Estudio de representación social de la homosexualidad masculina a partir del análisis del discurso

Ernesto Quevedo–Mora1; Jorge Poveda–Zúñiga2; Emilio Carrillo–Morales3

(Recibido en septiembre 2018, aceptado en octubre 2018)

1Psicólogo Educativo y Orientador Vocacional; Diplomado en Diseño Curricular por Competencias, Docente Titular, Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Guayaquil; 2 Psicólogo Industrial, Docente–Facilitador, Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional SECAP; 3Psicólogo Educativo y Orientador Vocacional, Magister en Psicología Educativa con Mención en Educación Especial, Director Programa Guayaquil Aldeas Infantiles SOS Ecuador

1erquemo8082@hotmail.com; 2poveda.jorge@gmail.com; 3bettoemilio@gmail.com

Resumen: El trabajo es un estudio descriptivo sobre la representación social de la homosexualidad masculina que tiene un grupo de jóvenes heterosexuales estudiantes de psicología, lo que da cuenta de cómo se piensa la homosexualidad desde el sentido común. Se emplea la metodología cualitativa de la investigación a una muestra de 60 individuos, seleccionados por el criterio de saturación. Se hace énfasis en la juventud por ser un grupo etario fuertemente impactado con la homosexualidad como fenómeno social y porque trabajar con jóvenes de hoy es educar a los adultos del mañana. La formación en Ciencias Psicológicas cobró relevancia por las posibilidades que tiene esta praxis social para la interacción con el hombre, lo que requiere de una “preparación especial” para aceptarlo y tolerarlo más allá de su raza, sexo, posición socioclasista u orientación sexual. El valor de este trabajo radica en dos elementos fundamentales: por un lado, los resultados a partir del análisis de contenido y, por otro, en erigirse como puerta que da paso a movilizar la reflexión y fomentar en los jóvenes el respeto por la diversidad sexual. La principal conclusión a la que se arriba a partir de este estudio es que, la representación social de la homosexualidad masculina en estos jóvenes es rígida y estereotipada y comprende una valoración basada en prejuicios en torno a esta orientación sexual, desechando la apreciación del individuo en toda su dimensión. No obstante, hay quienes valoran a los homosexuales como sujetos capaces, fieles, pasionales, aunque es una débil tendencia dentro de la población en estudio.

Palabras clave: Representación social; Homosexualidad masculina; Sentido común; Diversidad sexual

Social representation study on male homosexuality from the speech analysis.

Abstract: This work is a descriptive study on social representation that a group of heterosexual Psychology young students have on male homosexuality. This shows how people think about homosexuality from their common sense. The methodology used in this study was the qualitative research applied to a sample of 60 individuals, selected through the saturation criteria. Youth is emphasized for being an age group strongly shocked with homosexuality as social phenomena and because working with today’s

youth is educating tomorrow’s adults. Training in psychological sciences became relevant because of the possibilities of this social praxis for interaction with men, which requires a "special preparation" to accept and tolerate them beyond their race, sex, class–conscious position or sexual orientation. The value of this work is based on two fundamental elements: from one side, the results of content analysis and, on the other side, to stand up as a door that gives way to reflection and promotes respect for diversity between youth. The main conclusion of this study is that social representation of male homosexuality in younger people is rigid, stereotyped and based on prejudices over this sexual orientation, leaving aside the individual’s appreciation in all its dimension. However, there are those who value homosexuals as capable, loyal, passionless even though is a weak tendency inside the studied population.

Keywords: Social representation; Male Homosexuality; Common sense; Sexual diversity.

Introducción

El término “Homosexualidad” fue acuñado en un momento relativamente reciente de la historia occidental para aludir a las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, siendo inicialmente un término biomédico, (Ardila, H., Stanton, J., & Gauther, L. 1999). Luego de más de un siglo de producción teórica en ese campo, hay una tendencia creciente a hablar de homosexualidad pues cada vez es más claro que existe gran diversidad de identidades, patrones de comportamiento sexual, patrones de socialización, visiones sobre sexualidad y estilos de vida en general. Por ello resulta de gran importancia explorar las concepciones actuales sobre la sexualidad humana, en sentido amplio, y de la homosexualidad, en términos específicos.

Existen autores que recientemente han estudiado la homosexualidad haciendo énfasis en aspectos sociológicos. Deviene en significativo los estudios de Michael Scholfield donde se concluye que “...la homosexualidad es una condición que en si misma sólo tiene efectos menores sobre el desarrollo de la personalidad; pero las actitudes, no del homosexual sino de las demás personas hacia esa condición, crean una situación que pueda tener un efecto profundo en el desarrollo de la personalidad y puede conducir a un deterioro del carácter que impide la integración efectiva en la comunidad...Muchos de los problemas que abruman al homosexual son creados por la hostilidad de la sociedad”, (Scholfield, 1965; en Stanton y clbs, 1999).

