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INTERPERSONAL REACTIVITY INDEX: UN ESTUDIO COMPARATIVO DEL
RENDIMIENTO ENTRE HOMBRES Y MUJERES DE BUENOS AIRES
Lucía Bacigalupe1, Paula Caamaño2, Samanta Leiva3
(Recibido en febrero 2021, aceptado en mayo 2022)
1Licenciada en psicología, becaria Universidad de Buenos Aires, UBA. Instituto de Investigaciones, Facultad de
Psicología, ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2415-9521. 2Licenciada en psicología y doctoranda de la Universidad
de Buenos Aires, UBA. Becaria doctoral UBACyT. Instituto de Investigaciones, Facultad de Psicología, ORCID: https://
orcid.org/0000-0002-0436-2354. 3Doctora y licenciada en psicología por la Universidad de Buenos Aires, UBA. Becaria
postdoctoral de CONICET. Instituto de Investigaciones, Facultad de Psicología,
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3196-1675.
lucia.bacigalupe@hotmail.com; paula.caa@outlook.com; samantaleiva1@gmail.com
Resumen: Investigaciones previas mostraron la inuencia del género sobre las puntuaciones obtenidas por
sujetos sanos en la escala de empatía Interpersonal Reactivity Index (IRI). Actualmente, se conoce poco sobre
este tema en la población de sujetos adultos de Buenos Aires. Objetivo: Comparar el rendimiento de adultos
sanos, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, en una escala de empatía para analizar el
efecto que tiene el género sobre dicho rendimiento. Metodología: Se administró la escala IRI a una muestra de 90
participantes (56 mujeres y 34 hombres) para evaluar si existen diferencias en la habilidad empática debido al género.
Resultados: Los datos obtenidos indicaron que las mujeres obtuvieron puntuaciones más elevadas en las subescalas
Fantasía y Preocupación empática, con un tamaño del efecto pequeño y mediano respectivamente, mientras que
no se encontraron diferencias signicativas en las subescalas restantes. Conclusiones: El género inuye sobre las
puntuaciones en la escala IRI de los individuos que viven en Buenos Aires. Las mujeres se destacaron con respecto
a los hombres en la tendencia a identicarse con acciones y sentimientos de personajes cticios, y en la tendencia a
experimentar sentimientos de compasión hacia otros que se encuentran en situaciones desafortunadas.
Palabras Clave: empatía, género, Interpersonal Reactivity Index.
INTERPERSONAL REACTIVITY INDEX: A COMPARATIVE STUDY OF PERFORMANCE
AMONG MEN AND WOMEN FROM BUENOS AIRES
Abstract: Previous research has shown that gender inuences the scores obtained by healthy subjects on the
Interpersonal Reactivity Index (IRI) empathy scale. Currently, little is known about this topic in adult individuals from
Buenos Aires. Objective: To compare the performance of healthy adults, from Ciudad Autónoma de Buenos Aires
and Gran Buenos Aires, on a scale that assesses empathy in order to analyse the effect that gender has on said
performance. Method: The IRI scale was administered to a sample of 90 subjects (56 women and 34 men) to assess
whether there is a difference in their empathic ability based on gender. Results: The data showed that women obtained
higher scores on the Fantasy and Empathic Concern subscales, with a small and medium effect size respectively,
while no signicant differences were found in the remaining subscales. Conclusion: We found that gender inuences
the scores obtained on the IRI scale by individuals from Buenos Aires. Women stood out compared to men in the
tendency to identify with the actions and feelings of ctional characters, as well as the tendency to experience feelings
of compassion and concern towards others, when they are in unfortunate situations.
Keyword: empathy, gender, Interpersonal Reactivity Index.
REVISTA PSICOLOGÍA UNEMI
Volumen 7, N° 012, enero a julio 2023. pp. 35 - 44.
https://doi.org/10.29076/issn.2602-8379vol7iss12.2023pp35-44p
Volumen 7, N° 012, enero a julio 2023. pp. 35 - 44.
