Volumen 2, N° 2, enero a junio 2018. pp. 32 - 40.
34
para evaluar si una persona es hábil o no en un ámbito,
en este caso el emocional y afectivo, la mejor forma
de hacerlo es comprobar sus habilidades a través de
diferentes ejercicios que requieran poner a prueba tales
habilidades comparando posteriormente sus respuestas
con criterios de puntuación predeterminados y objetivos
En el 2001 José Antonio Alcázar toca el tema de la
Inteligencia emocional llamándola Educación de la
Afectividad armando lo siguiente: “Es la inteligencia
la que debe encauzar y utilizar la fuerza de los
sentimientos. Una buena educación sentimental ha de
ayudar, entre otras cosas, a aprender, en lo posible, a
disfrutar haciendo el bien y sentir disgusto haciendo el
mal.” Para (Goleman, 1995) , es la capacidad de sentir,
entender, controlar y modicar estados emocionales en
uno mismo y en los demás, él arma “la inteligencia
emocional es el talento básico para vivir feliz y triunfar”.
Según la versión original de (Salovey Peter y Mayer
Jhon, 1990), la Inteligencia emocional consiste en la
habilidad para manejar los sentimientos y emociones,
discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos
para dirigir los propios pensamientos y acciones.
(Goleman, 1995), reere que es evidente la creciente
pérdida de control sobre las emociones que tienen
lugar en nuestras vidas y en las de quienes nos rodean.
Es de gran importancia la inteligencia emocional para
completar la formación del estudiante que luego va hacer
un profesional con aprendizaje y desarrollo de aspectos
sociales y emocionales. En este contexto Chiavenato
(2011) “los seres humanos se adaptan todo el tiempo
a una gran cantidad de condiciones con objetivos de
satisfacer sus necesidades y permitiendo el equilibrio
emocional”. (p. 49). Bajo esta premisa es imprescindible
crear mecanismos que permitan al docente saber cuál
es su capacidad de regular sus emociones, es decir, su
nivel de inteligencia emocional y considerar que esta
puede afectar directamente su rendimiento laboral.
Mecanismos como las evaluaciones de desempeño.
Varios autores han dado su punto de vista frente al
tema de evaluación de desempeño, se dan a conocer
los principales para este estudio.
Gan y Triginé (2006) arma que la evaluación de
desempeño es una apreciación sistémica del valor que
una persona y/o por sus prestaciones, a la organización
de la que forma parte, expresada periódicamente
conforme a un preciso procedimiento conducido por
una o más personas conocedoras tanto de la persona
como del puesto. (p. 193). En acuerdo con Alles (2006),
la evaluacion de desempeño es una actividad permante
que debe darse entre los directivos y colaboradores,
reunión de analisis con retroalimentación y la
retroalimentacion constante producto de una efectiva
y productiva relacion de trabajo. Según Dolan, Valle,
Jackson y Schuler (2007), la evaluación del rendimiento
de las personas identica cuáles son los elementos
relevantes del trabajo o actividad de la persona, para
poder emitir sobre ellos un juicio y utilizar la información
obtenida en benecio de la persona y de la organización.
Hasta ahora se ha presentado el concepto de evaluación
de desempeño en el contexto general de trabajo, ahora
al analizar este concepto en el contexto educativo, Lora
y Chavez (2008) arman que: Al implementar procesos
de evaluación, es conveniente tener presente que la
evaluación de la docencia es una práctica compleja,
que involucra aspectos técnicos, académicos y
políticos, los cuales pueden tener consecuencias
sociales relevantes, tanto para los profesionales como
para los estudiantes. (p.11). Según Maussa (2014) “Los
propositos de la evaluacion docente están asociados
a la losofía de la eduación misma, a diagnosticar los
problemas educativos e institucionales y superarlos,
mejorando la calidad en este sentido es donde aquiere
importancia la evaluación” (p. 10).
Por otro lado Flores, Sánchez, y Martínez (2016)
maniestan que los planes de evaluacion pueden ser
distintos dependiendo de la institucion, deben considerar
componentes orientados a medir la satisfación de los
estudiantes, la buena practica docente, el desempeño
o las competencias relacionadas a la formación
constante y la experiencia de trabajo. Esto solo es
posible mediante una evaluacion del desempeño que
considere todos los protaginistas del sistema educativo,
siendo la principales dicultades del siglo XXI para las
instituciones educativas y por ende para los docente,
integrar conocimientos cientícos actualizados,
dominio práctico e inteligencia emocional, (Cejudo,
Lopez, Rubio y Latorre, 2015).
Pero, ¿por qué es necesario aprender a razonar,
comprender y regular nuestras emociones en el
contexto educativo? El motivo es que la actividad
docente es una de las profesiones con mayor riesgo
de padecer distintas enfermedades, es una cruda
realidad que los docentes experimentan de forma
cada vez más creciente una variedad de trastornos
y síntomas relacionados con la ansiedad, la ira, la
depresión y el conocido síndrome de estar quemado