Se ratifica que la palabra homosexualidad, tanto para hombres como mujeres, se utiliza para hacer referencia a la práctica de la actividad sexual y a la excitación psicológica que hace desear el acto sexual o el establecer una relación afectiva con personas del mismo sexo. Las muy conocidas investigaciones del doctor Alfred C. Kinsey, desde los años treinta hasta los cincuenta, mostraron que cerca del 10 % de la humanidad es principalmente homosexual. El porcentaje de población gay o lesbiana parece ser consistente, sin importar el período histórico o la cultura. La única diferencia es el grado de aceptación hacia la homosexualidad que demuestra cada sociedad, (Bell, A. y Weinberg, M. ,1978).

En la cultura occidental la práctica sexual tradicional es fundamentalmente restrictiva y se estructura sobre una base moral estoica, donde la sexualidad legítima es exclusivamente heterosexual y se limita a lo genital y a su función reproductora, permitida sólo dentro del matrimonio. El "rol homosexual" es una construcción histórica integrante del "mito del género" y, como tal, es una de las ideologías reguladoras de la distribución del poder en las sociedades modernas. La modernidad significó para los homosexuales su exclusión discriminatoria de muchas de las formas sociales "heterocentradas": el matrimonio, la familia, la adopción, el ejército, ente otros, (Muñoz, C. B. 1996).

Actualmente la homosexualidad es vista por muchas culturas como algo que contradice lo “normal”. La ciencia durante años aceptó esta tesis, pero actualmente existen estudios que han modificado esta concepción experimentándose cambios rápidos en las últimas décadas, en dirección hacia tolerar las opciones individuales y la diversidad. Fue recién a finales del siglo pasado, gracias a los avances tecnológicos, y las nuevas reflexiones sociológicas, psicológicas y antropológicas que han contribuido a proveer de nuevos insumos para el conocimiento, es cuando la ciencia médica centra su interés en estudiar la homosexualidad, y por consiguiente también despierta “curiosidad” por el individuo homosexual.

Desde la concepción médica la homosexualidad es vista como una anomalía congénita, un defecto físico. Sin embargo, el desarrollo de la ciencia psicológica a finales del siglo 19, planteaba la presencia de un fenómeno cuyas características singulares no se podían abordar desde métodos clásicos de laboratorio, lo que dió paso a la existencia de la psiquis como fenómeno independiente. Así se desarrollaban nuevas reflexiones como las de Sigmund Freud cuya propuesta describió a la homosexualidad como el resultado de perturbaciones de orden psíquico, sobre todo durante la infancia, (Flanders, S., Ladame, F., Cariberg, A., Heymanns, P., Naziri, D., y Panitz, D. 2016).

En realidad, fue recién en la década de los setenta cuando aparecen modos totalmente nuevos y en el fondo positivos de enfrentar la homosexualidad. Tanto psicólogos como sexólogos empiezan a considerar la homosexualidad como una variante sexual normal. Estas reflexiones de orden científico abordaron la sexualidad desde el disfrute, otorgándole un valor humano, aceptando nuevas formas de expresión homosexual, que revindicó la sexualidad femenina –también cuestionada– para combatir la idea de homosexualidad como práctica inmoral, a pesar de ser vista hasta ese entonces según la cuarta versión del Manual Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM–IV), como una enfermedad.

Según Martínez (1995), los prejuicios hacia la homosexualidad tienen manifestaciones diversas; a menudo la actividad sexual–homosexual se considera inmoral, sucia produciendo indignación por el sólo hecho de que haya individuos que la practiquen. En estas ocasiones, las discriminaciones se tornan en burlas, actitudes degradantes e incluso violencia física.

Desde el 15 de diciembre de 1973, la Asociación de Psiquiatría Americana eliminó la homosexualidad (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders: DSM–IV) como patología, defendiendo el derecho a la autodeterminación sexual y exhortando a abolir las leyes contra los actos homosexuales, aplicando la misma edad mínima de consentimiento para los actos homo y heterosexuales, debido al poder instituyente del

discurso que de dicho manual posee sobre el individuo así como lo referencia Michael Foucault (1970), en su libro “El Orden del Discurso”, citado por Gershenson, C. A pesar de ello, aún existe la discriminación y prejuicio que impera con respecto a los homosexuales, cuyos orígenes se haya en la homofobia, es decir, en el miedo irracional y la intolerancia que profesan muchas personas hacia la homosexualidad, en la ignorancia que existe en relación al tema y en los conceptos sobre moral.