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INTRODUCCIÓN
Se entiende por empatía a la reacción que maniestan
los sujetos frente a las experiencias emocionales
observadas en otros (Davis, 1983). En la literatura
actual, la empatía es considerada un constructo
multidimensional que involucra componentes tanto
cognitivos como afectivos. La empatía cognitiva reere
a la habilidad para comprender y adoptar el punto de
vista de otro, incluyendo sus pensamientos y emociones
(Rogers et al., 2007) mientras que la empatía afectiva
reere a la habilidad para resonar emocionalmente con
los sentimientos de los otros de manera automática y
vicaria (McDonald, 2013). Si bien estos componentes
actúan de forma integrada, están disociados tanto
desde un punto funcional como neuroanatómico. La
empatía cognitiva involucra al funcionamiento del
área dorsolateral de la corteza prefrontal y se asocia
al funcionamiento ejecutivo, especícamente al
control inhibitorio y la exibilidad cognitiva, mientras
que la empatía afectiva se asocia con aspectos del
procesamiento emocional, tales como la activación
siológica, el mimetismo facial y el reconocimiento de
emociones, y requiere de la activación de la corteza
prefrontal ventromedial (Filipetti et al., 2012; Shamay-
Tsoory, 2015).
Diversos estudios mostraron que existen diferencias
en la habilidad empática de hombres y mujeres, y que
ello se puede deber a diferentes fenómenos. Desde
un enfoque neurofuncional se ha postulado que las
mujeres presentan una mayor resonancia cortical
sensoriomotora que los hombres en paradigmas
de empatía para el dolor, y que ello se encuentra
asociado a las diferencias observadas en los reportes
subjetivos de la habilidad empática (Yang et al., 2009).
Por otra parte, desde un enfoque neuroendocrino se
propone que la testosterona es uno de los factores
más determinantes de las diferencias observadas en
la empatía entre ambos géneros debido a que dicha
hormona disminuye la capacidad para empatizar
con los otros y modula diferentes áreas cerebrales
relacionadas con el procesamiento empático (Bos et al.,
2012; Christov-Moore, 2014; Volman et al., 2011). Por
último, desde un enfoque psicosocial se propone que las
diferencias en la empatía entre hombres y mujeres se
deben a las expectativas socialmente construidas que
determinan cómo debe ser el comportamiento de cada
individuo según su género, las cuales inuyen sobre
las respuestas que los sujetos dan en las pruebas que
evalúan la empatía. Por ejemplo, se ha mostrado que
si se modica la información que las personas tienen
con respecto a los comportamientos normativos según
el género y la naturaleza de los test administrados, las
diferencias entre hombres y mujeres en pruebas de
empatía pueden reducirse y hasta eliminarse (Clarke
et al., 2015; Löfer & Greitemeyer, 2021; Nanda, 2013).
Existen diversas herramientas que se han utilizado
para evaluar las diferencias en la habilidad empática
de hombres y mujeres, pero una de las más difundidas
es la escala Interpersonal Reactivity Index – IRI
(Davis, 1980; Davis, 1983). Se trata de una escala de
autoreporte que permite valorar tanto la empatía afectiva
como la cognitiva. Está compuesta por 28 ítems que se
agrupan en cuatro subescalas: Toma de perspectiva,
que expresa la habilidad para comprender y adoptar
de forma espontánea el punto de vista psicológico de
otras personas; Fantasía, que valora la tendencia a
identicarse con sentimientos y acciones de personajes
cticios; Preocupación empática, que da cuenta de la
tendencia a experimentar sentimientos de compasión,
preocupación y calidez hacia otros en situaciones
desafortunadas; y Malestar personal, que expresa la
tendencia a experimentar sentimientos de incomodidad
y ansiedad en intercambios interpersonales tensos
o al presenciar experiencias negativas vividas por
terceros. Las dos primeras subescalas, Toma de
perspectiva y Fantasía, evalúan los aspectos cognitivos
de la empatía, mientras que las restantes evalúan al
componente afectivo.
Diversos trabajos realizados por investigadores de
distintos países mostraron diferencias entre hombres y
mujeres en el rendimiento de la escala IRI. Estudios
realizados en Colombia y Chile reportaron que
las mujeres obtuvieron puntajes más elevados en
comparación con los hombres en las subescalas
Fantasía, Preocupación empática y Malestar personal
(Fernández et al., 2011; Garcia-Barrera et al., 2017). Por
otro lado, el estudio de Lachmann et al., (2018) encontró
igual patrón que el descrito, pero en una muestra de
Alemania, aunque no observaron lo mismo en personas
de China. Allí sólo hallaron diferencias en función del
género para la subescala Malestar personal, en la que
Lucía Bacigalupe, interpersonal reactivity index
37
las mujeres obtuvieron un puntaje más alto (Lachmann
et al., 2018). En contraposición, otro estudio realizado
también en China mostró que las mujeres tuvieron
puntuaciones más altas que los hombres tanto para
los indicadores de empatía cognitiva como afectiva de
la escala IRI (Chen et al., 2018). Sin embargo, dado
que estos autores no compararon el rendimiento por
separado en las cuatro dimensiones, no es posible
hacer una comparación directa con los resultados de
Lachmann et al., (2018).
