Volumen 5, N° 009, julio a diciembre 2021. pp. 83 - 96.
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ESTRÉS COTIDIANO Y ANSIEDAD MANIFIESTA EN NIÑOS INSTITUCIONALIZADOS Y
NO INSTITUCIONALIZADOS. UN ESTUDIO EN ECUADOR
Angy Janely Revelo García
1
, Andrea Gabriela Suárez López
2
(Recibido en julio 2023, aceptado en octubre 2023)
1
Psicóloga general, Pontificia Universidad Católica del Ecuador - Sede Ambato https://orcid.org/0009-0008-5942-3186.
2
Psicóloga Clínica, Máster en investigación en Discapacidad, Máster en Psicopedagogía Pontificia Universidad Católica
del Ecuador - Sede Ambato y Universidad Autónoma Regional de los Andes UNIANDES, ORCID: https://orcid.org/0000-
0001-6151-5006
ajrevelo@pucesa.edu.ec; ua.andreasl01@uniandes.edu.ec
Resumen: El estrés y la ansiedad infantil son problemas que afectan la salud psicológica, presentada por
diferencias signicativas sociales y familiares entre grupos institucionalizados y no institucionalizados. El objetivo
de la investigación fue analizar el estrés cotidiano y ansiedad maniesta en niños de grupos institucionalizados y no
institucionalizados de Sucumbíos, Ecuador. La metodología tuvo un diseño no experimental comparativo, con enfoque
cuantitativo y de alcance descriptivo. Participaron dos grupos de 30 niños institucionalizados y no institucionalizados
del cantón Shushundi, no hay diferencias entre ambos grupos con respecto a la edad que está ubicada entre los 8
a 12 años. Los instrumentos que se aplicaron fueron la cha sociodemográca, los cuestionarios del Inventario de
estrés cotidiano infantil (IECI) y la Escala de ansiedad maniesta en niños CMASR-2. Los resultados de la ansiedad
total son mayores en los niños institucionalizados (RP = 40,92), que en los no institucionalizados (RP = 20,08). El
estrés total es mayor en los institucionalizados (RP = 39,83) y los no institucionalizados (RP = 21,17). Según la
estadística de contraste existen diferencias signicativas entre los niños no institucionalizados e institucionalizados
en la ansiedad con x2 = 26,605 (p = 0,000) y el estrés total x2 = 23,975 (p = 0,000). En conclusión, los niños que viven
en situación de acogimiento institucional están en riesgo de ansiedad y estrés infantil por encontrarse separados de
sus familias.
Palabras clave: ansiedad, estrés, institucionalizados, no institucionalizados.
DAILY STRESS AND MANIFESTED ANXIETY IN INSTITUTIONALIZED
AND NON-INSTITUTIONALIZED. A STUDY IN ECUADOR
Abstract: Childhood stress and anxiety are problems that affect psychological health, presented by signicant
social and family differences between institutionalized and non-institutionalized groups. The objective of the research
was to analyze daily stress and manifest anxiety in children from institutionalized and non-institutionalized groups in
Sucumbíos, Ecuador. The methodology had a comparative non-experimental design, with a quantitative approach and
a descriptive scope. Two groups of 30 institutionalized and non-institutionalized children from the Shushundi canton
participated. There are no differences between both groups with respect to age, which is between 8 and 12 years
old. The instruments that were applied were the sociodemographic sheet, the Children’s Daily Stress Inventory (IECI)
questionnaires, and the Manifest Anxiety in Children Scale CMASR-2. Total anxiety are higher in institutionalized
children (RP = 40.92) than in non-institutionalized children (RP = 20.08). Total stress is higher in those institutionalized
(RP = 39.83) and those not institutionalized (RP = 21.17). According to the contrast statistic, there are signicant
differences between non-institutionalized and institutionalized children in anxiety with x2 = 26.605 (p = 0.000) and total
stress x2 = 23.975 (p = 0.000). In conclusion, children living in institutional care are at risk of childhood anxiety and
stress due to being separated from their families.
Keyword: anxiety, stress, institutionalized, non-institutionalized.
REVISTA PSICOLOGÍA UNEMI
Volumen 8, N° 014, enero a junio 2024. pp. 65 - 77.
https://doi.org/10.29076/issn.2602-8379vol8iss14.2023pp65-77p
Volumen 8, N° 014, enero a junio 2024. pp. 65 - 77.
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INTRODUCCIÓN
La salud mental infantil es un tema esencial en la
actualidad, se ha observado que la exposición a
situaciones adversas durante la infancia, como
también la acumulación de estas, favorecen a su
deterioro. Los trastornos más frecuentes son la
ansiedad, los problemas de atención, el insomnio
y la conducta oposicionista (Monjarás et al., 2021).
Los cambios socioeconómicos, el ritmo de la vida
actual, el desarrollo cultural y tecnológico, sumado a
los factores familiares y personales, pueden causar
estrés y ansiedad en sectores de la población
vulnerables como los niños. La agresividad y
violencia en los hogares de los niños puede
desembocar en estrés, ansiedad, abandono escolar,
depresión y conductas de riesgo, se alerta de la
gravedad del problema al tratarse de personas cuyo
sistema nervioso está en pleno desarrollo (Pérez y
Lagoii, 2020).
