REVISTA PSICOLOGÍA UNEMI
Volumen 7, 012, enero a julio 2023. pp. 53 - 64.
https://doi.org/10.29076/issn.2602-8379vol7iss12.2023pp53-64p
MIEDO A MORIR COMO FACTOR DESENCADENANTE
DE
ANSIEDAD
EN
ADOLESCENTES
EN EL CONTEXTO DE MUERTES VIOLENTAS
Iván Pincay-Aguilar
1
, José Andrés Castro Flores
2
,
Daniela Lissette Jiménez Ibarra
3
, Nathaly Selena Cantos Guachimboza
4
(Recibido en abril del 2022, aceptado en agosto del 2021)
1
Master en psicología
organizacional,
docente
Universidad
Estatal
de
Milagro.
ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-9093-
7838.
2
Psicólogo, Universidad Estatal de Milagro, ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7862-5308.
3
Psicóloga,
Universidad
Estatal de Milagro, ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5658-9596.
4
Psicóloga, Universidad Estatal de Milagro. ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-0464-591X
ipincaya@unemi.edu.ec;
jcastrof2@unemi.edu.ec;
djimenezi2@unemi.edu.ec;
ncantosg2@unemi.edu.ec
Resumen:
El miedo es una reacción natural en el ser humano, por otro lado, la muerte es algo inevitable, dentro
de la lógica racional es un fenómeno que tarde o temprano sucederá, las respuestas de miedo frente a la muerte y el
afrontamiento psicológico podrían ser muy distintas en cada individuo dependiendo de su cultura, condiciones sociales
u otros factores sociodemogficos. Este trabajo investigativo tuvo como objetivo determinar si el miedo a morir es
un factor desencadenante de ansiedad en 108 adolescentes entre 14 y 18 años de edad, en el contexto de muertes
violentas en el sector las Amazonas Ciudad de Milagro. Se reali una investigación de tipo cuantitativa, descriptiva y
correlacional no experimental de corte transversal, con un método analítico y deductivo, se utilizó la escala de miedo
a la muerte de Collett-Lester y el Inventario de ansiedad de Beck. Los resultados obtenidos demuestran que los
niveles de ansiedad son medios y el nivel de miedo es bajo, por lo que se pudo obtener que existe una correlación
de 0,01 entre ambas variables. Se concluye de esta manera que, aunque existe altos índices de muertes violentas
en el contexto esto solo incide moderadamente en la ansiedad, pero no en el miedo a la muerte de los adolescentes.
Palabras
clave:
Miedo, ansiedad, muerte, violencia, adolescentes.
FEAR OF DYING AS A TRIGGER FOR ANXIETY IN ADOLESCENTS
IN THE CONTEXT OF VIOLENT DEATHS
Abstract:
Fear is a natural reaction in the human being, on the other hand, death is inevitable, within rational
logic it is a phenomenon that will happen sooner or later, fear responses to death and psychological coping could be
very different in each individual depending on their culture, social conditions or other sociodemographic factors. This
investigative work aimed to determine if the fear of dying is a trigger for anxiety in 108 adolescents between 14 and 18
years of age, in the context of violent deaths in the Amazonas Ciudad de Milagro sector. A quantitative, descriptive and
correlational non-experimental cross-sectional investigation was carried out, with an analytical and deductive method,
the Collett-Lester fear of death scale and the Beck anxiety inventory were used. The results obtained show that the
levels of anxiety are medium and the level of fear is low, so it was possible to obtain that there is a correlation of 0.01
between both variables. It is concluded in this way that, although there are high rates of violent deaths in the context,
this only moderately affects anxiety, but not fear of death in adolescents.
Keyword:
Fear, anxiety, death, violence, adolescents.
Volumen 7, 012, enero a julio 2023. pp. 53 - 64.
INTRODUCCIÓN
Entre tantos miedos que afronta el ser humano, es
tal vez el miedo a la muerte, un tema evasivo, el cual
se prefiere no entablar, solamente si un familiar o
amigo cercano fallece, cuando se podría reflexionar
sobre el mismo, o cuando algún acontecimiento
social muestra la fragilidad de la vida frente a
hecatombes, desastres o desgracias, que podrían
suscitar en cualquier momento.