En lo que respecta especícamente a las diferencias
por género halladas en personas de Buenos Aires,
Argentina, un estudio mostró diferencias de rendimiento
en la escala IRI en adolescentes de 12 a 15 años de
edad. Dicho trabajo reportó que las adolescentes
mujeres obtuvieron mayores puntuaciones para todas
las subescalas (Urquiza y Casullo, 2006). No obstante,
aunque existen otros estudios que evaluaron a adultos
de Argentina con la escala IRI, como el caso del Müller
et al., (2015), ninguno analizó las diferencias entre
hombres y mujeres como sí se ha observado para
otras poblaciones y para la versión original de la escala
(Davis, 1980).
Dada la variabilidad de resultados obtenidos por los
estudios que analizaron las diferencias entre hombres
y mujeres en la habilidad empática, y que no se han
realizado estudios que evalúen esas diferencias en
personas adultas de Buenos Aires, el objetivo de este
trabajo fue examinar el rendimiento de hombres y
mujeres de dicha región para comparar los hallazgos
con los antecedentes existentes y aportar evidencias al
estudio del procesamiento empático.
MÉTODO
Diseño
Siguiendo la clasicación de tipos de estudios propuesta
por León y Montero (2020), para el presente trabajo se
realizó un estudio descriptivo con un diseño de corte
transversal. Este tipo de diseño se caracteriza por
describir a una población en un momento especíco,
es decir, que no hay seguimiento de los participantes
en el tiempo. A su vez, permite caracterizar y establecer
diferencias entre distintos grupos sobre las variables de
interés. Para el presente estudio se conformaron dos
grupos (hombres y mujeres) y se analizó la habilidad
empática.
Participantes
Los participantes fueron seleccionados a través de un
muestreo no probabilístico. Se reclutaron a personas
voluntarias que cumplieran con los siguientes criterios
de inclusión/exclusión: 1) personas de nacionalidad
argentina residentes de la provincia de Buenos Aires
con edad de 18 a 75 años y que identicaran su género
como perteneciente a las categorías hombre o mujer;
2) hablantes nativos del español y alfabetizados,
con una escolaridad formal mínima de 12 años
(nivel secundario completo); 3) sin antecedentes
neurológicos, psiquiátricos o clínicos que puedan afectar
la cognición. Durante el proceso de reclutamiento se
obtuvieron datos de 98 individuos de los cuales 90
cumplieron con la totalidad de los criterios de inclusión.
Dicha muestra nal (n = 90) estuvo compuesta por 56
mujeres y 34 hombres. En la tabla 1 se muestran las
características demográcas de la muestra analizada.
No se encontraron diferencias signicativas entre el
grupo de mujeres y hombres con respecto a la edad (t
(88) = 1.639, p = .105) ni a la escolaridad (X2
(2) = 4.197;
p = .123).
Edad Escolaridad
M DE Mdn Min Max Secundario
completo
Universitario
incompleto
Universitario
completo
Mujeres
(n = 56) 38.7 15.9 32.5 18 74 n = 6
(10.7 %)
n = 28
(50 %)
n = 22
(39.3 %)
Hombres
(n = 34) 33.2 14.8 27 18 74 n = 9
(26.5 %)
n = 16
(47.1 %)
n = 9
(26.5 %)
Total
(n = 90) 36.6 15.6 28 18 74 n = 15
(16.7 %)
n = 44
(48.9%)
n = 31
(34.4 %)
Tabla 1. Características demográcas de la muestra de mujeres y hombres,
y de la muestra completa
Nota. M = media; DE = desvío estándar; Mdn = mediana; Min = mínimo; Max = máximo; Se-
cundario completo = 12 años de escolaridad formal; Universitario incompleto = de 13 a 17 años
de escolaridad formal; Universitario completo = 18 años o más de escolaridad formal.
Volumen 7, N° 012, enero a julio 2023. pp. 35 - 44.
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Instrumentos
Se utilizaron los siguientes cuestionarios para recolectar
la información necesaria de la muestra.
Encuesta para datos demográcos
Se aplicó una encuesta estructurada para recabar los
datos demográcos de los participantes. En esta se
incluyeron preguntas sobre variables demográcas
(edad en años, género, grado de educación
formal máximo alcanzado) y otras necesarias para
determinar el cumplimiento de los criterios de inclusión
(nacionalidad, lengua materna y antecedentes
neurológicos, psiquiátricos o clínicos).