El estrés infantil es causado por la ausencia de
estrategias de afrontamiento ante situaciones
amenazantes en su entorno más cercano (Valiente
et al., 2020). Del 15 % al 20 % de los niños y
adolescentes tienen ansiedad, considerada por
la OMS como una de las diez principales causas
de enfermedad y discapacidad en este grupo
(Bermúdez, 2018).
El estrés infantil ha logrado una amplia difusión en el
campo de la psicología y en el uso común, definido
como aquellas circunstancias o acontecimientos
externos a los cuales están expuestos los niños,
denominado como estresores, que son capaces
de alterar su equilibrio fisiológico y psicológico. En
general, es resultante de una valoración negativa de
los acontecimientos, en los que se perciben que las
situaciones son desbordantes, que los recursos de
los individuos son insuficientes para su afrontamiento
y por los tanto tiene efectos negativos en la salud
física, emocional y psicológica (Aparicio et al., 2020).
También hace referencia a las demandas frustrantes
e irritantes que se producen en la interacción con el
entorno, son sucesos, problemas contrariedades y
preocupaciones de alta frecuencia, baja intensidad
y alta predictibilidad que alteran el bienestar físico y
emocional (Trianes et al., 2014)
El estudio del estrés en la etapa infantil ha aumentado
en los últimos años por la relevancia en el desarrollo
del niño tanto a nivel cognitivo, emocional y social. Los
estresores cotidianos a los cuales están expuestos
los niños, provocan desequilibrio fisiológico y
psicológico, que genera ansiedad, sentimientos de
incapacidad y baja autoestima (Valiente et al., 2020).
La ansiedad según el DSM-5 es una preocupación
excesiva y difícil de controlar por parte de los niños,
asociada con síntomas de inquietud, irritabilidad,
dificultad para concentrarse en la escuela, tensión
muscular, entre otros síntomas (Bermúdez, 2018).
Las implicaciones de los factores de estrés en la
vida de los niños, requiere de un análisis sistemático
del entorno, porque los modelos psicológicos del
desarrollo infantil reconocen la relevancia potencial
del entorno, de los factores de estrés en la etiología
y mantenimiento de trastornos internalizado y
externalizados en los niños. El estrés en esta etapa
en la durante la etapa infantil, se evalúan desde la
perspectiva de la psicopatología del desarrollo, en
la cual el estrés es visto como un evento ambiental
o condición crónica que amenaza la salud física y
psicológica de los individuos a una edad específica
y en una sociedad en particular (Gómez-Maqueo
y Monjarás, 2020). El objetivo de la presente
investigación fue analizar el estrés cotidiano y
ansiedad manifiesta en niños institucionalizados
y no institucionalizados de Sucumbíos, con
una evaluación comparativa estadísticas de las
diferencias significativas entre ambos grupos y definir
los factores de riesgo de mayor predisposición.
El estrés en niños institucionalizados
La institucionalización es una medida de protección,
que separa a los niños de sus padres o cuidadores,
con la finalidad de brindar protección de algún
riesgo y procurar un ambiente estable, se considera
un factor que altera el desarrollo psicológico
infantil. En investigaciones desarrollados en casas
hogares mexicanas, son diferentes los motivos
que han llevado a los niños a la condición de
institucionalización como: la muerte de los padres,
situación de calle, violencia, contextos en los cuales
los padres no pueden cubrir con las necesidades
económicas básicas de sus hijos. Este cúmulo de
Angy Revelo, estrés cotidiano y ansiedad maniesta en niños
67
emociones negativas ambivalentes generadas por
la adaptación en la casa hogar y los sentimientos
de abandono, generan confusión, muchas veces
no logran ser controladas. Estos menores tienen
características y circunstancias especiales, a no
recibir el cuidado y la atención de sus progenitores,
ni tener ninguna vinculación con ellos la respuesta
se deriva en depresión o ansiedad (Arias Martínez
et al., 2021; García Cabezas, 2019; Gómez et al.,
2016).
Estudios recientes informan que los niños
institucionalizados tienen un nivel significativamente
más alto de estrés, ansiedad y depresión que los
no institucionalizados. La mayor parte de niños de
acogida vienen de familias que han tenido problemas
para brindar un ambiente familiar seguro, cariñoso
y enriquecedor. Generalmente vienen de familias
con escasos recursos, bajo nivel de educación,
monoparentales y en las cuales los progenitores
tienen problemas de abuso de sustancias o
enfermedad mental. Aproximadamente 70 % son
derivados a estos hogares por los servicios de
protección de la infancia porque han sufrido maltrato
o abandono (Choque, 2020).
Uno de los factores de riesgo a los cuales están
expuestos los niños institucionalizados es el
estrés relacionado por la falta de cuidados de sus
padres, que influye en problemas para regular
sus emociones. Hay que establecer que las
competencias de autorregulación de los niños están
fuertemente asociadas con el cuidado estable,
contingente y sensible de los hogares, mientras que
las experiencias familiares adversas de los niños se
asocian con una mayor desregulación emocional.