En
ocasiones
se
vive como si nunca llega el a de morir, porque
el simple hecho de pensar en este fenómeno, causa
pesadumbre (Garza, 2017). El miedo a la muerte,
es el resultado de la interpretación que se hace
de la muerte de otros, narrar la muerte propia solo
se podría hacer, si se resucita y según los anales
históricos solo uno ha resucitado y aún sigue vivo
sentado junto al Padre (Cadavid 2002), para el resto
de los mortales solo queda analizar la subjetividad
de lo que se observa de la muerte concreta de otros.
Esta investigación se enfoca en dos preguntas ¿Qué
pasa cuando las muertes violentas es una variable
muy constante y alarmante en el entorno inmediato
de los adolescentes?, ¿Podría esta variable generar
estados de ansiedad? Son las interrogantes que se
pretende dilucidar con este estudio.
El miedo es una emoción natural y adaptativa que
las personas experimentan cuando se enfrentan a
estímulos como situaciones, objetos y
pensamientos
que implican peligro,
daño
o
amenaza,
y
tiene
un valor elemental para la supervivencia. Como
cualquier otra emoción, el miedo se manifiesta en
tres niveles o patrones
de
respuesta:
cognitivo,
físico y conductual (Santos y
Jiménez,
2019).
A
nivel cognitivo, distingue pensamientos e imágenes
negativas sobre estímulos o situaciones de miedo.
A nivel fisiológico, identifica cambios físicos que
provocan sentimientos desagradables o molestos,
mientras que, a nivel conductual, se observa
acciones ante estímulos o situaciones de miedo que
podrían ser de afrontamiento o de evitación (Ortuño
et al., 2018).
El sistema nervioso, se activa en situaciones
peligrosas, ya sean reales o potenciales, y es muy
similar en todos los vertebrados. Aunque existen
algunas diferencias en el tejido nervioso, los estados
de ansiedad y miedo tienen la misma función, evitar
que los organismos se expongan directamente a los
peligros ambientales
(Ramírez-Coronel
et
al.,
2020).
En el caso del miedo, cuando la amenaza es real y
cercana el sistema regulador se el llamado sistema
de activación conductual, que está formado por el
hipotálamo, la amígdala y la materia gris alrededor
del acueducto, y los controles de respuesta (Ramírez
et al., 2018).
La muerte es uno de los enigmas más grandes de la
humanidad, en la cual se diferencia distintas formas
de pensamiento
sobre
lo
que
conlleva
el
proceso
y lo que existe después de ella, mediante ritos,
costumbres y creencias
principalmente
enfocados
en la religión, según
Jung,
(1970)
se
trasmiten
de generación en generación, es decir mediante
arquetipos (Amancio, et al., 2021). Por otro lado, la
actuación ante las situaciones que podrían derivar en
ella, que no siempre es de evasión o de prevención,
motiva la discusión permanente en los ámbitos de
las Ciencias Sociales.
Matar es un suceso donde una persona agrede a
otra, de forma irreparable, la víctima ya no existe;
viendo la vida como el primer y s básico derecho
que el ser humano ha adquirido por su existencia
y otros derechos. Durante décadas la relación de
homicidio y enfermedad
mental
han
sido
debates
en el área de criminología y
psiquiatría.
Existe
una leve asociación entre el homicidio y cualquier
tipo de psicosis, pero, esta visión siempre ha sido
controvertida en la literatura, (Padrón , 2018).
Pero qué pasa cuando, en la sociedad, las
situaciones de riesgo y la violencia excede los
límites de
lo
cotidiano. A nivel
mundial
el
registro
de la tasa de muertes violenta se genera por cada
100.000 habitantes, según La Oficina de las
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
(UNODC), dicho proceso es elaborado año tras
año. Esto se lo puede comprender como el indicador
principal
que
permite
dar
el
grado
de
inseguridad
y violencia que posee algún lugar. Los datos de la
UNODC, (2019), presentaron una
tasa
de
mortalidad
de 5,78 fallecimientos por violencia por cada 100.000
habitantes en todo el mundo.
Iván Pincay, miedo a morir como factor desencadenante
Estados Unidos es el país con los índices más
considerables
a
nivel
mundial,
según
lo
descrito
en el Reporte Uniforme sobre Crimen
(UCR)
del
2020 del FBI, los homicidios crecieron en un 30 %
de 2019 a 2020, el mayor índice de aumento anual
que la agencia
ha identificado desde
que
comenzó
a detectar estos crímenes en la década de 1960,
(Krishnakumar, et al., 2021).