Interpersonal Reactivity Index (IRI; Davis,
1980; versión en español de Mestre
Escrivá et al., 2004)
Esta escala de evaluación de la empatía está compuesta
por 28 armaciones que requieren la valoración
subjetiva de cuatro dominios: 1) Fantasía: entendida
como la tendencia de los sujetos a identicarse con los
sentimientos y acciones de personajes cticios; 2) Toma
de perspectiva: habilidad de los sujetos para adoptar
de forma espontánea el punto de vista psicológico de
otras personas; 4) Preocupación empática: tendencia
de los sujetos a experimentar sentimientos de
compasión y preocupación hacia otros en situaciones
desafortunadas y; 4) Malestar personal: tendencia a
experimentar sentimientos de incomodidad y ansiedad
en intercambios interpersonales tensos. Es una escala
autoadministrable en la que las personas deben valorar
cada armación a través de la selección de una respuesta
con formato tipo Likert con 5 valores que van desde “1
- no me describe bien” a “5 - me describe muy bien”.
A partir de las opciones elegidas por los participantes,
esta escala permite calcular una puntuación para cada
una de las subescalas mencionadas. Puntajes más
altos indican una mejor habilidad empática. Esta escala
ha mostrado una adecuada consistencia interna para
sus cuatro dimensiones con valores alfa de Cronbach
que van desde .70 a .76 (Fernández et al., 2011). A su
vez, la escala IRI ha mostrado buenas propiedades
psicométricas en la población argentina, con un ajuste
adecuado para las cuatro dimensiones tanto para su
uso en niños (Richaud de Minzi, 2008) como en adultos
(Müller et al., 2015) e indicadores de consistencia
interna adecuados para los adultos argentinos con
valores alfa de Cronbach entre .65 y .73 (Müller et al.,
2015).
Procedimiento
La recolección de los datos se realizó de forma virtual
a través de la plataforma Google Forms. Se realizó una
convocatoria de participantes mediante la difusión en
diversas redes sociales durante los meses de junio a
septiembre del año 2020. La convocatoria incluyó un
link que permitía acceder a la página web con toda la
información necesaria para la participación. Una vez que
las personas potencialmente interesadas en participar
ingresaban a dicho link se encontraban, en primera
instancia, con un consentimiento informado en el cual
se explicaba cuál era el objetivo del presente estudio y
cómo sería el procedimiento que se iba a llevar a cabo
si el individuo aceptaba participar de la investigación.
En caso de aceptar, accedían inmediatamente a una
página con la encuesta de datos demográcos que
fue descrita en la sección Instrumentos. Finalmente,
cuando terminaban de completar la encuesta, cada
participante accedía a los ítems de la escala IRI en la
que se mostraba la consigna y la forma de respuesta
acorde a la versión en español de Mestre Escrivá et
al., (2004).
Análisis de datos
Se calcularon los estadísticos descriptivos del
rendimiento en las cuatro subescalas del IRI para la
muestra total y para los grupos de mujeres y hombres.
Además, se analizó la normalidad de la distribución
con la prueba Kolmogorov-Smirnov y la homogeneidad
de las varianzas entre las distribuciones de hombres
y mujeres para cada dimensión de la escala con el
test de Levene. Finalmente, para la comparación de
rendimiento entre hombres y mujeres en cada una
de las subescalas del IRI se utilizó la prueba U de
Mann-Whitney y se analizó el tamaño del efecto (r) de
acuerdo a lo propuesto por Fritz et al., (2012). Todos los
análisis fueron realizados con RStudio versión 1.3.1073
(RStudio Team, 2020).
Consideraciones éticas
El procedimiento aplicado para el presente trabajo fue
aprobado por la Comisión de Evaluación de Conductas
Responsables en Investigación de la Facultad de
Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Se
Lucía Bacigalupe, interpersonal reactivity index
39
obtuvo el consentimiento informado de participación
voluntaria de todos los participantes según lo
establecido en la Declaración de Helsinki y se preservó
la identidad de los mismos de acuerdo a lo estipulado
por la Ley Nacional Argentina Nº 25.326 de protección
de datos personales.