Además, la experiencia de maltrato puede promover
la aparición de problemas socioemocionales y
conductuales (Cano et al., 2019; Sousa et al., 2021).
Las teorías psicológicas detallan como factor, las
relaciones de apego con mayor predisposición
a los niños institucionalizados. Un sistema
biocomportamental que ayuda a la regulación
del estrés es el apego, que plantea la necesidad
humana innata de generar lazos afectivos cercanos,
necesarias en momentos de estrés. el sistema de
apego se activa frente a las amenazas que pueden
ser externas o internas. durante la infancia, el
estrés que viven activa el apego hacia su cuidador,
que activa una respuesta para brindar atención
y protección. los niños a partir de la repetición de
interacciones generando un sistema de expectativas
acerca de sí mismo y de los otros, por lo cual los
niños en situación de acogida tienen mayor riesgo
de estrés y ansiedad (Costa-Cordella et al., 2020).
Las condiciones y factores detallados presenta
diferentes efectos negativos derivadas de la
institucionalización, con problemas a nivel
emocional e intelectual como: anhelo excesivo de
amor, depresión, ansiedad, desapego emocional e
inadaptación social, debido a la falta de atención
personalizada para cada niño, no se crean vínculos
con los cuidadores que satisfagan sus necesidades
físicas y emocionales (Cano et al., 2019). Estas
situaciones influyen en problemas muy variables
de estrés, por el descuido, negligencia, abuso
verbal o físico que han vivido en sus hogares y
por el cambio de entorno a una casa de acogida o
albergues transitorios, que conlleva una situación
de desapego, nerviosismo por el nuevo lugar y la
duración de esa nueva realidad (Choque, 2020).
Los efectos del estrés en niños institucionalizados
están relacionados con más síntomas depresivos
que pueden afectar su salud mental, con mayor
prevalencia se menciona el estrés postraumático.
Al presentarse un estrés excesivo se generan
efectos en la salud física y mental, con trastornos
emocionales y de conducta (Gómez et al., 2016).
El factor institucional es otra causa, por la deficiente
atencion a los niños que viven en instituciones de
acogida. Siddiqui y Ali (2018) plantean que las
instituciones de acogida brindan una atención
deficiente que debe abordarse, las causas que
pueden explicar el descuido de las necesidades
emocionales son: la falta de conciencia sobre la
intensidad y la importancia del problema; también,
existe la idea errónea general de que los niños son
inmunes a los problemas psicológicos o emocionales,
lo que resulta en la ignorancia por parte de los
cuidadores; los niños generalmente no verbalizan su
problema, por lo que es difícil descubrir el problema
que están experimentando. Los niños manifiestan
Volumen 8, N° 014, enero a junio 2024. pp. 65 - 77.
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sus problemas emocionales conductualmente
en términos de berrinches y aislamiento, son
penalizados y agravan aún más el problema.
La institucionalización tiene un efecto traumático
en la vida de los niños y el estrés es inherente a la
situación en la que la desgracia se multiplica cuando
son sometidos a estos entornos institucionales.
Aunque se brinda albergue y servicios básicos,
las necesidades psicológicas no se satisfacen
adecuadamente, lo que genera estrés y déficits
socioemocionales (Siddiqui y Ali, 2018). Según
UNICEF, casi 10.000 niños quedan huérfanos
cada día, hay al menos 140 millones de huérfanos
en el mundo. Si bien existen muchas instituciones
gubernamentales y no gubernamentales para los
niños privados del cuidado de los padres, estás
requieren apoyo gubernamental para el cuidado
psicológico, físico y emocional de los niños
(Pakinswindé et al., 2022).
Informes acerca de la situación actual de los niños
y niñas institucionalizados en América latina y el
Caribe muestra que carecen de una figura de afecto
exclusiva y estable, que los expone a cuidados
rotativos con inestabilidad y disrupciones constantes
de vínculos. Los cuidadores no se encuentran
previamente preparados con formación suficiente
para ejercer el delicado rol del cuidador, presentan
bajos niveles de motivación y predisposición en su
función, no son contratados según su experiencia y
capacitación, por la falta de condiciones laborales
baja remuneración y la ausencia de criterios para
contratación. Los cuidadores se muestran poco
accesibles y disponibles para los niños con escaso
contacto físico e interacciones emocionales (Moretti
y Torrecilla, 2019).
El estrés infantil en niños no
institucionalizados
El estrés en los niños no institucionalizados en
cambio, se categoriza como en el contexto del nivel
escolar, las exigencias educativas, las demandas
familiares excesivas, el nacimiento de un nuevo
hermano, la separación o divorcio de los padres,
entre otros, que son estresantes, con deficiente
capacidad para manejarlos y lograr la adaptación
(Palacio Chavarriaga et al., 2018; Sahad et al.,
2017). Los factores están vinculados con las
relaciones familiares y sociales. La UNICEF y el
Ministerio de Educación del Ecuador realizaron una
encuesta a 4500 padres o representantes acerca de
las emociones de sus hijos, los datos revelaron que
4 de cada 10 afirmaron que sus hijos se sentían muy
angustiados y tensionados, situación mucho más
frecuente en educación básica superior (UNICEF,
2020).