En el 2010, la proporción en el Ecuador era de 17,48
fallecimientos por cada 100.000 habitantes, la tasa
más baja de mortalidad fue de 5,79 fallecimientos
en el 2017, en el o 2018 aumen el mero
de muertes violentas en el país, la tasa fue 5,81
fallecimientos por cada 100.000 habitantes.
En
el
año 2019, llegó a 6,7 fallecimientos, mientras que en
el o 2020, aunque la poblacn estuvo restringida
durante más de tres meses, el índice fue de 5,99
personas muertas por cada 100.000 habitantes a
causa de la violencia, (González, 2020).
En el 2020, Ecuador supe el nivel promedio sen
datos del Ministerio de Gobierno, entre las 24
provincias y 221 cantones
y
regiones
no
delimitadas
de Ecuador, 129 cantones tuvieron muertes por
violencia. El 53 % de las zonas donde se produjeron
muertes violentas, superan la tasa de referencia
mundial. , (González, 2020)
En Ecuador nueve poblaciones evidencian
los
índices s altos de muertes violentas: El Piedrero,
ubicado en
la
zona
no
delimitada
entre
Guayas
y Cañar; Sucumbíos, en la provincia del mismo
nombre; El Pan, en Azuay; Pueblo viejo,
en
Los
Ríos; Olmedo, en Loja; Balao, también en Guayas;
Portovelo, en El Oro; Putumayo, en Sucumbíos y
Pedernales, en Manabí, (Gonlez, 2020). Según los
registros del Ministerio de Gobierno , 2021 dentro del
país se han presentado 1229 muertes violentas de lo
cual cerca de la mitad pertenecen a la provincia del
Guayas con un total de 536 muertes y sus índices
más altos se encuentra entre 3 ciudades: Guayaquil
con 358 muertes a lo que va del año, en Durán con
43 muertes y Milagro con 23 muertes.
El aumento de las muertes violentas que se llevan
a cabo dentro del territorio ecuatoriano es tan alto
que el sistema policial no logra contener sobre todo
en las provincias de: Guayas, Manabí, Los os,
Esmeraldas y el Oro (Manrique 2021). Según los
registros de la Dirección Nacional de Delito contra
la Vida, Muertes Violentas (Dinased), en el Ecuador
existe un promedio de 8 muertes por a, el 90% es
debido a causas de violencia criminal. (Redacción el
Universo 2022).
En
el
artículo
publicado
por
Gutiérrez-Quintanilla
y
Portillo-García,
(2014),
reveló
que,
en
tema
de violencia social delictiva, 961 participantes,
equivalentes al 84,8
%
de
la
muestra,
creían
que
el ambiente de violencia social delictiva a menudo
produa tensión e inseguridad. Por el contrario,
cuando se pregun a los participantes si la violencia
criminal en el país en el que vivían afectaba su
sueño, 751 participantes es decir el 65,9 % indicaron
que les afectaba con frecuencia. En cuanto a si el
antecedente de violencia
social
delictiva
ha
afectado
su estabilidad emocional y psicológica, 807 personas
(70,7 %) opinaron que tuvo impacto.
Es decir la violencia es el “uso intencional de la fuerza
física o el poder real, en ocasiones se vuelve una
amenaza contra uno mismo, otra persona, grupo o
comunidad, que tiene como
resultado
la
probabilidad
de daño psicogico, lesiones, la
muerte,
privación
o
mal desarrollo”, (OPS, 2019).
Se
consideran,
a
parte
de la muerte natural, tres tipos de muerte violentas:
homicidio, suicidio y muertes accidentales (Almeida
y Domingues, 2017).
El homicidio es un acto extremo de violencia
interpersonal, destacando los
problemas
que
existen
en las relaciones específicas entre diferentes
sectores
sociales
y
esferas
privadas.
Cuando
un homicidio o intento de homicidio involucra a
jóvenes, las consecuencias sociales serán aún
mayores, porque la corta edad de la víctima agrava
la “carga global” de muerte prematura, lesiones y
discapacidad que la sociedad en su conjunto sufre
en mayor medida, la reducción de os de vida, es
uno de
los
indicadores
más
utilizados
para
medir
la salud y el bienestar de la población, (González-
Pérez y Vega-López, 2019).
55
Volumen 7, 012, enero a julio 2023. pp. 53 - 64.
Si bien la tasa de homicidios en América sigue
siendo alta, la situación en la región y en cada país
varía mucho. En Centroarica, el país que posee
la tasa de homicidios s elevada (62,1) es siete
veces mayor que el país con la más baja. En Arica
del Sur, el país con la tasa de homicidios más alta
(56,8) se encuentra 16 veces mayor que
la s
baja.