RESULTADOS
En la tabla 2 se muestran los estadísticos descriptivos
del rendimiento de la muestra completa, así como los
resultados de las pruebas de normalidad. La mayoría
de las subescalas no se ajustaron a una distribución
normal. En la tabla 3 se presentan los estadísticos
descriptivos diferenciados para hombres y mujeres, así
como los resultados de las pruebas de homogeneidad
de las varianzas entre ambos grupos para cada
subescala. Los resultados de este análisis mostraron
que las muestras son homocedásticas.
Por otro lado, en lo que reere especícamente a la
comparación del rendimiento entre hombres y mujeres
en las cuatro subescalas, los resultados mostraron
diferencias signicativas para las puntuaciones de los
dominios Fantasía (Z = 2.244, p = .025) y Preocupación
empática (Z = 2.861, p = .004), únicamente. En esos
casos, se observó un tamaño del efecto pequeño
(r = .24) y mediano (r = .30), respectivamente. En
ambos dominios las mujeres tuvieron un rendimiento
superior que los hombres (Figura 1). Por otro lado, no
se encontraron diferencias signicativas entre ambos
grupos para las puntuaciones de Toma de perspectiva
(Z = 0.284, p = .777, r = .03) y Malestar personal (Z =
1.077, p = .281, r = .11). Finalmente, en la gura 1 se
muestra el rendimiento comparativo de cada grupo en
las cuatro subescalas del IRI.
M (DE) Mdn Min - máx D p
Fantasía 22.2 (5.9) 22.5 7 - 35 .097 .037
Toma de perspectiva 25.3 (4.5) 26.0 13 - 35 .122 .002
Preocupación
empática 27.0 (4.0) 27.0 17 - 35 .089 .076
Malestar personal 16.5 (4.2) 16.0 9 - 32 .111 .008
Tabla 2. Estadística descriptiva para el Interpersonal Reactivity Index de la muestra completa
(n = 90) y resultados de las pruebas de normalidad
Nota. M = media; DE = desvío estándar; Mdn = mediana; Min = mínimo; Max = máximo; D =
Prueba de normalidad Kolmogorov-Smirnov.
Mujeres (n = 56) Hombres (n = 34) Prueba de Levene
M (DE) Mdn Min -
máx M (DE) Mdn Min -
máx F(2,88) P
Fantasía 23.2 (5.7) 23 12 - 35 20.6 (6.0) 21.5 7-32 0.050 .823
Toma de
perspectiva 25.4 (4.4) 26 13 - 35 25.1 (4.8) 25.5 15-33 1.072 .303
Preocupación
empática 27.9 (3.9) 28 20 - 35 25.5 (3.8) 25 17-34 0.179 .673
Malestar personal 16.6 (4.1) 17 9 - 26 16.1 (4.3) 16 10-32 0.321 .572
Tabla 3. Estadística descriptiva para las subescalas del Interpersonal Reactivity Index según el
género y resultados de la prueba de homogeneidad de las varianzas
Nota. M = media; DE = desvío estándar; Mdn = mediana; Min = mínimo; Max = máximo.
Volumen 7, N° 012, enero a julio 2023. pp. 35 - 44.
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Figura 1. Media de rendimiento de mujeres y hombres en las cuatro
subescalas del Interpersonal Reactivity Index
Nota. Se marca con un asterisco (*) a las comparaciones con diferencias signicativas (p < .05)
entre ambos grupos. Las barras de error representan el error estándar. El eje vertical (Pun-
tuación) inicia en 15 solo para mejorar su visualización, pero el menor puntaje posible de las
subescalas es 7.
DISCUSIÓN
El interrogante principal que guió el presente estudio
fue conocer si existen diferencias en función del género
en el rendimiento de sujetos adultos de Buenos Aires
en la escala Interpersonal Reactivity Index (IRI). Lo que
se pudo observar al analizar y comparar el rendimiento
entre ambos géneros fue que las mujeres obtuvieron
puntuaciones más elevadas en las cuatro subescalas
del IRI. No obstante, los resultados mostraron que
esta diferencia de rendimiento entre hombres y
mujeres fue signicativa únicamente en las subescalas
Fantasía y Preocupación Empática, mientras que no
se encontraron diferencias signicativas entre ambos
grupos para las puntuaciones de Toma de Perspectiva
y Malestar Personal. Por lo tanto, es posible armar
que la única diferencia entre ambos géneros reside en
que las mujeres presentan una tendencia más elevada
a identicarse con los sentimientos y acciones de
personajes cticios, como pueden ser los personajes de
una novela, así como también a mostrar sentimientos
de compasión y preocupación hacia los demás cuando
estos se encuentran en situaciones difíciles.