Los estudios en este grupo específico se han
centrado en los diferentes trastornos mentales,
destacándose que se presenta con mayor frecuencia
en niños de 10 a 14 años son la ansiedad o estrés,
depende en gran medida de los que asimilen en su
entorno inmediato. Los niños con estos problemas
en algunos casos pueden estar influenciados por
situaciones de abuso emocional, físico, sexual, por
angustias interpersonales a nivel social y familiar.
También aquellos niños que viven en ambientes
disfuncionales pueden llegar a desarrollar síntomas
de ansiedad. A nivel social, se ven expuestos a
situaciones como hablar en público, manejo de sus
emociones e interactuar con sus compañeros, lo
cual les genera angustia, se sienten amenazados,
solitarios y excluidos (García y Fontalvo, 2021;
Vallejo y Polanco, 2019).
Al respecto, Saraswat (2017) analizó que un
porcentaje representativo de los niños sufrían uno o
más de los problemas psicológicos como: depresión,
estrés, estaban tristes y melancólicos como resultado
de su estancia en las instituciones y del duelo de
sus padres. También, presentaban baja autoestima
y falta de propósito, creían que no valían nada y
eran inútiles. Los niños anhelaban amor y afecto
como resultado de la pérdida de los padres; estarían
confundidos sobre porque terminaron habitando
estas instituciones de acogida.
MÉTODO
Para la realización del estudio se siguió un diseño no
experimental comparativo con enfoque cuantitativo y
de alcance descriptivo. El propósito fue la obtención
de datos numéricos a partir de la predicción de
fenómenos analizados, este se enriquece del
Angy Revelo, estrés cotidiano y ansiedad maniesta en niños
69
suministro de datos representados de manera
estadística manteniéndose la mayor objetividad
posible. Los datos de los test se cuantificaron
a través de los valores de media y desviación
estándar, utilizándose métodos de comparación, la
prueba de normalidad de Shapiro-wilk y el p valor
con la finalidad de diferenciación de hallazgos entre
los niños institucionalizados y no institucionalizados.
Para la investigación se seleccionó la technical
psychosomatic que permitió medir las dimensiones
psicológicas (Abuín y de Rivera, 2014). Este se
encuentra vinculados con el estrés infantil de los
niños y la ansiedad y la encuesta aplicada para la
recolección de datos sociodemográficos.
Además, el método aplicado fue comparativo puesto
que ayudó a la identificación de semejanzas y
diferencias usándose la contrastación de datos, pero
las variables que se estudia como posible causa en
el criterio no es manipulable (Latorre et al., 2005;
Ñaupa et al., 2018). Los resultados se compararon
para establecer los niveles de estrés infantil en la
población institucionalizada y no institucionalizada a
través de los resultados estadísticos y los métodos
de relación significativa de variables, sin evaluar con
métodos experimentales las variables, sino con la
aplicación de instrumentos de medición elaborados
y validados con la finalidad de establecer diferencias
entre los grupos de participantes.
El alcance descriptivo y comparativo, permitió
establecer características, reproduce rasgos
distintivos o particularidades de los sujetos
susceptibles de ser estudiados (Reyes, 2022),
Su utilización permitió evaluar los factores que
influyen en el estrés infantil con un análisis de las
diferencias entre los niños institucionalizados y no
institucionalizados, a través de la identificación de
los factores sociodemográficos y determinar los
estresores que afectan la salud psicológica en un
período de tiempo específico según el cronograma
de actividades.
La población estuvo constituida por 60 niños del
cantón Shusufindi ciudad ecuatoriana, cabecera
cantonal del cantonal Shushufindi, es la segunda
urbe más poblada de la provincia de Sucumbíos,
localizada al norte de la región amazona del
Ecuador. Los niños con una edad entre 8 a 11
años se dividieron en dos grupos de participantes,
el primer grupo está representado por 30 niños
institucionalizados y; el segundo grupo son 30
niños no institucionalizados del cantón. Los dos
grupos pertenecen al sector urbano. La muestra se
seleccionó a través de un muestreo no probabilístico
por conveniencia, sin recurrirse a la aplicación de
fórmula muestral por ser la población menor a 100,
aplicándose los criterios de inclusión y exclusión.
Los criterios para la selección de la muestra fueron:
la edad, cumplir con los criterios de inclusión, no
poseer ningún tipo de discapacidad y haber tenido
un diagnóstico previo de depresión o ansiedad.
Los criterios de inclusión fueron: Niños entre 8 a 11
años institucionalizados por más de un 1 año en el
centro de acogida y autorizados por el director del
centro de acogida y aquellos no institucionalizados
autorizados por sus padres bajo el consentimiento
informado.