En los países del continente africano, la tasa de
homicidios es muy alta, algunos residentes locales
enfrentan una tasa alta de homicidios, mientras que
otros enfrentan una tasa de homicidios insignificante,
(Naciones Unidas, 2019).
La tasa promedio de homicidios en 2017 fue de (6.1)
Lo que manifestó una
enorme
diferencia
regional.
La proporción en las Américas (17.2) es la s
alta de la región desde que comen un registro
confiable en 1990. La proporción en África (13,0)
también es superior a la media
mundial,
mientras
que las proporciones en Oceanía,
Europa
y
Asia
son inferiores a la media mundial (2,3, 2,8, 3,0 y
respectivamente), (Naciones Unidas, 2019).
Existe un consenso de que las personas que
consumen, abusan y dependen del alcohol y otras
drogas tienen un riesgo mucho mayor de cometer
homicidio que cualquier otro tipo de enfermedad
mental. Además,
ciertos
rasgos
de
personalidad
que son propensos a
la
violencia
son
especialmente
los depredadores y otro rasgo
de
personalidad,
como el trastorno
de
personalidad
antisocial
(TPA)
o la psicosis, (Padrón , 2018). El daño y la muerte
causados por la violencia son el resultado de
muchos factores: biológicos, psicológicos, sociales,
educacionales, económicos, políticos y legislativos,
(OPS, 2003).
Otro factor relativo a las muertes violentas, es el
suicidio, según la Organización Mundial de la Salud en
el 2018, el suicidio es un grave problema y dificultad
para la salud pública en todo el mundo porque tiene
un impacto personal y familiar duradero en las
personas que
están
estrechamente
relacionadas
con
el suicidio. Tienen impactos sociales y económicos
significativos en las comunidades, países y
sociedades afectados. Por tanto, este es un tema
que debe despertar la atención de las autoridades,
profesionales de la salud y otros en la sociedad. La
OMS enfatiza que el suicidio es un problema 100 %
prevenible si se adoptan oportunamente métodos
multifactoriales, multisectoriales e integrados,
(Piqueras, 2019).
En Latinoarica anualmente mueren 65.000
personas por suicidio lo que refleja que existe un
aproximado de siete suicidios en una hora, (Perez
, Burgos y Machado , 2020). Algunos estudios del
suicidio de adolescentes muestran que, en algunos
países, presentan la tasa más alta de suicidios, como
Ecuador, donde cerca de 300 adolescentes y jóvenes
de 10 a 24 años se han suicidado cada o en las
últimas dos cadas. Según el último informe sobre
suicidios de la Organización Panamericana de la
Salud (OPS), la tasa
de
suicidios
entre
adolescentes
es de 10 a 19 años con un 7,5 por cada 100.000
habitantes y de 15 a 24 años presento un 13,6 por
100.000 habitantes. En los estados vecinos, estas
tasas son de 4,7 y 9,4 en Colombia y 1,1 y 1,9 en
Perú, (Gerstner, Soriano, Sanhueza, Caffe, y Kestel,
2018).
Los accidentes de tránsito
son
el
tercer
componente
de muertes violenta: Cada año, las colisiones
causadas por el tránsito causan la muerte de
aproximadamente 1,3 millones
de
personas,
más
del 90 % de las muertes generadas por accidentes
de tránsito se encuentra en los registros de los
países de ingresos medios y bajos, aunque las
tasas más elevadas se hallan en el continente
africano.
Además,
se
debe
considerar
que
aun
en los países con ingresos más elevados y con
recursos
socioeconómicos
pertinentes,
su
población
no está exenta de padecer este tipo de fenómenos
(Organizacion Mundial de la Salud, 2021).
En el ps, se registraron un total de 373,265 reportes
de accidentes de tránsito entre 1998 y 2015. De los
cuales 244.183 víctimas resultaron heridas y 29.148
personas murieron. En el año 2016, se registró una
tasa de mortalidad de 13,6 muertes por cada 100.000
habitantes. Este mero de muertos se concentró
primordialmente
en;
conductores
(860;
43,7%),
peatones
(578;
29,4%)
y
pasajeros
(513;
26,1%),
de 25 a 64 años (943; 47,9%), de sexo masculino
Iván Pincay, miedo a morir como factor desencadenante
(1.597; 81,1%), las provincias Andina y Pacífico del
país ecuatoriano, (Pafiel, Portalanza, Espinoza,
Merino, & Gómez, 2017).