Si se compara la conclusión a la cual se llegó en este
trabajo con aquellas conclusiones a las cuales arribaron
diversos autores que han estudiado las diferencias en
el rendimiento entre hombres y mujeres en la escala
IRI, es posible dar cuenta de que entre estas existen
tanto similitudes como diferencias. Por ejemplo,
los resultados a los cuales se arribó en el presente
estudio son, en parte, concordantes con lo planteado
por Fernández et al., (2011), García-Barrera et al.,
(2017) y por Lachmann et al., (2018), ya que en esos
casos se observó que las mujeres obtuvieron mayores
puntuaciones que los hombres en las subescalas
Fantasía y Preocupación empática. Sin embargo,
estos estudios también concluyeron que las mujeres
mostraban un rendimiento signicativamente superior
con respecto al grupo de los hombres en la subescala
Malestar Personal, hecho que no ocurrió en la muestra
de Buenos Aires en la que si bien hubo diferencia
esta no fue signicativa. Asimismo, se encontraron
discrepancias con los resultados presentados por
Chen et al., (2018) y por Urquiza y Casullo, (2006).
En ambos trabajos se llegó a la conclusión de que las
mujeres presentaban un nivel superior de empatía en
comparación con los hombres debido a que obtenían
puntuaciones más elevadas en todos los ítems del
Lucía Bacigalupe, interpersonal reactivity index
41
IRI, tanto en los que evalúan la empatía cognitiva
como en todos los que miden la empatía afectiva. Si
bien en el presente estudio las mujeres obtuvieron
puntuaciones más elevadas en todas las subescalas
del IRI, la diferencia sólo fue signicativa para Fantasía
y Preocupación Empática.
Las divergencias observadas entre los resultados
de este estudio y los hallados por los demás autores
podrían deberse a diversos factores. En primer lugar,
se podría tomar en cuenta la diferencia que existe
con respecto a la nacionalidad entre los sujetos que
conforman la muestra local y las muestras de los distintos
trabajos. La bibliografía revisada permitió encontrar
investigaciones llevadas a cabo con poblaciones de
diversos países tales como Chile, Colombia, Alemania
y China (Fernández et al., 2011; Garcia-Barrera et al.,
2017; Lachmann et al., 2018; Chen et al., 2018), cuyo
rendimiento en la escala IRI mostró algunas diferencias
respecto al observado en la muestra de Buenos
Aires. En segundo lugar, sería posible considerar a la
cultura como una variable que podría incidir sobre la
capacidad empática de los individuos de cada país,
dado que la misma inuye sobre la manera de ser y de
comportarse de las personas. Esto se podría ver, por
ejemplo, en el caso de la diferencia encontrada entre
las puntuaciones de la muestra de Buenos Aires y las
puntuaciones halladas en el trabajo llevado a cabo con
una muestra de China donde se llegó a la conclusión de
que las mujeres obtienen puntajes más elevados solo
en la subescala de Malestar Personal (Lachman et al.,
2018). Si se tienen en cuenta las diferencias culturales
existentes entre Argentina y China también se podría
pensar que este sería un factor que inuye sobre las
diferencias encontradas en las puntuaciones. En tercer
lugar, se debe mencionar la diferencia de edad que
hubo entre los sujetos que componen la muestra de
este estudio, la cual se conformó en su totalidad por
sujetos adultos, y los individuos que participaron de
la investigación de Casullo y Urquiza, (2006), cuya
muestra estuvo compuesta por adolescentes de entre
12 y 15 años. En función de esto, si se considera que
los adolescentes son sujetos que se encuentran en una
edad en la cual aún están en proceso de desarrollo de
sus funciones cognitivas, a diferencia de los adultos
cuya habilidad empática ya está desarrollada, entonces
la edad podría verse como una variable que podría
inuir en el rendimiento, y por lo tanto en la diferencia
encontrada entre estas muestras.
De esta manera, en base a lo planteado en los párrafos
precedentes, sería posible considerar que existen
múltiples factores que podrían inuir sobre el rendimiento
en la escala IRI que presentan las distintas muestras y
que, como consecuencia, serían estos mismos factores
los que provocarían que las conclusiones a las cuales
se arribó en este trabajo dieran de las conclusiones
a las que se llegaron en las demás investigaciones.
Esto deja en evidencia la necesidad y la importancia
de contar con datos normativos del rendimiento de
poblaciones determinadas si se quiere llevar a cabo
una investigación en una región especíca para,
posteriormente, poder comparar el rendimiento de
los sujetos con una población equiparable a ellos, ya
que como se pudo observar los resultados pueden
variar en función de múltiples variables tales como la
nacionalidad, la cultura e incluso la edad.