¿Qué hacer para combatir la homofobia? Según Soper (1992), es necesario comprender cómo se estructura psíquicamente la personalidad, cómo opera la cultura en tanto una mediación y, sobre todo, comprender la lógica del género por la cual se ha naturalizado la heterosexualidad. Hay que aceptar la calidad indiferenciada de la líbido y reconocer la multiplicidad de posiciones de sujeto y de identidades de las mujeres y los hombres. Sólo así se puede cuestionar el pensamiento fundamentalista y aceptar como legítimas y naturales las relaciones que no son heterosexuales. La antropóloga Laplantine F. (1988), dice que en la medida en que una sociedad es intransigente en sus aspiraciones, condena a algunos de sus miembros a conductas marginales. Se debe apostar por una situación en la que la llamada sexualidad desviada deje de ser marcada como diferente.

Les profesionales que promueven el cambio social, tiene la responsabilidad de encaminar esfuerzos dirigidos a educar a los ciudadanos en especial a los jóvenes– en el respeto por la diversidad sexual. Se es diverso –todos los son de alguna manera– por el hecho de ser humanos; el ejercicio de los derechos de humanos hace autónomos y auto determinados en la práctica de la sexualidad, cuando se parte del principio de que las expresiones no pueden dañar a otras personas.

A propósito de la Representación Social

Antecedentes y Origen: La Representación Social (RS) supone adentrarse en uno de los más productivos, polémicos y difundidos campos de la Psicología Social de origen europeo. Es esta modalidad de pensamiento una de las más polémicas, ya que sobre ella todos ciertamente tienen derecho a opinar en tanto se sientan entes pensantes y parte de una sociedad. La RS es un concepto que aparece en las proximidades de la Psicología y la Sociología, no es, por tanto, extraño que el “arsenal” de conocimientos de ésta última proyecte su influencia en el desarrollo de dicho concepto.

Fue el psicólogo francés Serge Moscovici, inspirado en una vieja teoría del sociólogo Emile Durkheim, quién propone por primera vez en 1961, tras sus diez años de labor teórica y empírica, el nuevo concepto de RS para designar una forma particular de conocimiento y construcción social, referida al pensamiento del hombre común en su vida cotidiana, (Moscovici, S. 1979).

Aproximaciones al Concepto: Hasta el presente, ni aún en la primera obra de Moscovici, se encuentra una definición acabada. La complejidad del fenómeno hace difícil atraparlo en un concepto; razonamiento sobre el cual Moscovici declaró: “...si bien es fácil captar la realidad de las representaciones sociales, no es nada fácil atrapar el concepto...” (Moscovici, S. 1979).

De modo general, las representaciones sociales constituyen una formación subjetiva multifacética y polimorfa, donde fenómenos de la cultura, la ideología y la pertenencia

socio estructural dejan su impronta; al tiempo que elementos afectivos, cognitivos, simbólicos y valorativos participen en su configuración.

No obstante, se propone las definiciones de D. Jodelet, una de los teóricos que más consenso ha logrado con relación a la definición, que arrojan luz sobre estas teorías. La misma define las representaciones sociales como “...imágenes condensadas de un conjunto de significados; sistemas de referencias que permiten interpretar lo que sucede, e incluso dar un sentido a lo inesperado; categorías que sirven para clasificar las circunstancias, los fenómenos y a los individuos con quienes se tiene algo que ver, formas de conocimientos social que permiten analizar la realidad cotidiana, un conocimiento práctico que forja las evidencias de nuestra realidad consensual.” (Jodelet, 1989).

Para Jodelet la RS es, además: “una forma particular de conocimientos que tiene una génesis y una expresión social y una función práctica en la inducción de los comportamientos y las prácticas”. “Es una forma de pensamiento social que designa una forma de conocimiento específico, el saber del sentido común. Son modalidades de pensamiento práctico orientadas hacia la comunicación, compresión y el dominio del ambiente social, material e ideal”, (Jodelet, 1989).

  • El conocimiento espontáneo, ingenuo o de sentido común, por oposición al pensamiento científico.
  • Conocimiento socialmente elaborado y compartido, constituido a partir de nuestras propias experiencias y de las informaciones y modelos de pensamiento que se recibe y transmite a través de la tradición, la educación y la comunicación social.
  • Conocimiento práctico que participa en la construcción social de una realidad común a un conjunto social e intenta dominar esencialmente ese entorno, comprender y explicar los hechos e ideas del universo de vida.
  • Son a un mismo tiempo producto y proceso de una actividad de apropiación de una realidad externa y de elaboración psicológica y social de esa realidad. Son pensamiento constitutivo y constituyente.
  • Características de las Representación Social (RS)

    A través de las representaciones el hombre conoce su entorno, se apropia de la lógica, de los procesos, de la estructura, de los contenidos y de los soportes de la sociedad en que vive. Hecho que ocurre mediante la propia experiencia del individuo en su acción cotidiana. Las representaciones “están forjadas dentro de la interacción y están inscritas en las prácticas y el lenguaje”, (Jodelet, 1998).