Las muertes violentas se producen por efectos de
factores externos y responden a una etiología médico
legal (homicida, suicida o accidental), (Rodríguez ,
et al., 2014). Latinoarica en los últimos años, ha
presentado un par
de
grandes
expansiones
como
lo es la económica y la delictiva. Logrando poder
experimentar en esta región una disminución en
desigualdad, pobreza y desempleo y a pesar
de
todos estos progresos el delito y la violencia han
aumentado según la ONU, (Ovalle, 2019).
Estas estadísticas de muertes violentas, podría
conllevar a la aparición de estados ansiosos que
perjudiquen la vida del individuo que la estuviese
padeciendo. El mismo miedo a morir los puede
generar, así como crear diferentes tipos de
ansiedades, desde una generalizada a especifica. La
ansiedad en términos
psiquiátricos
es
definida
como
un estado emocional desagradable que se presenta
con la idea subjetiva de peligro o riesgo acompañado
de una descarga neurovegetativa. A diferencia del
miedo que se presenta en un peligro real y amenaza
con la integridad del individuo, (Reyes, 2010).
La prevalencia
de
trastornos
del
estado
de
ánimo
y trastornos
mentales
en
la
práctica
es
elevada.
La intensidad de su aparición varía mucho, desde
respuestas consideradas normales de tristeza y pena
hasta algunos estados severos e incapacitantes que
pueden conducir a la muerte. Entre los trastornos
mentales, la ansiedad
tiene
la
incidencia
más
alta en toda la comunidad en general, y ocurre en
aproximadamente el 15 % y 20 % de los pacientes.
Este trastorno
tambn
puede
ser
considerado
como
el síntoma principal de una enfermedad mental
primaria o una
respuesta
a
una
afección
médica.
La literatura muestra que ocurre tres veces más en
mujeres que en hombres, (Santaella , 2001).
Desde el punto de vista fisiológico, se define como
un sistema que recuerda al cuerpo eventos que
pueden ponerlo en desventaja; esta es una situación
desagradable, acompañada de síntomas como
náuseas, palpitaciones, sudoración, dolores de
cabeza y sensaciones físicas como vaciar la vejiga e
incluso diarrea. Desde el punto de vista patológico,
se determina por una autonomía relativa, sin
causas externas o internas obvias, y su intensidad,
duración y comportamiento están relacionadas con
manifestaciones clínicas; involucra dos reacciones,
una es de hipervigilancia continua, la otra es de
origen vegetal, (Santaella , 2001).
MÉTODO
Se realizó un análisis cuantitativo de la información
obtenida para describir y
explicar
los
datos
de
las variables descritas por valores nuricos. La
técnica utilizada en este estudio es el cuestionario,
que permite recolectar datos de manera sistetica,
mediante análisis
de
opinión
que
permite
determinar
el comportamiento de las muestras estudiada
(López, 2016).
Los instrumentos utilizados fueron el test de
Ansiedad de Beck en su versión española de BAI de
Sanz y Navarro, es un auto informe que consta de
21 ítems diseñada para poder evaluar la gravedad
de los ntomas de ansiedad. Los ítems del BAI
recogen síntomas de la ansiedad y la
persona
debe utilizar una escala tipo Likert de cuatro puntos
desde 0 a 3 el cual responde basándose en los
síntomas presentes en la última semana. (Sanz,
García, & Fortún, 2012). Para este instrumento en la
investigación de
Ortiz
Granda,
(2018),
se
determinar
la validez y confiabilidad, con un valor de coeficiente
alfa de Cronbach alto de 0.947, el cual se conside
excelente. Por lo que se determinó que detecta y
cuantifica de forma fiable los síntomas de ansiedad
en diferentes grupos de personas.
El segundo instrumento utilizado fue la Escala de
miedo a la muerte de Collett-Lester (EMMCL), este
es un Instrumento Multidimensional administrado y
autoadministrado, esta prueba está compuesta por
28 ítems que se dividen en 4 subescalas con 7 ítems
cada una con tres opciones basándose de la escala
de Likert. (Mondragon, et al.,
2020).
Que
también
fue aplicada dentro del Ecuador por Rosero (2020),
con una La confiabilidad interna total de la EMMCL
fue de 0,91. las cuatro sub escalas de una manera
consistente mide las características por la cual fue
57
Volumen 7, 012, enero a julio 2023. pp. 53 - 64.
hecha, demostrando así su validez de constructo.