Por otra parte, existen diversos estudios que han
intentado explicar estas diferencias en la habilidad
empática entre hombres y mujeres proponiendo distintas
hipótesis al respecto. Desde un enfoque neurofuncional,
a partir del estudio con EEG en paradigmas de empatía
para el dolor, se ha postulado que existe una activación
de las áreas sensoriomotoras para ambos géneros al
observar estímulos dolorosos, con una supresión más
fuerte de las ondas Mu en las mujeres. Esta mayor
resonancia cortical sensoriomotora en las mujeres
mostró estar asociado a las diferencias de género
observadas en los reportes subjetivos de la habilidad
empática (Yang et al., 2009). Por otra parte, desde un
enfoque neuroendocrino, se propone que la testosterona
es uno de los factores determinantes de las diferencias
observadas en la empatía entre ambos géneros
debido a que dicha hormona disminuye la capacidad
para empatizar con los otros (Christov-Moore et al.,
2014). Se reporta que la testosterona se correlaciona
negativamente con la empatía afectiva, tanto en
hombres como en mujeres, y con la empatía cognitiva
sólo en los hombres. Asimismo, se ha observado que la
testosterona puede modular la actividad de diferentes
áreas cerebrales relacionadas con el procesamiento
empático, como la corteza prefrontal, área vinculada
a la empatía cognitiva, así como también disminuir la
Volumen 7, N° 012, enero a julio 2023. pp. 35 - 44.
42
conectividad funcional entre la amígdala, área cerebral
relacionada con la empatía afectiva, y la corteza
orbitofrontal (Bos et al., 2012; Volman et al., 2011). Por
último, desde un enfoque psicosocial se propone que
las diferencias en la empatía entre hombres y mujeres
se deben a los estereotipos y expectativas sociales
que determinan el comportamiento normativo según
el género, los cuales inuyen en las respuestas de los
sujetos en los tests de empatía. Por ejemplo, estudios
han mostrado que la manipulación de las consignas de
las pruebas administradas o de la información previa
que los sujetos reciben sobre la habilidad empática y
el desempeño esperado según el género puede hacer
que las diferencias en el rendimiento entre hombres
y mujeres se minimicen o hasta se anulen (Clarke et
al., 2015; Löfer & Greitemeyer, 2021; Nanda, 2013).
Por lo tanto, según este enfoque, el rendimiento de
los individuos en pruebas que evalúan la empatía
estaría sistemáticamente sesgado por las expectativas
sociales y los roles de género, y ese sería el motivo
por el que se produce la diferencia encontrada entre
hombres y mujeres.
Este enfoque psicosocial cobra particular relevancia si
consideramos la evaluación de la habilidad empática
utilizando escalas de autoreporte como el IRI, ya
que los estereotipos sociales en relación al género
podrían inuir en las respuestas de los individuos. Por
ejemplo, en el presente estudio, las mujeres tuvieron
un rendimiento signicativamente superior al de los
hombres en las subescalas Fantasía y Preocupación
empática, mientras que no se encontraron diferencias
signicativas en las subescalas Toma de perspectiva
y Malestar personal. Si analizamos la escala IRI,
podemos encontrar algunos puntos en común entre
las subescalas que la componen. Por un lado, se
considera que las subescalas Toma de Perspectiva
y Malestar personal están más relacionadas con el
funcionamiento social del individuo, es decir con cómo
estos actúan en las interacciones interpersonales,
ya que aquellos sujetos que tienen mayor capacidad
de comprender el punto de vista de otras personas
resultan ser menos egocéntricos, más extrovertidos y
más competentes socialmente, mientras que los sujetos
que presentan mayores niveles de ansiedad y malestar
cuando se encuentran en situaciones sociales tensas
se caracterizan por ser más introvertidos, tímidos y
menos competentes socialmente. Por otro lado, las
subescalas Fantasía y Preocupación empática se
vinculan con la emocionalidad ya que los sujetos que
obtienen puntajes elevados en ellas presentan cierto
grado de vulnerabilidad emocional, son más temerosos,
más sensibles y más susceptibles a las respuestas
emocionales. Con esto en mente, y pensando en
los resultados obtenidos en este estudio, se podría
pensar que las mujeres obtuvieron puntuaciones
signicativamente superiores a los hombres en
aquellas subescalas vinculadas a la emocionalidad
porque las respuestas de los participantes en la escala
pudieron haber estado inuenciadas por las creencias
preexistentes y las expectativas sociales que los
sujetos tienen con respecto a cómo debería ser su
capacidad empática en función del género con el cual
se identican, ya que en esta sociedad las mujeres son
estereotípicamente calicadas como más emocionales,
protectoras, empáticas y sensibles, a diferencia de los
hombres que son vistos como más racionales y menos
emocionales.