Los criterios de exclusión son: Niños entre 8 a 11
años institucionalizados con problemas psicológicos
o cognitivos diagnosticados, con discapacidad
o traumas psicológicos. Asimismo, niños no
institucionalizados que no hayan sido autorizados
por sus padres y se encuentren en condición de
discapacidad o presenten traumas psicológicos.
La ficha sociodemográfica recoge la información
de los niños, relacionada con la edad, el sexo,
información vinculada con el tipo de familia o la
institucionalización, entre otros datos relevantes
previamente seleccionados que servirán con
antecedentes para caracterizar a los participantes.
La Escala de ansiedad manifiesta en
niños CMASR-2: Fue elaborada y revisada
por Reynolds y Richmond, en 1985 constituye un
instrumento de autoinforme que tiene 49 ítems
designados con escala dicotómica (Si/No) que
tienen como finalidad evaluar el grado y naturaleza
de la ansiedad en niños. La suma de totalidad de
las puntuaciones obtenidas da como resultado el
Índice de Ansiedad Total, pero brinda calificaciones
en las siguientes dimensiones: ansiedad fisiológica,
Volumen 8, N° 014, enero a junio 2024. pp. 65 - 77.
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inquietud, ansiedad social, defensividad e índice
de respuestas inconsistentes (Pearson, 2022). La
validación del cuestionario CMASR-2 en niños
considerándose la aplicación en México en un grupo
de 40 estudiantes en un rango de 7 a 10 de edad,
se obtuvo como puntuación 0,845 del coeficiente
del alfa de Cronbach en la totalidad del instrumento
(Huerta et al., 2022).
La validación del instrumento CMASR-2 en el
contexto ecuatoriano se efectuó en una investigación
donde se aplicó a niños y adolescentes de 6 a 11
años Tras las pruebas estadísticas se alcanzó el
valor de Alpha de Cronbach de 0,830, mientras
que las comparación con el Alpha de Cronbach
con el método de mitades partidas para establecer
la confiabilidad en el mismo grupo determinó la
estadística fue 0,881. Los datos establecieron un
dato más alto que la primera prueba, que permite
conforma la consistencia interna efectiva, que se
puede usar para futuras investigaciones relacionados
con los estados de ansiedad en población infanto-
juvenil (Ortega y Moreno, 2019).
La Escala de ansiedad manifiesta en niños CMASR-2
mide los niveles a través de cuatro escalas:
Extremadamente ansioso (4), Moderadamente
ansioso (3), No más ansioso que para la mayoría
(2) y menos ansioso que para la mayoría (1),
obteniéndose los rangos de puntuación de la tabla
baremos según el número de respuestas por cada
dimensión evaluada y la suma total del instrumento.
Para la medición se interpreta las escalas 4
representa el valor más alto de la ansiedad y 1 bajo
nivel de ansiedad en los niños.
El Inventario de estrés cotidiano
infantil (IECI): Evalúa los estímulos estresores
y las respuestas psicofisiológicas emocionales,
conductuales y cognitivas en infancia. Este fue
elaborado por los autores Trianes et al., (2011)
proporciona una puntuación total de estrés cotidiano
y evalúa dimensiones como: problemas de salud
y psicosomáticos, estrés en el ámbito escolar y
estrés en el ámbito familiar. Este consta de 22
ítems con escala dicotómica (Si/No) que ayudan a
la descripción de diferentes problemas, demandas,
sucesos, preocupación y contrariedades que son
causados por la interacción diaria con el entorno, con
afectaciones y reacciones emocionales e influyen
negativamente el desarrollo integral de los niños.
También Trianes et al., (2011) efectuó un estudio
en una muestra de 1957 niños de 24 instituciones
educativas primarias de la provincia de Málaga –
España, la prueba alcanza los valores de 0,73 a 0,95
en lo relacionado al dominio, en los resultados del
test del Coeficiente de Alfa de Cronbach de 0,62 a
0,81 que establece su validez.
En el contexto latinoamericano, un estudio de
Valiente-Barroso et al. (2020) estableció que su
consistencia interna es de 0,81 (global) de Alfa de
Cronbach, mientras que la puntuación en los ámbitos
de salud, académico y familiar fuero de 0,62, 0,68 y
0,62 respectivamente. En el contexto ecuatoriano,
en el estudio de Ortiz Pérez (2022) se desarrolló el
análisis de confiabilidad y validez en 103 estudiantes
de tercer, cuarto, quinto y octavo curso de Educación
General Básica entre edades de 8 a 12 años de la
ciudad de Ambato, que obtuvo un 0,81 según el Alfa
de Cronbach. La validez según las puntuaciones
obtenidas resultados superiores e igual a 3,9 en
todos los ítems, la valoración dio -1 y 1, resultaron
así los valores iguales y mayores a 0,6.
El Inventario de estrés cotidiano infantil (IECI)
evalúa los niveles de estrés en tres escalas: Alta
(3), Media (2) y Baja (1), obteniéndose los rangos de
puntuación de la tabla baremos según el número de
respuestas por cada dimensión evaluada y la suma
total del instrumento. Para el proceso de recolección
de datos se desarrolló cumplieron diferentes fases.