La
población
referente
fueron
los
adolescentes
del sector las Amazonas de la Ciudad de Milagro,
el muestreo fue aleatorio, un total de 108 jóvenes
adolescentes de entre 14 y 18 años, con subfranjas
etarias de 14 con el 13 %, 15 con el 19,4 %, 16 con
el 19,4 %, 17 años con el 14,8% y 18 años con el 33,
3 %. donde el 60,2 fueron mujeres y 39,8 hombres
Este estudio respeta el principio de autonomía, por
lo que a los padres de los jóvenes se les entregó
un consentimiento informado donde se dio
a
conocer
sus derechos y responsabilidades además en cuanto
a la confidencialidad, se comprometió proteger la
identidad de los adolescentes y que los resultados
de este trabajo serán solo para fines académicos no
maliciosos. Todos los datos se
registran
y
guardaron
en una base de datos de Excel y se analizan con el
software SPSS versión 21; se utilizan estadísticas
descriptivas y de correlación adecuadas para el
análisis.
RESULTADOS
Resultados de la Escala de miedo a la
muerte de Collett-Leste
Tabla 1. Miedo a la muerte propia
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Nada
47
43,5
43,5
Moderado
60
55,6
55,6
Mucho
1
,9
,9
Total
108
100,0
100,0
Fuente: Cuestionario aplicado a 108 adolescentes del sector las Amazonas.
En la sub escala “Miedo a la muerte propia” se
pudo determinar que el 55,6 % de la población de
estudio presento un nivel moderado de miedo a la
muerte, un 43,5 % no presenta preocupación por su
propia muerte y un 0,9 % presenta mucho miedo a
su muerte.
Tabla 2. Miedo al proceso de morir propio
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Nada
43
39,8
39,8
Moderado
56
51,9
51,9
Mucho
9
8,3
8,3
Total
108
100,0
100,0
Fuente: Cuestionario aplicado a 108 adolescentes del sector las Amazonas.
En la sub escala que hace referencia al miedo del
proceso de morir propio se pudo obtener que 43
adolescentes es decir el 39,8 % no presenta miedo a
morir, 56 que representa el 51,9 % presenta un nivel
moderado y 9 es decir el 8,3 presenta mucho miedo
a morir.
Tabla 3. Miedo a la muerte de otros
Frecuencia
Porcentaje
Porcentaje válido
Nada
39
36,1
36,1
Moderado
57
52,8
52,8
Mucho
12
11,1
11,1
Total
108
100,0
100,0
Fuente: Cuestionario aplicado a 108 adolescentes del sector las Amazonas.
En la sub escala que permite determinar el miedo
a la muerte de otros se pudo determinar que 39
adolescentes que representa el 36,1% no posee
miedo a que mueran otras personas, 57 es decir 52,8
% presentan un nivel moderado y 12 que representa
el 11,1 % presenta mucho miedo sobre la muerte de
otros.
Iván Pincay, miedo a morir como factor desencadenante
Tabla 4. Nivel de miedo
Frecuencia
Porcentaje válido
Bajo
101
93,5
Moderado
7
6,5
Total
108
100,0
Fuente: Cuestionario aplicado a 108 adolescentes del sector las Amazonas.
Según la Escala de miedo a la muerte de Collett-
Leste se pudo determinar que 101 adolescentes es
decir el 93,5 % presentan un nivel bajo de miedo,
mientras que 7 es decir el 6,5 % se caracterizan
por tener un nivel moderado, mientras que ningún
adolescente presenta nivel alto de miedo.
Tabla 5. Nivel de ansiedad
Frecuencia
Porcentaje válido
Ansiedad leve
35
32,4
Ansiedad moderada
65
60,2
Ansiedad severa
8
7,4
Total
108
100,0
Fuente: Cuestionario aplicado a 108 adolescentes del sector las Amazonas.
Con el inventario de ansiedad de Beck, se pudo
determinar que 35 adolescentes presentan ansiedad
leve es decir el 3 2%, mientras que 65 tienen
ansiedad moderada que representa el 60% y 8
demuestran ansiedad severa siendo esto un 7,4 %.
Tabla 6. Correlaciones
Nivel de
ansiedad
Miedo a
la muerte
propia
Miedo al
proceso
de morir
propio
Miedo a
la muerte
de otros
Miedo al
proceso
de morir
de otros
Nivel de
miedo
Nivel de
Pearson 1
0,016
-0,168
0,056
0,04
,853**
ansiedad
Sig.
