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Volumen. 2, Nº 2, Junio – Noviembre 2018
Escariz-Borrego et al. Artris Sépca Destrucva
Volumen. 2, Nº 3, Diciembre 2018 – Mayo 2019
INTRODUCCIÓN
La artritis séptica del hombro, aunque
presenta la misma fisiopatología de otras
articulaciones, es una enfermedad poco
frecuente. Este tipo de infecciones son
difíciles de reconocer en las fases precoces de
la enfermedad, y en muchos casos plantean
problemas tanto en el diagnóstico como en el
manejo terapéutico, médico y quirúrgico (1).
Su incidencia global oscila entre cuatro a diez
por cada 100000 habitantes al año y puede
aparecer en cualquier momento de la vida,
principalmente en edades vulnerables como
la niñez y la vejez. La llegada del germen a la
articulación ocurre por una de las siguientes
tres vías: diseminación he-matógena
espontánea por los vasos que llevan la
sangre a la membrana sinovial, diseminación
contigua desde un foco séptico cercano y
por último, debido a traumatismos o cirugía
de la articulación (2) (3). Esta patología
representa invasión directa del espacio
articular por distintos microrganismos; la
infección producida por bacterias del grupo
Cocos Gram-positivos (Gram+) que afectan
a los pacientes críticos y los Coco Gram-
negativas(Gram-) que se presenta la mayoría
de veces en adultos mayores (4). El daño
articular se origina debido a dos factores, las
toxinas que producen los microorganismos y
las citoquinas secretadas por los leucocitos,
que estas suelen generar una respuesta
inflamatoria en la articulación afectada (5).
La Artritis Séptica afecta con mayor frecuencia
articulaciones de gran tamaño como;
rodilla, cadera, hombro y tobillo. Siendo
las manifestaciones clínicas más frecuentes:
fiebre>38, 5 °C., taquicardia, limitación de
los arcos de movimiento y signos de infección
local, dolor articular y limitación (6). En esta
patología los mecanismos responsables de la
invasión articular varían desde una infección
por vía sanguínea, en otros pacientes se
produce por contigüidad (Osteomilelitis)
y la tercera posibilidad es por inoculación
directa sobre la articulación (7). El aumento
la incidencia, se debe al crecimiento de
las infecciones relacionadas a prótesis
ortopédicas, envejecimiento de la población,
y a los procedimientos invasivos y al aumento
del uso de tratamientos inmunosupresores
(8).
De acuerdo a resultados obtenidos por la
Sociedad Española de Radiología Médica
(SERAM), esta patológica se puede
diagnosticar en complementación con
la Imagenología lo cual predomina la
importancia de la Resonancia Magnética en
este caso al momento de emitir el diagnóstico
idóneo, Al observar la evaluación simultánea
del hueso, cartílago y tejido blando y
permitiendo de igual forma, descubrir la
localización de pequeñas cuantías de derrame
articular, ayudando a determinar la gravedad
del proceso infeccioso y diferentes variables
que se hacen visible mediante la realización
de esta técnica y con el beneficio de que
es un estudio Imagenológico que no emite
radiación ionizante, todo esto contribuye a
que el diagnóstico sea más óptimo y preciso
de partes con difícil acceso como; caderas,
hombros y sacroilíacas (9). Los signos que
permiten el diagnóstico son: la presencia
de líquido sinovial, la efusión articular
y el realce en médula tanto focal como
diseminado, la efusión articular en pequeñas
y grandes articulaciones, realce de líquido
sinovial y realce en medula ósea ya sea focal
o difuso (10). Diferentes estudios revelan
que un diagnóstico oportuno y tratamiento
adecuado al paciente ayudan a reducir
significativamente la morbimortalidad. El
diagnóstico se basa fundamentalmente en
los datos clínicos y se confirma a través
de estudios imagenológicos, siendo la
Resonancia Magnética la técnica más
confiable de imágenes actualmente
disponible (11), Aunque, permanece
como uno de los mayores retos para la
medicina debido al aumento de resistencia
de los microorganismos al antibiótico y a
los constantes problemas para realizar un
diagnóstico precoz e iniciar un conveniente