Inicialmente se acudió a las instituciones para
obtener los permisos correspondientes y solicita
el consentimiento informado de los padres para
los niños no institucionalizados y los permisos
necesarios de las autoridades del centro de acogida.
Los datos se procesaron según los manuales de los
test.
Para el procesamiento estadístico se empleó
el programa IBM SPSS 20, que sirvió para la
presentación y análisis de los datos por cada
niño, cuantificándose los valores totales de los
Angy Revelo, estrés cotidiano y ansiedad maniesta en niños
71
instrumentos y las dimensiones definidas por los
autores, la finalidad presentar los hallazgos de
mayor relevancia y la información sociodemográfica
del grupo de participantes, que puede influir de
manera significativa en los niveles de estrés
infantil. Se obtuvieron los datos de los factores
sociodemográfico de los grupos investigados,
la estadística descriptiva, los valores de media,
frecuencia y porcentaje de las dimensiones de los
instrumentos y se aplicó la t student para responder
a las diferencias entre el grupo no institucionales e
institucionalizado.
En la tabla 2, se representa los niños según su tipo
de situación, un alto porcentaje han vivido en el
centro de acogida aproximadamente 1 año. Mientras
La aplicación de la Escala de ansiedad manifiesta
en niños CMASR-2 y el Inventario de estrés
cotidiano infantil (IECI) permitió evidenciar los
niveles de estrés y ansiedad en los niños de 8 a
RESULTADOS
Los datos sociodemográficos de ambos grupos
de participantes representado por 30 niños
institucionalizados y no institucionalizados. La
tabla 1 presenta el valor de media y la desviación
estándar para comparar la edad, no hay diferencias
entre ambos grupos. La edad mínima es de 8 y la
máxima de 12 años. En el caso del sexo, hay un
mayor porcentaje del femenino, pero con diferencias
porcentuales mínimas con respecto al masculino.
que los no institucionalizados conviven con ambos
padres, pero también solo con su madre en la zona
urbana del cantón.
12 años que se encuentran institucionalizados y no
institucionalizados, evidenciándose las diferencias
entre ambos grupos a través de tablas estadísticas
comparativas.
Nota. Datos demográcos de los grupos investigados según su
situación su situación de institucionalización.
Nota. Tiempo de institucionalización y persona con la conviven los niños
no institucionalizados por frecuencia y porcentaje.
Niños institucionalizados No institucionalizados
N= 30 N= 30
Edad M
Desviación
estándar
M
Desviación
estándar
9,6333 1,37674 9,6333 1,37674
Mínimo Máximo Mínimo Máximo
8 12 8 12
F % F %
Sexo
Femenino 16 53,30 % 17 56,70 %
Masculino 14 46,70 % 13 43,30 %
Institucionalizados No institucionalizados
Tiempo de
institucionalización
F %
Persona con la que
conviven
F %
1 año 23 76,7 % Solo la madre 12 40,0 %
1 a 2 años 3 10,0 % Solo el padre 4 13,3 %
3 a 4 años 4 13,3 % Ambos padres 14 46,7 %
Tabla 1. Factores sociodemográco de los grupos investigados
Tabla 2. Estadía y convivencia de los niños institucionalizados y no institucionalizados
Volumen 8, N° 014, enero a junio 2024. pp. 65 - 77.
72
En la tabla 4, un porcentaje representativo de niños
institucionalizados tienen más ansiedad que los otros
que no viven en centros de acogida y residen con
La tabla 5, los niños institucionalizados tienen
un bajo niveles de estrés cotidiano representado
por una frecuencia de 29 (96,7 %), en el análisis
comparativo los institucionalizados presentan
porcentajes idénticos, pero son representativos en
los niveles medio y alto que representan un 66,6%,
diagnosticándose problemas de salud psicológica en
el grupo institucionalizado.
Análisis comparado por dimensión de la
ansiedad manifiesta y el estrés cotidiano
infantil
Para definir la prueba que permitió la comparación
entre los grupos investigados se utilizó la prueba
de normalidad, que estableció que la base de datos
no se distribuye normalmente seleccionándose las
sus familias, constituyéndose en grupo de riesgo. En
cambio, los no institucionalizados presentan menos
ansiedad, por lo que tienen mejor salud psicológica.
pruebas no paramétricas de Kruskal-Wallis y de
Wilcoxon.
Al evaluar los datos comparativos a través de
la Prueba de Kruskal-Wallis la ansiedad total es
mayor en los niños institucionalizados (RP = 40,92),
que en los no institucionalizados (RP = 20,08). El
estrés total es mayor en los institucionalizados (RP
= 39,83) y los no institucionalizados (RP = 21,17).
Según la estadística de contraste existen diferencias
significativas entre los niños no institucionalizados e
institucionalizados en la ansiedad con x2 = 26,605
(p = 0,000) y el estrés total x2 = 23,975 (p = 0,000).