    Uno de los aspectos más llamativos de las representaciones sociales es su doble condición de pensamiento constituido y pensamiento instituyente. Las RS aparecen de dos formas. En primer lugar, se presentan dentro de la sociedad como producciones mentales sociales, actúan como teorías a las que el hombre común le “echa mano” para guiar su acción y para “leer” la realidad. Vistas así son productos sociales que pueden ser expresados en otras producciones, por ejemplo, las artísticas o tecnológicas.

    Pero las representaciones son a su vez un proceso de construcción que los sujetos y los grupos elaboran del mundo. Así se construye una realidad consensual que es aceptada por la organización social. Como pensamiento constituyente, no sólo reflejan la realidad, sino que influyen en su elaboración. Véase que las representaciones sociales son estructuras preformadas que perfilan parte de la realidad, en tanto determinan de algún modo su configuración; además, determinan la forma de concebir el objeto que representan, es decir, el objeto no es, con independencia de la representación social que se le adjudica, la representación construye de cierta manera su objeto.

    Otra de las características resaltadas es su conexión con las estructuras sociales, son las teorías que no se sumergen en un determinismo meramente subjetivo, sino que tiene en cuenta los aspectos socio estructurales en su vínculo con las construcciones psicológicas de los individuos. Las inserciones sociales de los individuos, la plaza que ocupan en una sociedad dividida en clases y sectores, son aspectos analizados desde la fluidez de la información hasta la complejidad de intereses, motivaciones y creencias, en buena medida estas teorías tienen en cuenta los postulados marxistas.   

    Las representaciones surgen por medio de una intersubjetividad. He aquí sus condiciones de producción. La cultura genera, a través de un largo proceso, un conjunto de valores, de modelos de pensamiento y actuación que van definiendo un sistema estable, consolidado con el leguaje y la comunicación en sus distintas modalidades. En el plano social el individuo está obligado a compartir un vínculo subjetivo, dentro de un contexto ideológico e histórico en función de su posición y función sociales y su pertenencia de grupo.

    Mecanismos internos de las Representación Social (RS): ¿Qué tipo de organización posee la RS? Moscovici, S. (1979), plantea que las representaciones son un universo organizado de opiniones y creencias, se apoya para decir esto en una cierta estructura que según constató en sus investigaciones posee la representación. Para su análisis conceptual la divide en tres dimensiones: la actitud, la información y el campo de representación.

    La actitud aporta a la representación su importante función dinamizadora, ella direcciona los componentes afectivos cargando de intensidad emocional estable a la representación. Al ser la actitud la disposición emocional que posee un individuo respecto a un objeto, dinamiza y orienta las conductas sociales de ese individuo en relación con el objeto.

    La información, por su parte, tiene que ver con la organización de los conocimientos sobre un objeto por parte de los individuos. Aquí entran a jugar la cantidad y calidad de información de que disponga un determinado grupo sobre el objeto en cuestión. De esta forma aparece la influencia de factores socio estructurales, ya que la posición que individuo y grupo ocupan en la sociedad determina sus motivaciones e intereses, pero influye también en el “tipo” de información que recibe.

    El campo de representación es el ordenamiento jerárquico de los componentes que conforman el contenido de dicha representación. El campo de representación se organiza alrededor del núcleo figurativo, esta es la parte más sólida y estable de la representación y aglutina, asignando significación y relevancia, a los demás elementos, (Knapp, E., Suárez, M., y Mesa, M. 2003). La RS otorga significación e interpretación a los datos de la experiencia cotidiana realizando una función de mediación entre el individuo y el medio en que vive. No está de más decir que la influencia entre los nuevos datos y los sistemas de pensamiento instituidos, es recíproca. Los nuevos conocimientos modifican en cierta manera los sistemas constituidos anteriormente.

    Metodología

    Método

    Se realizó un estudio cualitativo, descriptivo y analítico que sirva de base para lograr sucesivas y más completas comprensiones sobre el objeto de investigación. Se utilizó la Teoría de las Representaciones Sociales que resultó oportuna en el camino de hacer inteligibles la subjetividad individual y social, al hacer uso de ella como herramienta investigativa, obliga a profundizarla en cuanto a alcances y limitaciones, (Pérez, M. P. 2003). La Teoría de las Representaciones Sociales no ha privilegiado ningún método o técnica de investigación en particular, lo que no quiere decir que todos o cualesquiera sean válidos. Sobre la base de conocer cómo los jóvenes representan socialmente la homosexualidad se realiza el trabajo, que tiene la ambición de extenderse –en un futuro cercano– a grupos de reflexiones y debates, a fin de que la homosexualidad gane en comprensión y respeto. Así las cosas, el problema de esta investigación es: ¿Qué características presenta la RS de la homosexualidad masculina en una muestra de jóvenes estudiantes de Psicología de la Universidad de Guayaquil?