0,873
0,082
0,564
0,684
0
Miedo a la
Pearson 0,016
1
,628**
,437**
,424**
0,021
muerte propia
Sig. 0,873
0
0
0
0,83
Miedo al
Pearson -0,168
,628**
1
,503**
,533**
-0,176
proceso de
morir propio
Sig. 0,082
0
0
0
0,069
Miedo a la
Pearson 0,056
,437**
,503**
1
,776**
-0,011
muerte de otros
Sig. 0,564
0
0
0
0,907
Miedo al
Pearson 0,04
,424**
,533**
,776**
1
-0,052
proceso de
morir de otros
Sig. 0,684
0
0
0
0,593
Nivel de miedo
Pearson ,853**
0,021
-0,176
-0,011
-0,052
1
Sig. 0
0,83
0,069
0,907
0,593
**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral).
Fuente: Cuestionario aplicado a 108 adolescentes del sector las Amazonas.
Con el uso de los cuestionarios aplicados: Escala
de miedo a la muerte de Collett-Leste y el Inventario
de Ansiedad de Beck (BAI), se pudo determinar una
correlación significativa en el nivel 0,01 (bilateral),
59
Volumen 7, 012, enero a julio 2023. pp. 53 - 64.
dado que el valor de Pearson varía de -1 a 1, donde
0 significa que no hay correlación, se puede ver
una menor correlación entre estas dos variables
porque no es 0, sino muy cercana. Entonces la
dirección relevante es positiva, es decir, directa, lo
que determina que existe
una
correlación
mínima,
es correcta debido a que con las pruebas aplicada
DISCUSIÓN
La interrogante planteada sobre el miedo a la
muerte y si esta causa ansiedad en el contexto de
muertes violentas en la
Ciudad
de
Milagro
sector
las Amazonas en jóvenes de entre
14
y
18
años,
los resultados obtenidos en la escala de miedo a la
muerte de Collett-Leste y el Inventario de Ansiedad
de Beck (BAI), demuestran una significación mínima
positiva, es decir existe un miedo moderado, esto se
relaciona con el estudio de Gallegos e Isidro, (2019)
en su investigación el duelo de la muerte en la etapa
de la adolescencia, en esta investigación se plant
como
los
adolescentes
conllevan
los
procesos
de
duelo
que
evidencian
aspectos
psicológicos
y conductuales a pesar de los tabús y de las
caracterizaciones emocionales propias de
la
edad,
en la cual se maximizan los miedos y ansiedades,
a pesar de esto, enfrentan los procesos de duelos,
aunque no siempre de forma efectiva, creando
alteraciones como la depresión o la negación,
dificultando el panorama del desarrollo normativo.
La subjetividad del ser humano y mucho más la
del adolescente, distorsiona la supuesta realidad,
aunque la muerte en concreto de un ser querido,
reconocido o de cualquier otro, una vez que se ha
asimilado, no está presto a opiniones, está o no con
vida, el femeno de la muerte aclara y da objetividad
a la realidad y tal vez sea el único acontecimiento,
después del nacimiento, más concreto que pueda
existir, es decir, todos en algún momento pasaremos
por esto, sin embargo, existe otras variables como
las espirituales que dan esperanza ante la muerte
(Caccia y Elgier, 2020). Aunque
esta
espiritualidad
no es muy popular en adolescente da un sentido a la
vida y mayor capacidad de propósito.
En la adolescencia, se refuerza la personalidad, los
valores, los estereotipos y roles de género, es la
etapa de abandono del pensamiento mágico de la
niñez, en donde la búsqueda de la felicidad y la falta
de autocontrol no mide consecuencias, las figuras
parentales juegan un papel primario, porque son el
modelo para resolver conflictos y tomar decisiones,
sin embargo, en la práctica los adolescentes
prefieren otro tipo de compañía y direccionamiento
de sujetos que compartan características en común,
como la euforia propia de la edad o la reactancia,
porque empatizan de mejor manera, aunque se les
manifieste la poca asertividad de estas decisiones
sociales y las consecuencias
que
podrían
acontecer.
Es la etapa del desarrollo, donde no se avizora la
realidad objetivamente, es decir, podrían sentirse
atraídos por situaciones de peligro, aunque esto le
conlleve a exponerse a situaciones que atente con
su integridad (Rodríguez 2018).