Nota. Representación de los valores de frecuencia y porcentaje de la
ansiedad maniesta por niveles de riesgo en los grupos evaluados.
Nota. Representación de los valores de frecuencia y porcentaje del
estrés total infantil por niveles de riesgo en los grupos evaluados.
Niños institucionalizados Niños no institucionalizados
Escala de ansiedad F % F %
Menos ansioso que para la
mayoría de los estudiantes
5 16,70 % 25 83,30 %
No más ansioso que la
mayoría de los estudiantes
20 66,70 % 5 16,70 %
Moderadamente ansioso 5 16,70 % 0 0 %
Institucionalizados No institucionalizados
Escala de ansiedad F % F %
Bajo 10 33,30 % 29 96,70 %
Medio 10 33,30 % 1 3,30 %
Alto 10 33,30 % 0 0,00 %
Total 30 100,00 % 30 100 %
Tabla 3. Ansiedad maniesta entre niños institucionalizados y no institucionalizados
Tabla 4. Estrés cotidiano infantil entre niños institucionalizados y no institucionalizados
Angy Revelo, estrés cotidiano y ansiedad maniesta en niños
73
En la tabla 5, se detalló la aplicación de la prueba de
los rangos con signo de Wilcoxon, la cual establece
la existencia de diferencias significativas entre los
grupos evaluados de niños, con la finalidad de medir
la incidencia del estrés y ansiedad.
Nota. Representación de los valores de diferencias y contraste a través de la prueba de Kruskal-Wallis
Nota. Representación de los valores de diferencias y contraste a través de la prueba de Wilcoxon
Grupos N Rango promedio (RP)
Ansiedad no
institucionalizados e
institucionalizados
No institucionalizados 30 20,08
Institucionalizados 30 40,92
Total 60
Estrés total no
institucionalizados e
institucionalizados
No institucionalizados 30 21,17
Institucionalizados 30 39,83
Total 60
Estadísticos de contraste
a,b
Ansiedad no
institucionalizados e
institucionalizados
Estrés total no
institucionalizados e
institucionalizados
Chi-cuadrado (x
2
) 26,605 23,975
gl 1 1
Sig. asintót. ,000 ,000
a. Prueba de Kruskal-Wallis
b. Variable de agrupación:
Grupos
N Rango promedio Suma de rangos
Ansiedad no
institucionalizados
- Ansiedad
institucionalizados
Rangos negativos 21
a
11,62 244,00
Rangos positivos 1
b
9,00 9,00
Empates 8
c
Total 30
Estrés total no
institucionalizados - Estrés
total institucionalizados
Rangos negativos 19
d
10,76 204,50
Rangos positivos 1
e
5,50 5,50
Empates 10f
Total 30
a. Ansiedad no institucionalizados < Ansiedad institucionalizados
b. Ansiedad no institucionalizados > Ansiedad institucionalizados
c. Ansiedad no institucionalizados = Ansiedad institucionalizados
d. Estrés total no institucionalizados < Estrés total institucionalizados
e. Estrés total no institucionalizados > Estrés total institucionalizados
f. Estrés total no institucionalizados = Estrés total institucionalizados
Tabla 5. Prueba de Kruskal-Wallis
Tabla 6. Prueba de Wilcoxon
Volumen 8, N° 014, enero a junio 2024. pp. 65 - 77.
74
En la tabla 6, la prueba compara ambos grupos
evaluados, determinándose que en 21 casos la
ansiedad en no institucionalizados es menor que
en los institucionalizados. En el estrés se refleja un
En la tabla 7, el p valor es menor a 0,05, por lo cual
se determina que los datos muestran que existen
diferencias significativas en ambos grupos. Los niños
institucionalizados tienen mayor riesgo de presentar
ansiedad y estrés total que los no institucionalizados.
DISCUSIÓN
El estrés cotidiano infantil tiene mayor incidencia
en los niños institucionalizados, por los factores de
carácter familiar y los relacionados a la salud, la
estadística descriptiva muestra un nivel medio, que
difiere de otros hallazgos de carácter internacional.
Wendt et al. (2019) en cambio al analizar el estrés
destaca que los niños institucionalizados exhibieron
un mayor número y un mayor impacto de eventos
estresantes, acompañados de niveles más altos de
afecto negativo, pero informaron más satisfacción
con la vida a través del comportamiento no violento.
Los niños institucionalizados tienen mayor riesgo
de presencia de ansiedad, en comparación que
los no institucionalizados, interpretándose la media
como más ansioso que la mayoría. Asimismo,
Moretti y Torrecilla (2019) desarrollaron una
revisión bibliográfica acerca de diferentes hallazgos
acerca de los niveles de ansiedad en los niños
institucionalizados se menciona los comportamientos
disruptivos de carácter agresivo, altos niveles de
ansiedad y pobres niveles de habilidades sociales
que les dificulta la integración con los demás.