    Para solucionar el mismo, no se formulan respuestas anticipadas (Hipótesis), pues se considera a la investigación cualitativa la vía idónea para satisfacerlo. A fin de cubrir la interrogante, el objetivo de este trabajo es precisar las características de la RS de la homosexualidad masculina en una muestra de jóvenes ecuatorianos, futuros psicólogos.

    Muestra

    En este estudio, se trabaja con una muestra intencionada de 60 jóvenes (con edades comprendidas entre 19 y 22 años) heterosexuales, de ambos sexos, estudiantes de Psicología de la Universidad de Guayaquil, es decir, que se erigen como variables de singular relevancia la edad de los individuos, la orientación sexual, y la praxis social, tratando así de encontrar la homogeneidad socioclasista de la población estudiada, a fin de lograr una mayor exactitud de la RS del objeto que se estudia.

    El número de individuos seleccionados en la muestra es determinado por el llamado “criterio de saturación” mediante el cual cuando los argumentos comienzan a repetirse se llega al límite de sujetos, pues una mayor cantidad de individuos no aportaría ninguna significación diferente al contenido de la representación.

    Se trabaja con jóvenes porque, producto de las peculiaridades que se alcanzan en esta etapa en cuanto a la estabilización de los valores, son un grupo poblacional muy vulnerable al cambio actitudinal; pero también se pensó en esta muestra porque se comprende claramente que la generación de jóvenes de hoy serán la generación de adultos de mañana, por lo que la labor educativa que se haga con este grupo etario –a partir del

    conocimiento científico– permitió la recolección de resultados fidedignos asociados al desempeño social de los ciudadanos.

    Los estudiantes de psicología cobraron especial relevancia para esta investigación, justamente por las posibilidades que sus prácticas profesionales que ofrecen para la interacción directa con los individuos, grupos y comunidades, de ahí que necesiten ser especialmente educados en la aceptación humana, aprendiendo a valorar al hombre y la mujer en su justa dimensión, raza, edad, la inserción socioclasista y las preferencias sexuales.

    Instrumentos y procedimientos

    Para recopilar información se utilizan la Entrevista Semiestructurada, Asociación libre, Completamiento de Historias, estas tienen vital importancia para obtener el material discursivo, de tal manera que estas herramientas aportan y favorecen la espontaneidad y el intercambio. Se insiste a los sujetos en la importancia que tiene a esta investigación la honestidad de sus respuestas, añadiendo que no se trata de un examen actitudinal donde se ponga a tela de juicio sus convicciones éticas, sino de un estudio descriptivo de las representaciones que, en torno a la homosexualidad, tiene la juventud. Las aplicaciones se realizaron de forma individual a fin de no sesgar las respuestas, pues se conoce lo sensible que se torna el individuo a las influencias del grupo cuando transita por esta etapa del desarrollo ontogenético (juventud).

    A continuación, una breve referencia a los instrumentos:

    Asociación Libre: Se usa esta técnica justamente por el valor que se le concede para apelar a valoraciones que los individuos emiten de forma brusca y repentina sobre un determinado objeto o fenómeno, lo que permitió al investigador acceder con facilidad al núcleo figurativo y al campo representacional. La consigna presentada fue la siguiente: Exprese qué es lo primero que le viene a la mente cuando se le dice: hombre que practica relaciones sexuales con otro de su mismo sexo”.

    Completamiento de Historias: Esta técnica tiene como principal característica su poca estructuración, lo que le permite una variedad, casi ilimitada, de respuestas posibles en la que el individuo proyecta sus orientaciones en torno al fenómeno que se estudia; además fue adaptable a los objetivos de la investigación. Ella se usa con el fin de explorar– de forma indirecta– las actitudes de la muestra estudiada hacia la homosexualidad masculina, a raíz de conocer que es la actitud un componente integrador de la RS.

    Al sujeto se les presentan 4 situaciones conflictivas relativas a las problemáticas de los homosexuales (también intervienen individuos heterosexuales) y ante las cuales debe expresar la conducta que asumirían los personajes imaginarios). Se exige la argumentación de los individuos en cada caso hasta completar la información asociada a las actitudes. La consigna empleada fue la siguiente:

    A continuación se le presentan varias situaciones que abordan la homosexualidad como realidad de la vida cotidiana. Debes escuchar cada una y completarlas con la (s) idea (s) que primero te vengan a la mente”.