El impacto que tienen los roles de género sobre el
rendimiento de los sujetos en pruebas de empatía,
sobre todo en aquellas que dependen del autoreporte,
deja en evidencia la importancia de considerar la
presencia de este sesgo a la hora de analizar los
resultados de dichas pruebas.
Limitaciones
Este estudio presentó diversas limitaciones. En primer
lugar, debido a la situación epidemiológica del año
2020 producto del COVID-19, la recolección de datos
tuvo que hacerse de manera virtual por lo que la escala
IRI debió ser adaptada al formato online. Si bien la
administración de esta escala pudo ser llevada a cabo
sin inconvenientes, cabe mencionar que hubo variables
inherentes a este tipo de administración difíciles de
controlar como, por ejemplo, que cada participante no
responda más de una vez o que la forma online sea
equivalente a la utilizada en papel. Y, aunque lo hallado
en el presente trabajo fue concordante con estudios
previos, se espera poder replicar dichos resultados con
nuevas muestras evaluadas con el formato online. En
segundo lugar, la muestra estuvo compuesta por una
mayor cantidad de mujeres que de hombres. En base
a esto, sería posible pensar que esta desigualdad en
Lucía Bacigalupe, interpersonal reactivity index
43
la muestra podría haber afectado a los resultados,
por lo que sería deseable que otros grupos de
investigación repliquen el estudio con un nuevo grupo
de participantes. Por último, hubo una gran variabilidad
con respecto a la edad de los individuos de la muestra
ya que esta estuvo compuesta por una gran cantidad
de sujetos adultos jóvenes, entre 20 y 40 años, y una
escasa cantidad de adultos mayores, de más de 60
años. Sin embargo, aunque este aspecto pudo haber
sesgado los resultados encontrados, se destaca
igualmente que ambos grupos evaluados (hombres y
mujeres) tuvieron una distribución similar de la edad.
Es decir, no hubo diferencias según dicha variable
entre los grupos evaluados, aunque ambos incluyen un
amplio rango de edades. En estudios futuros se espera
evaluar si dicha variable afecta la habilidad empática.
CONCLUSIONES
El presente estudio ha mostrado que el género es
una variable que tiene impacto sobre el rendimiento
en la escala IRI y que ello puede ser un reejo de
las diferencias en la habilidad empática de individuos
adultos. Se han hallado diferencias signicativas
en las puntuaciones de las subescalas Fantasía y
Preocupación empática, siendo las mujeres quienes
obtuvieron puntuaciones superiores a las de los
hombres, mientras que en las subescalas Malestar
personal y Toma de perspectiva la diferencia no fue
signicativa. En función de estos resultados es posible
armar que las mujeres presentan una mayor habilidad
en comparación a los hombres para identicarse
con sentimientos y acciones de personajes cticios,
así como también para mostrar sentimientos de
compasión y preocupación hacia los otros, mientras
que la habilidad de los sujetos para adoptar de forma
espontánea el punto de vista de otras personas y la
tendencia a experimentar sentimientos de incomodidad
y ansiedad en intercambios interpersonales tensos
sería similar para ambos géneros.
Estas diferencias en el rendimiento de hombres y
mujeres en la escala IRI podrían explicarse desde un
enfoque psicosocial, considerando que las respuestas
de los sujetos en las escalas de autoreporte podrían
estar sesgadas por las expectativas que estos tienen
respecto a cómo debería ser su comportamiento en
base a los roles y estereotipos de género construidos
y establecidos por la sociedad a la que pertenecen.
Sin embargo, las investigaciones disponibles que
examinan el efecto del género sobre la habilidad
empática, así como también estudios que abordan
la inuencia de los estereotipos de género sobre el
rendimiento de los individuos en escalas de autoreporte
son escasos. Esto expone la necesidad de profundizar
en esta línea de investigación en nuestra región, ya que
contar con información sobre las características del
procesamiento empático de los individuos y sobre los
sesgos que pueden estar presentes en la evaluación
de esta habilidad es un dato sumamente relevante a
tener en cuenta a la hora de analizar el rendimiento de
los individuos en las pruebas de empatía.
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