En el trabajo de pez, (2014) se logró comprobar
que los sujetos que fueron objeto de estudio sienten
todo el tiempo inseguridad y vulnerabilidad a
ataques delictivos, los resultados
también
señalaron
que la ansiedad que sufren tiene relación con estos
aspectos,
lo
que
produce
problemas
emocionales
y de comportamiento, un 15 % de la población de
estudio ha sido víctima y un 32 % testigo, en esta
investigación se describe como el estar inmerso en
un ambiente delictivo, afecta la
salud
mental,
no
solo por haber sido víctima, sino también, por ser
espectadores.
El estudio realizado por Vicente y Cols, (2010)
encontró que la ansiedad fue la principal prevalencia
psiquiátrica de los adolescentes en un
rango
de
edad de 12 a 18 años en la provincia de Cautín
perteneciente al país de Chile, los resultados
descritos
refieren
que
la
ansiedad
está
presente
en un 6,8 % en muestra recabada; en mujeres un
17.1 % y en hombres 16,5 %. Se pudo determinar
que la prevalencia de la ansiedad es más elevada
en el sexo femenino que los hombres (Palacio y
Mérchan, 2013). En Ecuador, según el informe de
salud: Américas-Ecuador (2012) publicado por la
Asociación Panamericana de la Salud, la ansiedad
en Ecuador aumentó entre 2008 y 2009 de 66 a 99
casos por 100.000 habitantes, (Quiroga-Logacho y
Zhuño-Quizhpe, 2018).
Iván Pincay, miedo a morir como factor desencadenante
En el estudio de Santos y Ponce, (2021) realizado
en la Universidad Central del Ecuador en la carrera
de Odontología, se concluye, que la
ansiedad
es
más prevalente en mujeres y en los estudiantes s
jóvenes, mientras que en la investigación realizada
por Altamirano y Rodríguez, (2021) en la Universidad
Tecnica de Ambato, Tunguragua Ecuador, en
estudiantes de
Psicología,
se
correlacio
el
nivel de procastrinación frente a la ansiedad, se
determinó como resultado en la variable
ansiedad
una predominancia en el nivel moderado, lo que
concuerda con los resultados obtenidos en este
estudio.
Con respecto a los datos sobre los índices de
muertas violentas existe, limitada información del
procesamiento e interpretación de
datos
estadísticos
por parte
de
los
organismos
que
se
encuentran
a cargo del control y prevención del delito, así
como
la
incorrecta
representación
cartográfica
de los hechos violentos, esto no permiten una
adecuada planificación para ayudar y asignar
recursos materiales, económicos, tomar acciones
específicas y hacen imposible evaluar diferentes
planes, programas
y
proyectos
dirigidos
a
reducir
la inseguridad (Ovalle, 2019), sin embargo los
datos recabados demuestran un índice muy alto de
muertes violentas en el Ecuador.
Las conductas y actitudes de los adolescentes frente
a la muerte, no siempre es de evitación o rechazo,
en ocasiones se practican y ejecutan actividades de
riesgo sin importar su integridad física y/o psicológica
que podrían terminar en su propia muerte o de otros,
como, por ejemplo: Impericia al conducir, consumo
de
sustancias
psicotrópicas,
sexo
sin
protección,
y otras prácticas riesgosas (Moreno, 2019). los
jóvenes sienten cierta atracción sobre lo negativo,
aunque no siempre aceptan esto, sus acciones en
gran parte lo demuestran.
CONCLUSIONES
Se pudo determinar con el inventario de ansiedad de
Beck, que más de la mitad de los adolescentes objeto
de estudio presentan una ansiedad moderada, no es
representativa, pero evidencia una realidad objetivo
en lo cotidiano y sobre todo en la adolescencia.
La percepción de miedo a morir de forma violenta
en los adolescentes del sector las Amazonas de la
Ciudad de
Milagro,
obtenido
con
la
aplicación
de
la Escala de miedo a la muerte de Collett-Leste,
determinó que el miedo a la muerte propia y de
otros en los adolescentes es bajo. Estos índices
demuestran que, en la etapa de la adolescencia, no
se mide el riesgo de morir.
Al correlacionar los niveles de ansiedad con el miedo
de morir de forma violenta de los adolescentes del
sector las Amazonas de la Ciudad de
Milagro
dio
una correlación nima. Lo
que
determina
que
las muertes violentas no es lo único que generan
ansiedad en los adolescentes.
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