    Esta técnica se interpretó mediante el Análisis de Contenido, de acuerdo a las valoraciones de los sujetos. Las categorías analizadas fueron:

  • Aceptación: Valoraciones afectivas positivas en relación con la homosexualidad masculina, en el mismo trato y tipo de vínculos que los que se mantienen con los heterosexuales. Es una aceptación incondicional.
  • Indiferencia: Cuando no se manifiesta ni aceptación ni rechazo hacia los homosexuales. Falta de interés hacia ellos.
  • A partir de estas categorías se realizó el análisis del discurso que pudo enriquecerse cualitativamente con los argumentos emitidos por los sujetos

    Entrevista: En la investigación se aplicó la entrevista como técnica fundamental y – aunque sujeta a las modificaciones pertinentes en cada caso– se elaboró con cierto grado de estructuración intencionada para evitar obtener información innecesaria y de remitirse sólo a recoger los datos útiles a los fines establecidos. Básicamente se refuerza de las siguientes preguntas:

  • ¿Qué sabes acerca de esta realidad social?
  • ¿Cómo valoras a los hombres que practican relaciones sexuales con otro de su mismo sexo?
  • Estas preguntas no son más que una guía que permitió recoger la información básica –núcleo representacional, nivel de información, actitudes, valores, creencias– en torno a la construcción de la representación. Hay elementos que los sujetos añaden al discurso los que van fluyendo en el seno de la relación entre entrevistador y entrevistado, dependiendo, en gran medida, de las habilidades comunicativas del entrevistado y en su disposición para colaborar con la investigación, entre otros factores.

    El número reducido de preguntas fue necesario por el nivel de complejidad que encierran, pues ellas apelan a elaboraciones profundas de los individuos y sus respuestas se someten a las exigencias de investigadores afanados por obtener ricas informaciones. Las respuestas a todas las técnicas que se aplicaron fueron recogidas mediante grabaciones con la previa autorización de los individuos, de manera que se pudo someter al análisis todo el material discursivo. Sin perder de vista el valor proyectivo de estos instrumentos (sobre todo de la entrevista y el completamiento de historias), inmediatamente después de cada aplicación, se registraron los elementos extra verbales que pudieran aportar información valiosa a la interpretación del discurso.

    Resultados

    Al constituir el discurso de los individuos, vía de acceso fundamental a la representación social, se tuvo muy en cuenta su carácter instrumental, o sea, el discurso es sólo un vehículo de la representación y no una expresión directa de ella. Por tanto, como investigadores correspondió construir la representación a partir de un cuidadoso y complejo proceso de análisis, desentrañando e interpretando este universo simbólico y revelando las relaciones que se establecen entre los diferentes elementos.

    Para ello, se proced a analizar el resultado de cada técnica a partir de los cálculos, se organizó la información y facilitó el análisis de contenido de los discursos en términos de tendencias del grupo.

    En la técnica de Asociación Libre, se propusieron categorías que encerraron las respuestas recogidas y permitieron determinar en qué dirección se mueven las asociaciones de la muestra. Ellas fueron:

  • Ideas asociadas a principios éticos.
  • Ideas asociadas a clasificaciones tradicionales.
  • Ideas asociadas a la identidad sexual.
  • Ideas asociadas al comportamiento sexual.
  • Otras ideas asociadas.
  • De forma general, para los sujetos de la población estudiada, la homosexualidad es una orientación sexual privativa de individuos normales cuyas causas están determinadas por trastornos hormonales y bioquímicos, aunque también por otros factores de índole psicosocial, que mayoritariamente se asocian manejos inadecuados en etapas tempranas de la vida. Esto demuestra la influencia de la práctica social en la RS.

    Se pudo apreciar que los integrantes de la muestra tienen criterios ambivalentes en torno al objeto que se estudia (dado por la complejidad del mismo) y esto habla de lo difusa que se erige la RS de la homosexualidad masculina. En los discursos se pudo conocer el esfuerzo cognitivo que hacían los individuos para referirse a esta realidad social, lo que se piensa que no esté dado por la falta de implicación con el trabajo, sino por tratarse de una problemática sobre la que poco se han interesado por conocer y aceptar; al parecer, la condición heterosexual de estos jóvenes los está alejando de la homosexualidad no sólo desde el comportamiento mismo, sino también desde la RS que tienen acerca de ella.

    Se evidenció la tendencia de la muestra a distinguir entre dos tipos de homosexuales, lo que se determinó como homosexualidad abierta y encubierta. De forma general, se habla de un grupo conformado por homosexuales que viven libremente su condición sexual, pero que en su intento por no reprimirse nada, tampoco se reprimen la forma de expresarla, llegando incluso a irrespetar a los demás; y de otro grupo que, aunque adecuado socialmente, encubren su orientación sexual para evadir la censura social.