El nivel de estrés cotidiano y la ansiedad manifiesta
en los niños no institucionalizados es bajo, es
hallazgo similar con 19 casos específicos y RP =
10,76. La ansiedad y el estrés es mayor en los niños
institucionalizados.
decir, no es un problemática que afecte su salud
psicológica. Un resultado similar es presentado en el
estudio de Quispe y Rodríguez (2022) que identifico
el predominio del nivel leve de estrés en el grupo
de estudio, el ámbito del estrés fue el familiar. En
cambio, prevaleció el nivel normal de ansiedad,
seguido del leve, no se encontraron diferencias
significativas entre los participantes.
Un estudio de García y Fontalvo (2021) la
ansiedad en el contexto educativo de los niños no
institucionalizados. Asimismo, Valiente et al., (2020)
evaluó la salud mental como factor para el bajo
rendimiento académico. La situación familiar de los
niños evaluados de la presente investigación desde
la dimensión de la ansiedad social y el estrés es
bajo, pero no se analiza los aspectos educativos que
son factores de influencia significativa. Por ejemplo,
Iglesia et al., (2021) detecta altos niveles de estrés
infantil vinculados al rendimiento académico,
planteándose que la situación de la salud psicológica
dependerá del tipo de entorno, la realidad familiar y
factores externos que necesitan abordarse a través
de un abordaje psicoeducativo.
Un estudio comparativo del estrés de los niños
institucionalizados y los no institucionalizados,
determina diferencias observándose que los primeros
perciben un mayor nivel de situaciones estresantes
(Gómez et al., 2016). Este hallazgo coincide con la
presente investigación destacándose que los niños
en un contexto de institucionalización tienen mayor
riesgo de altos niveles de estrés.
Nota. Representación de los valores de contraste a través de la prueba de Wilcoxon
Ansiedad no
institucionalizados -
Ansiedad institucionalizados
Estrés total no
institucionalizados - Estrés
total institucionalizados
Z -4,044
b
-3,826
b
Sig. asintót. (bilateral) ,000 ,000
a. Prueba de los rangos con signo de Wilcoxon
b. Basado en los rangos positivos.
Tabla 7. Estadísticos de contraste
a
Angy Revelo, estrés cotidiano y ansiedad maniesta en niños
75
CONCLUSIONES
La salud mental de los niños institucionalizados
y no institucionalizados se ha constituido en una
preocupación constante por la necesidad de
establecer los posibles factores de influencia, las
relaciones de apego y los sentimientos que imperan
en aquellos que viven en centros de acogida
alejados de sus familias. La ansiedad y el estrés
son problemas que pueden llegar a presentarse por
diferentes tipos de situaciones de convivencia de los
niños de 8 a 12 años que viven con sus familias,
con ambos padres por lo general o solo la madre y
también residen en un centro de acogida a partir de
1 aproximadamente.
Los resultados de la escala de ansiedad manifiesta
establecen que los niños institucionalizados se
encuentran más ansiosos que la mayoría en un
alto porcentaje, constituyéndose la inquietud
como la más representativa, mientras que los no
institucionalizados presentan bajos índices. El estrés
cotidiano infantil en un porcentaje representativo
tiene un nivel medio y alto representado por
una frecuencia de 20 niños institucionalizados,
determinando que el ámbito familiar es un factor de
mayor influencia en este grupo, mientras que lo no
institucionalizados en general tienen un bajo estrés.
Las líneas futuras y acciones de esta investigación
se enfocan a la consideración de factores de riesgo
específico y el diseño de acciones direccionadas
a la mejora de la salud mental de los niños,
considerándose un reto del siglo XXI crear un
entorno saludable para aquellos en situaciones
institucionalizadas que viven en casas de acogida.
Para la UNICEF (2020) es una necesidad el diseñar
acciones de prevención y motivación direccionadas a
la mejora de la salud mental de los niños en situación
de institucionalización, construyéndose políticas de
salud mental dirigidas a la infancia. Una actividad
sugerida por Aparicio et al. (2020) es fomentar con
mayor frecuencia la actividad física, ayuda a que
los niveles de depresión y ansiedad disminuyan de
manera significativa, un estilo de vida actividad es
un buen indicador del estado de la salud mental.
En una investigación de Gómez et al., (2016) se
recomienda elaborar una delimitación de los factores
internos como externos que influyen en los niveles
de ansiedad y estrés de los niños institucionalizados
y no institucionalizados vinculados con la violencia
intrafamiliar, las adicciones a las drogas y alcohol,
al nivel económico familiar y factores externos que
influyen en la salud mental, a través de nuevas
investigaciones que integren dimensiones sociales
como causales del problema.
El estudio de Aparicio et al., (2020) indica la
necesidad de establecer estrategias de detección
temprana considerándose los factores de riesgo
familiares y educativos, así disminuir su progresión,
a través de la observación de su prevalencia en la
población infantil. Se considera que se debería
incluir como factores de riesgos de la ansiedad
y estrés de los niños no institucionalizados, el
contexto educativo y familiar conflictivo en el cual
se relacionan con sus padres y pares, evaluándose
como posibles factores sociales que puede influir
en los estilos de afrontamiento, a través de la
información la integrar estrategias de salud mental
desde diferentes entornos institucionales.
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