochrane de 2012 de 34 ensayos
donde también incluían otros antagonistas
de los canales de calcio en una población
de 7731 pacientes, el análisis de este grupo
de los antagonistas de calcio en el accidente
cerebrovascular isquémico agudo no encontró
un efecto tan efecvo en su resultado primario
(RR = 1,05; IC del 95%: 0,98-1,13) o la muerte
(RR = 1,07; IC del 95%: 0,98-1,17) (19).
Se debe tener en cuenta que las dosis altas
de nimodipina no se asemeja a una señal de
mejoría en los resultados después de un ACV
isquémico, pero ésta aún sigue en discusión,
pero este no concuerda con su buen mecanismo
de acción siopatológico en el ACV isquémico
y que aparte se están descubriendo nuevos
métodos de administración de nimodipina por
lo que se debe razonar la examinación de este
objevo terapéuco de la nimodipina.
En diferentes ensayos clínicos en gran escala
se demostró que los resultados no fueron
en benecio al uso del nimodipino en el ACV
isquémico ya sea de leves a moderados,
uno en el cual 52 pacientes con accidente
cerebrovascular isquémico no grave, 24 fueron
puestos con nimodipina y 28 con placebo, donde
se demostraba problemas de hipotensión,
bradicardia y ALT alto pero que podían ser
controlados, sin embargo, mediante la escala de
Mathew no mostraron diferencias en mejoría.
(20) Sin embargo este mismo estudio nos indica
que la falta de ecacia del nimodipino radica
en que podría funcionar mejor en un décit
neurológico más grave o que el retraso del
tratamiento fue demasiado largo (48 horas).
Un estudio de la American Nimodipine Study
Group encontró igualmente que no había una
mejoría visible en un grupo con 1215 pacientes
que fueron tratados con 12mg de nimodipino en
las primeras 18 horas con un TC inicial negavo
(21).
Debido a estos diferentes estudios el benecio
del medicamento se vio enmascarado debido
a los efectos secundarios que traía como lo es
la hipotensión y la bradicardia un estudio para
probar estas hipótesis dio un estudio de 265
personas que recibieron nimodipina en dosis
bajas o altas y placebo, en donde se encontró
estos mismos síntomas por el efecto de la
nimodipina dando peores resultados. (22)
En un estudio estadísco de sus vías de
administración, las más comunes son las vías
enteral y parenteral podrían reducir en términos
de letalidad, disfunción cerebral isquémica,
isquemia cerebral persistente y malos resultados,
sin embargo, ulizando probabilidades de
clasicación acumulava o Surface under the
cumulave ranking (SUCRA), demostró que
para el décit neurológico isquémico tardío en
primer lugar dio la administración intravenosa y
segundo la enteral (23).
DISCUSIÓN
La ecacia del nimodipino su uso en ACV
isquémico, ha mostrado pequeños benecios
en estudios especícos, sin embargo, debido a
los efectos secundarios, como la hipotensión,
sigue generando debate entre diversos autores.
Por lo tanto, la administración de nimodipino se
debe manejar con cautela, teniendo en cuenta
los riesgos y benecios en cada caso clínico (24).
Por lo cual, se sugiere, estudios más extensos
sobre el uso de nimodipino y otros tratamientos
potenciales en el ACV isquémico, debido a la falta
de evidencia clínica que reduzca la mortalidad
en cada paciente o mejore en su recuperación
a largo plazo.
Sin embargo, se ene en cuenta que cada
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po de estudio realizado enen las mismas
interrogantes sobre el empo en el que se debe
emplear la nimodipina, como se pudo leer hay
casos en los que se uliza 48 horas después
del diagnósco mediante TAC, o en otros que
se uliza 18 sin un diagnósco conrmado, o
también acerca de la dosis recomendada y su
po de administración, en la cual aún se hallan
en invesgación clínica sobres sus pros y contra
del uso intravenoso, habiendo mucha mejoría
pero con mayores efectos secundarios y que
requieren de mejor manejo clínico.
CONCLUSIONES
La administración de nimodipino en el accidente
cerebrovascular isquémico ha demostrado su
capacidad para mejorar la perfusión cerebral
y reduciendo daño neuronal isquémico, sin
embargo, no se demostró evidencia concreta,
que aclare el benecio de la ulización del
fármaco bloqueante de los canales de Ca2+, por
lo que se recomienda, invesgaciones futuras,
que esclarezcan el uso de nimodipino, ya que,
no existe literatura cienca suciente que
aborde la ecacia de este.
RESULTADOS
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