    Resultó curioso la apelación que hacen los jóvenes a elementos positivos y negativos de cada grupo. Del primero apreciaron la valentía para vivir la sexualidad y juzgaron su comportamiento, y viceversa con el segundo grupo. Se estima que los sujetos de la muestra trataron de buscar “el ideal” de homosexual masculino (libre para decidir y ejercer su orientación sexual, pero manteniendo una ética social), lo que, a fines de comprobación en la investigación, aportó una valiosa información: Los jóvenes no ven ilícito que los homosexuales existan, sino que se muestren inadecuadamente en el medio donde se insertan.

    La población en estudio tuvo una visión fría de esta realidad en sus RS, no aprecian la posibilidad –real– de que existen personas con orientación homosexual que reúnen las condiciones que ellos idealizan. Están juzgando a los homosexuales por un minoritario grupo que, efectivamente, no respetan la diferencia y la diversidad, lo que no está dado

    por las preferencias sexuales sino por la calidad humana de cada cual. En esta visión sobre la homosexualidad, tampoco se alude a la orientación bisexual como alternativa de disfrutar el erotismo, asumiendo que los homosexuales que tienen relación con mujeres no son más que inmorales, faltos de lealtad consigo mismos y cobardes para enfrentar sus realidades.

    El contenido verbal ofrecido en las técnicas avala que la mayoría de los individuos sienten hacia los homosexuales estados afectivos que se puede traducir como compasión y lástima. En entrevista –mediante una conducción intencionada en la investigación– se conoce que esto estuvo dado por la imposibilidad de los homosexuales a reproducirse y por las limitaciones sociales a que se exponen producto de su orientación sexual. Nuevamente se ve el anclaje cognitivo de estos sujetos al grupo de homosexuales abiertos; de esa información también se interpretó que los individuos sobrevaloran la función reproductiva de la sexualidad humana en comparación con la erótica.

    En cuanto a la actitud, se aprecia un evidente rechazo hacia este fenómeno lo que, al parecer, está dado por la percepción del comportamiento social inadecuado de los homosexuales. A pesar de ello, se pudo constatar en técnica de Completamiento de Historias que a medida que los individuos se van acercando a la problemática del homosexual, aumenta la aceptación de la homosexualidad como realidad social (a los homosexuales hermanos y amigos los aceptan con mayor incondicionalidad que a los desconocidos). Este dato nos alerta sobre la necesidad de identificar a los jóvenes con la real problemática de la homosexualidad, donde se exalte el valor del hombre como especie y no atendiendo a su orientación sexual y donde se apele a los más profundos afectos de los individuos a partir no sólo del aporte de información sobre el tema sino, sobre todo, de sus implicaciones en tan compleja realidad. Para estos fines, nuevamente se erigen los grupos de reflexión para jóvenes como alternativa sugerente.

    Discusión de resultados

    Un análisis desde el punto de vista de las dimensiones actitud, información y campo de representación nos permite visibilizar:

    En cuanto a la actitud: Los resultados de esta investigación dejan en evidencia la actitud negativa que la población objeto de estudio presenta ante este fenómeno. En tal sentido estos resultados son coherentes con los que plantean Benítez, Orta y Pereira (2017), al afirmar que: “es posible apreciar una actitud contradictoria, puesto que producto de los propios tabúes y prejuicios que prevalecen en la sociedad y de los cuales ellos no se encuentran exentos, se evidencia distancia emocional y poca implicación afectiva.”, (Benítez, D., Orta, L. y Pereira, Y. 2017 p.55).

    Los jóvenes reconocieron la discriminación y marginación que sufren las personas homosexuales, al tiempo que reflejaron las necesidades de igualdad y aceptación, representando tanto simbólica como discursivamente la importancia de la integración de los homosexuales a la sociedad. Resulta importante hacer un llamado de alerta sobre este resultado, pues dentro del grupo de jóvenes universitarios puede generarse un proceso discriminatorio, de marginación hacia personas homosexuales, lo cual habla a favor de la necesidad de diseñar estrategias educativas para lograr una mayor sensibilización con esta problemática y reducir así las brechas de discriminación que se puedan presentar, en el intento por lograr un bienestar socio psicológico para los seres humanos, en especial los que forman parte de una minoría.

    En cuanto a la información: Para el grupo estudiado los niveles de información acerca de la homosexualidad masculina no se limitaron sólo al aspecto sexual, sino que reconocieron que se trata de una orientación sexual basada en una atracción preferencial. En tal sentido son atribuidas a causas biológicas, pero en la mayoría de los casos como resultado del contexto sociocultural en el que se insertan los jóvenes. Sin embargo, las causas de la homosexualidad que con más frecuencia refieren los sujetos, son atribuidas a una cuestión de elección personal. Estos criterios, si bien no están demostrados y resultan contradictorios con estudios científicos realizados al respecto, constituyen una representación bastante extendida en la población según refiere Soriano (1999).

    En cuanto al campo de la representación: La concepción de la homosexualidad masculina como una orientación sexual, así como actitudes de rechazo, discriminación, exclusión como parte constitutiva de la cultura, y la necesidad de aceptar a estas minorías a partir del respeto a la diversidad, son criterios que se encuentran dentro del núcleo figurativo de la representación social. Los elementos periféricos están asociados con causas biológicas, sociales, culturales y de preferencias personales que muestran los jóvenes, los significados que se le atribuyen a los homosexuales, que en la mayoría de los casos son de una valencia negativa, así como las consecuencias que tiene para la cultura el hecho de ser homosexual.

    Lo anterior permitió relacionar con el posicionamiento de González Rey (2008), quién planteó que las representaciones sociales constituyen una producción de la subjetividad social capaz de integrar sentidos y configuraciones subjetivas que se desarrollan dentro de la multiplicidad de discursos, consecuencias y efectos colaterales de un orden social con diferentes niveles simultáneos de organización y con procesos en desarrollo que no siempre van en la dirección de las formas hegemónicas de institucionalización social, (González, F. 2008 p. 236).

    Conclusiones

    Para los jóvenes de esta muestra, la homosexualidad masculina se representa socialmente como una orientación sexual dada por la atracción de un hombre hacia otro, que –como generalidad– se comportan inadecuadamente en la sociedad. La diversidad de criterios en torno a la homosexualidad masculina, apunta a que, sobre ella, la Representación Social se erige con relativa ambivalencia, cuestión que está dada por la poca implicación que tienen los jóvenes en estudio con esta realidad social.

    La actitud hacia la homosexualidad masculina, como componente estructural de la Representación Social, es de evidente rechazo, lo que no está dado por la orientación sexual per sé sino por la errónea percepción que tiene esta muestra en relación con el desempeño social de los hombres homosexuales. Se constata que, a mayor vínculo afectivo con el homosexual, se favorecen las posibilidades de que se comprenda su realidad y de que haya mayor incondicionalidad en la aceptación.

    El nivel de información sobre la homosexualidad masculina es medianamente alto y está centrado en las causas de esta realidad social, las que asocian a trastornos hormonales y bioquímicos, aunque también a otros factores de índole psicosocial que tienen que ver, sobre todo, con manejos inadecuados de la sexualidad del hombre en etapas tempranas de la vida.

    Se muestra marcada tendencia a distinguir dos tipos de homosexuales: los que viven libremente su condición sexual y los que se la reprimen para cumplir con las pautas socialmente aceptadas. De este estudio afloró, que estos jóvenes sienten compasión y lástima hacia la homosexualidad masculina, dado esto, según el análisis del material discursivo, por las pocas posibilidades para tener hijos y por la marginación social a la que se exponen.

    La Representación Social de la homosexualidad masculina en estos jóvenes es rígida y estereotipada y comprende una valoración basada en prejuicios en torno a esta orientación sexual, desechando la apreciación del individuo en toda su dimensión. No obstante, hay quienes valoran a los homosexuales como sujetos capaces, fieles, pasionales, aunque es una tendencia baja dentro de la población en estudio.

    Recomendaciones

    Retomar los resultados de esta investigación a fin de encaminar esfuerzos dirigidos a lograr en la juventud la aceptación y el respeto por la diferencia y la diversidad sexual.

    Valorar los grupos de reflexión para jóvenes como una alternativa que se incorporen en la realidad del homosexual y, desde la movilización de sus vivencias, lograr el cambio de actitud inclusiva.

    Sugerir, a las instancias pertinentes, que la realidad del homosexual sea expresada a la juventud con mayor apertura a fin que se puedan abolir las falsas concepciones que se tienen al respecto, para lo cual devienen los medios masivos de comunicación como vía idónea.

    Realizar revisión bibliográfica actualizada sobre la homosexualidad, a fin de facilitar a los estudiosos e investigadores del tema un bloque de información al respecto, lo que reviste gran utilidad sobre todo por las dificultades que se tienen para acceder a materiales especializados.

    Realizar un estudio similar al propuesto, con sujetos pertenecientes a otros grupos desde donde se puedan controlar variables tales como el género, la praxis social, lugar de procedencia, con el objetivo de ver cómo ellas influyen en la estructuración de la Representación Social.

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